¿Amigos? ZoSan

►02◄

ⒾⓃⓄⓅⒾⓃⒶⒹⓄ   

Después de aquella noticia, la mente de Zoro divago en todo menos en lo que debería realmente, se sentía excitado por el simple hecho de permanecer lejos de él y de todos aquellos lugares en los que pasaron tiempo juntos, por muy mínimo. Pero por otra parte, se sentía angustiado, todo había sucedido tan de repente que sentía que todo se iba de sus manos, no podía darse el lujo de perder otra cosa además del camino.

Por eso mismo es que el insomnio se hizo presente en su cuerpo, por mucho que rodase en la cama y contara ovejas, no conseguía conciliar el sueño y descansar, por eso mismo, desesperado comenzó a arreglar sus maletas aun si tener el vuelo fijo.

Cuando su cuerpo pese a no poder dormir se sintió cansado, sin pensarlo dos veces se dejó caer de lleno contra el colchón a pesar de tener consigo aun su traje que siempre portaba, ansiaba dormir por lo menos un poco en completa paz, pero como ya es costumbre, su mente le jugo en su contra.

- MA-RI-MO – Escucho lejos de él pero cerca a la vez, su mente aún seguía en blanco. Miro al frente y se encontró con el chico que ahora le ocasionaba un dolor en su ser.
- Felicidades – Pronuncio con el dolor en el pecho incrementándose cada que respiraba - Que seas muy feliz Sanji
- ¿Sanji? – Pregunto el otro confundido por la mención de su nombre en los labios ajenos - Oye ¿Qué demonios te pasa?
- Yo – El aire comenzaba a escasear – Yo – Debía salir de ahí - Yo me tengo que ir

Su pecho subía y bajaba de forma frenética, el sudor frió que bajaba por su piel había ocasionado que su camisa blanca se pegase a su tan trabajado cuerpo↞, Maldición, fue lo primer qué pensó, las imágenes ahora eran borrosas y confusas mientras más lo pensaba, ¿Qué demonios fue eso? se preguntó en cuanto un sentimiento de incomodidad y dolor se instaló en su interior, de seguro me vi tan cobarde por haber hecho eso. Sin más las ganas de seguir durmiendo se esfumaron en cuanto sus se ojos abrieron.

El reloj marcaba las 5 de la mañana y el incesante tic tac que este producía dejaba en él una irritación, ocupo su mente en otras cosas, el viaje que días antes le habían comentado aún seguía en pie aun si fecha dijo pero sabía que debía ser pronto.

Hojas y hojas volaban por toda la habitación, los lápices sin punta y las plumas sin tienta demostraban cuanto había estado escribiendo y plasmado en aquellos folios que ahora adornaban su piso, su piel aún seguía pegajosa debido al sudor que momento antes se hizo presente. Con molestia tomo un baño, perdiéndose aun en un camino totalmente recto, estaba molesto eso estaba más que claro.

Después de perder más de 1 hora en ir al baño y darse una ducha para después volver a su habitación, aquella molestia se convirtió en ira, su panza gruñía pero no tenía tiempo para comer, podía tomarse esa libertar si quisiese pero el riesgo de volver a perderse y desperdiciar una hora más le hacía aumentar su ira consigo mismo.

- Buenos días Señor Roronoa – Saludo el mismo hombre de mediana edad en cuanto entro al automóvil - ¿A dónde desea dirigirse?

- Buenos días – Respondió sin ganas y por inercia↞  - A la oficina por favor.

- Seguro Señor – Y sin más emprendió el camino, el ambiente era mucho más agradable al de la última vez.

- Por cierto – Menciono después de unos minutos, el reloj apenas marcaba las 7 - ¿Podemos pasar a comprar un café?