Ilustración por Maggie Cole
***Me encanta poder viajar, sobretodo en las mañanas, aunque sea una persona bastante perezosa en los vuelos nunca lo soy cuando se trata de tomar uno a primera hora, y esto se debe a la hermosa sensación de disfrutar más de un viaje en el cual llegas temprano a tu destino y así tener la posibilidad de disfrutar un amanecer en otra parte del mundo; precisamente era lo que me encontraba haciendo unos segundos atrás.
O bueno esa parte de la historia es la agradable, la única agradable. Dado que la suerte que cargo desde mi nacimiento emplea que todo lo bueno acabe más rápido que los deseos de un adolescente de ser independiente. Ahora me encuentro presenciando esto en cuanto noto que un hombre se lleva mi maleta y yo, como la persona civilizada que soy agarro mi otra maleta de ruedas y acomodo mis bolsos para iniciar una persecución tras el ignorante sujeto que sostiene mi maleta, mientras maldigo en voz baja.
No parece ser suficiente que tenga que dejar mi ciudad, oh no, no lo es.
Corro con mi poca energía agradeciendo traer tennis hasta que lo alcanzo y toco su hombro para que volte a verme, este lo hace y aparece un hombre adulto alrededor de los cuarenta y cincuenta años que tiene cara de pocos amigos y ojeras exorbitantes en las cuales me pierdo unos segundos ya que parecen moretones, terminando mi pequeño escrutinio de su persona me preparo para darle una explicación de mi interrupción.
- Disculpe por molestarle pero usted tiene mi maleta podría ,por favor, ¿devolvérmela?- digo con el mejor tono posible de paciencia que puedo tener.
- Creo que usted es la que se equivocó de maleta, esta es la mía- me responde con una voz ronca y llena de hostilidad.
- Estoy bastante segura de que no; mi nombre está escrito en la etiqueta que tiene. Mire- le respondo señalando la etiqueta que se encuentra en la agarradera de la maleta, el hombre hace caso omiso a mis palabras y sigue caminando.
Y yo, furiosa y carente de paciencia, lo vuelvo a perseguir, ahora sin intentar ser amable le arrebato mi maleta de una vez y camino en dirección contraria a donde el va.
- ¡HEY!- me detiene agarrando mi abrazo con bastante fuerza- Niña devuélveme la maleta o llamo a seguridad, te lo estoy advirtiendo.
- Mire, esta es MI maleta, señor y, por si no sabe leer mi nombre está escrito ahí mismo así que le recomiendo que me la de o la que llamara a seguridad soy yo- le respondo al hombre mientras alejo mi maleta de él; volteo a los lados para ver si hay algún oficial que me ayude y me encuentro con que varias personas se nos quedan viendo, bastante curiosas por saber lo que esta ocurriendo.
Justo cuando creo que tendré un día normal debido a que estaba de buen humor, había desayunado un delicioso rol de canela, había visto el amanecer y estaba feliz de llegar a una nueva ciudad, me doy cuenta qué hay diferentes planes para mí. Maldigo a este hombre que está logrando que esa sensación se esfume.
Ahora tengo a un oficial enfrente mío y para colmo, se que esto no será una discusión rápida.
***
Después de dos horas hablando con guardias, administradores, trabajadores e incluso con azafatas, este exorbitante malentendido se resuelve, conmigo llevándome la maleta que siempre me perteneció, una sensación de querer invernar por un año, y un café que me ofrecieron los gerentes del lugar.
Leonard, que terminó siendo el nombre del hombre, realmente no parecía ser una mala persona, después de que me entere de que su hija se había roto una pierna mientras él estaba en un viaje espiritual ya que descubrió que su esposa lo estaba engañando con un hombre más joven, y que recientemente había recibido una llamada que le decía que su madre también había sido ingresada al hospital, quedé totalmente sorprendida y me prometí no volverme a quejar por el resto de mi día. Me enteré de todo esto porque rompió en llanto apenas y le empezaron a hacer preguntas sobre su viaje. Se disculpó conmigo, así que realmente no quise reclamar nada, e incluso me dio algo de lástima tener que decirle que su cierre estaba abajo, de todos modos lo hice.
Y lloró más. Lo bueno es que se calmó tiempo después, y el problema fue resuelto.
Su maleta terminó siendo recuperada y decidimos compartir un taxi a la zona Norte ya que él estaba corto en efectivo. Ahora lo único que falta es llegar al departamento que conseguí en línea, en el cual por suerte no tendré que compartirla con nadie, y llevar mi papelería a la universidad en la cual estoy cursando mi último año, fue todo un alivio que me permitieran hacer el cambio, aunque tendré que llevar clases extras por un tiempo, gracias a mis calificaciones y currículum el traslado fue más fácil de lograr.
Mis ojos arden, no entiendo como es que las personas se acostumbran a llevar lentes de contacto, siento que en cualquier momento se me caerán, o peor, que quedaré ciega si no los cuido. Antes de venir a la ciudad tuve que hacer un pequeño cambio de imagen, en el cual se incluían los lentes de contacto, un corte de cabello y tinte, aparte de que ahora lo tendré que llevar liso, me decidí por llevar ahora ropa algo diferente a la que utilizaba en mi día a día. Un muy pequeño cambio de imagen.
Espero y funcione para que no haya problemas.
Es la una con treinta cuando llegamos a la zona norte de la ciudad, Leonard le paga su parte a la taxista y yo saco mi cartera para darle lo que falta.
- Que tengan un buen día- nos responde la joven de cabello castaño y nosotros bajamos del carro, mientras ella ayuda a bajar las maletas.-Hasta luego- responde al terminar con la tarea para volver al asiento del conductor y marchar
- Fue un gusto conocerte Nia, lamento los percances en los que nos metí, si necesitas algo puedes llamar al número de esta tarjeta- me dice mientras saca una tarjeta de presentación de su cartera- se que a veces puede ser difícil sobrellevar todo en una nueva ciudad. Nos veremos.
- Adiós Leonard- es lo único que alcanzo a decir antes de que él se esfume. Por Alá, todos parecen tener prisa el día de hoy, mientras sujeto mis dos maletas, la bolsa de viaje y mi bolsa de mano, empiezo a caminar hacia la dirección en donde se encuentra el edificio.
Pero las interrupciones a mis planes parecen querer aparecer otra vez.
***
Muchas gracias por leer, espero y te intrigue el siguiente capítulo
Con cariño, 💙
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Todo se pierde
Roman pour Adolescents¿Cómo ha sido tu pasado? y ¿cómo te imaginas en un futuro? fueron las preguntas de las cuales mi nueva vida dependía. Toda mi vida dio un cambio de 180 grados después de aquel cuestionario, que nos dieron para identificar cómo nos encontrábamos al e...