怔 Terrified

Lágrimas caen por tu mejilla, de tus manos gotas de sangre.
En el suelo un cuerpo sin vida, y en tus pensamientos solo hay dolor y temor.

Un temor que no te deja reaccionar, y un dolor que no comprendes.

Un amor perdido. Un pasado olvidado y un futuro marcado.

Tu cuerpo tiembla ante el recuerdo... Tus pensamientos te impiden dormir. Al voltear hacia techo solo vez su rostro... Escuchas su voz suplicando perdón. Y antes de reaccionar recuerdas aquella arma disparar sobre su frente.

Sangre salpicada sobre tu rostro y su cuerpo a tus pies. Aquellos pasos que van desapareciendo junto a una risa.

Sonidos de ambulancias y todo acaba.

No comprendes quién es esa persona... Por la cual sientes mucho dolor y amor. Quieres preguntárselo pero ya no está. Se ha ido...

Y recuerdas a alguien que odias, del cual no sabes su nombre pero sí que te quito una parte de tu vida.

Es lo que me repito cada mañana al despertar. Dos identidades que descubrir

Y una historia que todavía no termina.

Mi nombre es Jeon Jungkook, uno de los mejores detectives de la ciudad, alguien que siempre logra descubrir lo que sucedió en cada caso, en todo asesinato y secuestro.

Jefe del departamento de detectives, de pocas palabras, pocos amigos, lo único que quiero y deseo es justicia.

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Pasos silencionsos  pero rápidos, subir paso a paso por una escalera vieja de madera, una casa oscura que ilumina la Luna.

Mis manos sudan por la pistola que sujeto, silencio por parte mío y de mis colegas, pero no por aquellos gritos de terror que se escuchan en un cuarto de la casa.

Sujeto con más fuerza la pistola y me preparo para tirar del gatillo, es lo que más detesto pero también lo que más hago.

Una víctima traumada pero salvada,  personas que felicitan el gran trabajo hecho por meses, y un secuestrador más trás las rejas.

-Wow... -los estudiantes de criminología contestaron con asombro ante mi testimonio.

-¿Señor Jeon? -uno de ellos se dispuso a realizar una pregunta -¿no se cansa?... Bueno más bien ¿no tiene miedo? -todos los presentes me voltearon a ver al instante de escuchar al chico.

-¿Miedo? -el chico respondió con un asentimiento de cabeza.

-Claro que tengo miedo, pero no importa... -hice una breve pausa para pensar que contestar, simplemente no les podía decir que tenía miedo,  pero este se perdía cada vez más en lo que transcurrían los días, ya casi no sentía miedo -Esos son mis días en este trabajo,  todo se repite, los psicópatas siempre buscan a alguien a quien matar, a veces por dinero, otras veces por honor, pero nunca por una buena razón. Cuando estas en este trabajo tienes que dejar tu miedo a un lado si en verdad quieres salvar a la gente, tu prioridad son esas vidas, no tu miedo, así que si alguno de ustedes tiene más miedo que ganas de salvar a la gente, este trabajo no es para ustedes, es mejor que se retiren antes de que queden traumados con todo esto.

Muchos de los estudiantes se miraron entre sí mientras tragaban saliva. Tenía que ser honesto con ellos, esto no es para los miedosos. La sala estaba callada con todos asustados.

-¿Alguno tiene familia? -cuatro levantaron la mano temerosamente - Ok... -un gran suspiro salió de mi parte- No dejaré que estén aquí, no les implementaré la capacidad para ser detectives... Lo siento pero necesito que se retiren. -los mire a cada uno de ellos de manera seca, mi decisión era firme y no la iba a cambiar.