Capítulo 4

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Fue invadido por el amargo sabor del disgusto a primera hora de la mañana

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Fue invadido por el amargo sabor del disgusto a primera hora de la mañana. Al abrir sus ojos, se dispuso a prepararse para asistir a clases cuando encontró dinero en la mesita de noche al lado de su cama. De inmediato supo de dónde provenía ese dinero y sintió que su sangre hervía por el enojo. Ese día fue a clases, molesto, y asistió al trabajo deseando que se acabara la jornada laboral. Al finalizar, fue directamente al departamento del mayor.

La puerta fue abierta y tan pronto vio su cara, arrojó el dinero en el rostro ajeno. Respiró profundo, sintiendo su orgullo mancillado. Él, Shieda Kayn, no iba a ser tratado como un cualquiera al que pagaban y abandonaban a la mañana siguiente.

—Quédate con tu mierda.

Dio la vuelta, dispuesto a terminar cual fuera la relación que tenía con Zed. No obstante, escuchó su voz, calmada mientras colocaba una mano en su hombro para impedir que se fuera sin más.

—Espera, Shieda, no me mal interpretes, no es lo que tú estás pensando.

—Dejar dinero al lado de la cama donde no acostamos obviamente tiene otra definición —contestó. A mitad del pasillo, era probable que una persona curiosa estuviera escuchando tras la puerta, o incluso, siento más atrevida, cruzase el umbral para poder observar con claridad la pelea. A Kayn no le pudo importar menos, era capaz de dar una paliza al primer cretino que quisiera entrometerse en asuntos que no eran suyos.

—¿Y por qué me dices Shieda? ¡Ni se te ocurra llamarme por mi nombre de nuevo, imbécil!

—Está bien, Kayn. Te voy a explicar, pero primero deja de causar alboroto aquí. No quiero que seamos el chisme en lo que resta del mes.

Soltó un suspiro, sintiéndose peor que antes por la preocupación del mayor en mantener las apariencias. A él no le importaba demasiado, considerando que no era su residencia, y en caso que lo fuera, encargarse de los habladores siempre sería su primera opción.

—¡Me importa una mierda! —exclamó, segundos después, creyó que lo mejor era irse que seguir perdiendo el tiempo.

Esta vez fue interrumpido por el cuerpo de Zed frente a él, cuya expresión le resultó difícil descifrar.

—Hazte a un lado —habló, intentando escapar por uno de los costados.

—Kayn...

Por un momento, pensó que lo mejor era empujarlo y largarse para no verlo nunca más. Sin embargo, cuando mirada el semblante serio de Zed, dudaba. Su fuerza de voluntad flaqueó durante varios segundos y asintió, murmurando insultos antes de entrar al departamento. Cruzó los brazos sobre su pecho, molesto, sin querer estar lejos de la puerta en caso de querer alejarse lo más rápido posible del lugar.

Tras un rápido vistazo al departamento, notó una gran cantidad de papeles en el centro de la meza. Zed desapareció un momento por la entrada de la cocina y con curiosidad se acercó al papeleo. Al leer un par de líneas supo que estaban relacionados al caso, en silencio, un vaso fue acercado a él, llenó de gaseosa oscura con cubitos de hielo. Lo tomó y recorrió a Zed con la mirada. Su semblante serio y cansado, probablemente había tenido una jornada dura.

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⏰ Última actualización: Oct 11, 2020 ⏰

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Oscuros [ZedxKayn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora