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Un líquido amarillento adornaba la acera frente a aquel parque lleno de vida, a pesar de estar en completa oscuridad, el olor a alcohol era apreciable a tan solo un par de pasos de distancia, un hombre de cabellera verde se apreciaba sentado a un lado de aquel charco. Las pocas personas que pasaban cerca suyo lo miraban de manera disimulada, solo escuchaban el sin fin de blasfemias.
- Señor, creo que ya no debería beber más - Pronuncio un hombre de mediana edad, le preocupaba aquel hombre tan triste.
- Cállese - Respondió alargando cada letra, Maldición, ahora todos me ven, fue apenas consiente de pensar en otra cosa - Es que nunca han visto a alguien con el corazón roto - Grito provocando que todos caminaran despavoridos lejos de él - Carajo, será mejor que me vaya.
Decidió levantarse, pero lo único que hizo fue caer de lleno contra aquel charco, Maldición, murmuro cuando logro caminar un par de pasos sin caer, todo se movía y su vista era más borrosa que nada, la cabeza le daba vueltas y la sensación de vomitar se hacía presente en su sistema.
La oscuridad en esos momentos y la ausencia de la Luna hacían difícil su caminar sin tropezar o golpearse, añadiéndole a eso el hecho de que su postura era más que nada agachada y encorvada, las calles dejaron de ser totalmente derechas para pasar a convertirse en estructuras de gelatina que se movían amenazantes a caerse sobre él.
Había huido de aquel lugar hace un par de horas, no sería tan difícil volver si tan solo recordase por donde camino, Si él estuviera aquí seguramente se burlaría de mi pésimo sentido de orientación pensó ahogando una risa, odiaba el hecho de perderse de forma tan sencilla.
Y como si por abra de magia se tratase, llego de nuevo a aquel parque en el que momentos antes había estado, ¿Cómo llego de nuevo a ese lugar? Un dolor se instaló en su mente al tratar de recordar por donde había caminado pero todo era un intento en vano, solo recordaba personas o mejor dicho manchas y edificios que no podría recordar, estuvo a punto de gritar pero se contuvo, suficiente había hecho en tan poco tiempo.
Un rayo de luz apenas visible se apreciaba en aquella estructura oxidada, un par de columpios que en su momento fueron de colores alegres ahora solo estaban tristes y sin vida, sintiéndose similar a aquel juego se encamino a ellos.
Sus pensamientos comenzaban a volver, pero el movimiento que realizaba sobre el columpio no ayudaba, se movía adelante y atrás sin despegar sus pies del piso, momentos antes se comenzó a sentirse la persona más desdichada del mundo, Mierda, tengo que dejar de pensar en él, se repetía innumerables veces cada que una mancha amarilla se hacía presente en sus pensamientos y recuerdos.
Las nubes sobre el daban la sensación de que en cualquier momento el cielo caería sobre él pero en vez de preocuparse se sentía aliviado, deseaba que sus mejillas se empaparan por otra cosa que no sean sus lágrimas. Mierda, murmuro al ver que sus intentos de detener aquel llanto silencioso eran en vano, el mejor espadachín del mundo se encuentra llorando - Acaso me he vuelto tan débil - Murmuro mirando el cielo.
Y como si de una ola se tratase, todos los recuerdos llegaron a el -Maldición, como deseo que aquella vez no te hubiera conocido - Llevo su mano a su pecho - Yo sería feliz, y no estaría llorando aquí - Miro al rededor en busca de algo, cualquier cosa que detuviera lo que sentía, pero nada se hizo presente, miro sus manos entrelazadas y sonrió con dolor - Como un estúpido por un amor que jamás será correspondido.
-Yo no creo que sea así - Escucho detrás suyo brincando un poco debido a la inesperada respuesta - Espadachín-san - Volvieron a mencionar, sentándose aun lado suyo, en aquel desgastado columpio - Tú en verdad lo amas ¿No es así?
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¿Amigos? ZoSan
Fanfiction-Mira Marimo, me casaré -.... -No es increíble, después de tantos meses por fin dijo que sí -... -¡Hey! Di algo maldición, es que no estás contento por mí -... -MA-RI-MO -Felicidades, que seas muy feliz Sanji -¿Sanji?, Oe ¿Que demonios te pasa? -Yo...