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"En problemas"

Me levanto y desearía no haberlo hecho, pues mi almohada me susurra gentilmente que me quede a su lado otro rato. Lastimosamente, la alarma en mi celular no se calla, así que decido alistarme para un nuevo lunes, que seguramente será tan tedioso como el resto.

—Qué tengas buen día, cielo —oigo a mamá decirle a Joey antes de que suba al asiento de copiloto en mi auto—. ¡Adiós, mis amores!

Nos dice mientras agita la mano en despedida y salgo de la cochera en reversa. Entro a mi carril y tranquilamente conduzco a la escuela.

—¿Puedes ir un poco más rápido, por favor?

Cuando noto que el semáforo está en rojo, me giro un poco y observo con incredulidad a mi hermano.

—¿Por qué las prisas? A penas son las siete.

Lo veo un tanto avergonzado pero finalmente se confiesa.

—Es que... hay una chica nueva que es muy linda y que siempre llega antes que yo. Y no sé, quisiera ganarle y que conversemos un rato sin gente a su alrededor...

Es algo extraña su excusa y sinceramente esperaba algo parecido.

Aw, mi hermano tiene un crush en una chica.

Prefiero no cuestionar más el tema, así que me encojo de hombros y avanzamos cuando la luz se torna verde. Y hago precisamente lo que mi hermano necesita.

Lo dejo en su edificio antes de estacionarme y justo cuando saco las llaves y me dispongo a salir del auto, no es nada más ni nada menos que Nick Turner el que me toma por sorpresa cuando cierro la puerta.

Con un grito ahogado, contengo las ganas de golpearlo por asustarme.

No todo se arregla con violencia, mi conciencia dice.

—Oye, acosador, ¿qué rayos haces? —le digo, frunciendo el ceño y tratando de apartarme aunque él me detiene.

Y cuando finalmente miro su rostro, no me agrada para nada su expresión (como es usual).

—¿Acosador? —su mirada se descoloca aún más y luego sonríe con arrogancia— Ya quisieras... y, ¿qué es eso de "qué rayos"? —Casi lo oigo reír mentalmente.

Me cruzo de brazos y lo miro con incredulidad.

—Ya en serio, ¿qué quieres?

Parece que recuerda algo de pronto y agita la cabeza un par de veces. Luego, me toma por los hombros y me agita.

—¡Mi novia nos descubrió! —anuncia teatralmente, como si lo hubiera ensayado.

Y aunque se podría malpensar lo que acaba de prácticamente gritar en medio estacionamiento, creo que se refiere a lo de la tarea.

—¿Descubrió que... te pasé la tarea de física? —trato de confirmar con confusión y alzando una ceja mientras quito sus manos de mis hombros.

Él asiente unas cuantas veces y su expresión vuelve a ser alarmante.

—¿Y eso es malo porque...?

—¡Porque sabe mi contraseña del celular, tomó fotografías de nuestra conversación y se las envió anónimamente a la escuela!

Es aquí cuando me pongo en estado de shock.

No, no, no, ¡NO! No puede estar pasando.

—¡¿Y por qué carajos hizo eso?! —trato de no gritar para no llamar la atención mientras ahora soy yo la que lo sacude por los hombros.

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⏰ Última actualización: Jun 28, 2018 ⏰

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