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Las lágrimas son reales
y el dolor también,
pero las pequeñas sonrisas
entre la oscuridad se pueden ver.


La daga en mi pecho desapareció,
o tal vez en el piso tirada ya quedó.

Las manos me sudan,
pero no quiero llorar,
lo he hecho mucho
y no quiero terminar ahogada.

Lamento no ser fuerte,
me da pena gritar sin razón,
a veces quiero irme,
pero en mi habitación atrapada estoy.

Las horas pasan
y el cielo blanco está
¿siempre fue así,
siempre hubo tantas grietas?



Los brazos estiro,
pero no lo logro alcanzar,
supongo que siempre ha estado alto
y solo me quise ilusionar.

✎┇Entre las paredes de mi habitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora