La castaña camina en el borde del techo, esperando caer, sin logro de su objetivo fija su vista en la calle, donde un carro de helados pasa, el mismo camion de helados que lleva pasando hace solo una semana sin falta alas 3:00, un suspiro sale de sus suaves labios, su curiosidad era tan grande, pues la persona que lo manejaba tapaba su cara de lobo, esa una gran intriga por lo menos para ella, quería saber que quien estaba debajo de esa mascara.
5 minutos, y se encontraba en su cuarto acostada, boca arriba, con los ojos entrecerrados, y el sueño consumiendola, sin saber que la pesadilla, pronto comenzaría.
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Gotas de sudor caían desde su frente hasta el cuello, mientras se removía inquieta en su cama, tratando de huir del hombre del cuchillo que la persigue, para al final, levantar exaltada de la pesadilla, mirando a los alrededores, con un escenario totalmente diferente al que estuvo anterior mente, suspiro al ver que solo era un sumple pesadilla, y que el hombre no la perseguia o que las paredes goteaban grandes cantidades de sangre, se levanto, erizandose al instante al tocar la fria madera, camino hacia la ventana abierta, aunque ella recordaba a verla cerrado , sin darle importancia camino al baño con una muda de ropa en una mano, sin percartarse de los ojos azules que la acosaban desde el armario.
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Los 4 bravucones de derry, se encontraban en otra fiesta antes del toque de queda, donde muchas de las chicas con ropa vulgar, se apegaban a ellos, siendo ignoradas cruelmente pues su mente, estaba en los perdedores, o para ser mas específica en la Tozier menor.
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El payaso caminaba por las alcantarillas parando frente ala casa Tozier, con una expresión neutra, para despues formar una tétrica y macabra sonrisa, característica de el, con un objetivo, solo uno, los gemelos ( o cuates, mellizos) tozier
