—N-no—. dije retrocediendo unos pasos ante aquella escena.¡Esto no puede estar pasando!, ¡N-no es real!
Había bomberos viniendo de todas direcciones, el fuego con esas ardientes llamas que flameaban a unos metros de mi rostro, una ambulancia llevándose a dos personas que yacían en el suelo.
Aquella noche, bajo aquel cielo, corrí sin rumbo, mientras mis lágrimas no cesaban de caer por mis mejillas.
—M-mis padres.
¿Cómo en un instante podías sentir que tu vida acaba?
Rendida por el cansancio de mis piernas, caí sentada abrazando mis rodillas en un callejón. No sabía donde estaba y mis lágrimas empañaban mi vista.
El callejón era oscuro, era uno de esos callejones donde tan solo la tenue luz de la cuidad llegaba a asomarse por la entrada del mismo.
—Todo estará bien — escuché decir a una voz masculina.
Tenía miedo, ¿acaso aquel chico sería algún tipo de ladrón?; no conocía la zona y eso me hacía dudar más de la persona que se encontraba frente mío.
A pesar de ello, aún con lágrimas en los ojos, musite: —No tengo d-dinero, ni nada bueno que pueda robarme.
Escuché una pequeña risa y sentí una mano posarse frente mío. Aún secando algunas lágrimas de mi rostro con las mangas de mi ropa, tomé la mano ajena para levantarme, no sabía si eso estaría bien, pero tampoco podía verle lo malo.
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mi felicidad en tus manos¡!,, ksj.
Fantasía-no llores, yo estoy y estaré para ti-. soltó en la calidez de su abrazo.