El diario de las penas

Capítulo 4: Amigos de nuevo

-Ei a donde te cres que vas maricón?

-Ya te vale Carlos, dejalo en paz

-Cállate bola de grasa!!!

-Ei ya te vale Carlos, dejanos en paz y comprate una vida

-Que te calles marica de mierda!!! Hazle tus charlas a otro!!!

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Martes 27 de enero del 2014

Me desperté sobresaltado, solo había sido una pesadilla, había revivido una de las miles de peleas que tuvimos yo y Alejandro con Carlos, que a mí me lanzaba comentarios homofobos y obscenos por simplemente ser gay, pero Alejandro también lo pasaba bastante mal, se metían con él por su peso. Bueno, solo había sido un sueño, no iba  a dejar que ese viejo y mal recuerdo se implacara en mi decisión. Así que, expiré aire por la boca y hice mi rutina habitual hasta llegar al colegio.

Al llegar al edificio, esta vez, no me crucé con Maria, ni tampoco con Sara ni Carlos, así que, fuí a mi clase para empezar. A Carlos, no le ví en las dos primeras horas, pero, cuando los niños iban al patio, yo me dirigí a la sala de profesores para empezar la corrección de unos exámenes. Cuando entré en la sala, ahí estaba, sentado en una silla tomándose un café.

-Carlos-dije-puedes venir un momento porfavor?

-Claro-respondió

Los dos salimos al pasillo.

-Mira Carlos-empecé-Yo más que nadie se todo el dolor que pasé con tus insultos y agresiones, pero, también se que, las personas, a medida que pasa el tiempo pueden llegar a canviar, así que, sí, voy a ir contigo a la cena.

-Gracias David-me respondió-realmente quería arreglar todo este asumpto de la universidad. Te gusta la comida italiana?

-Pues claro-dije.

-De acuerdo-dijo. Nos vemos el viernes en el Bon Appetichio, calle Numáncia número 14 a las 21:30, sabes donde esta?

-Si-dije-he ido allí un par de veces

-Perfecto-dijo-nos vemos.

En ese momento sonó el timbre y los niños empezaron a subir del patio.

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Esos dos días restantes pasaron con normalidad, no quería obsesionarme con esa cena, así que desconecté del tema hasta el viernes.

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Viernes 30 de enero del 2014.

Acabo de llegar de la noche con Carlos.

Por la mañana, todo ha sido normal, ha sido como si nada. Al llegar a las 19.00 horas a casa, me eché a dormir ya que estava muy cansado. Dormí profundamente hasta las 20.30 horas, que me levanté para prepararme.

Sabía que, como no era ninguna cita, no hacía falta ponerse muy elegante y formal, pero tampoco tenía que perder mi elegancia. Así que, decidí ponerme una blusa azul a cuadros, unos pantalones laros de color veix y unos mocasines marrones. Me lavé las manos y la cara. Ya eran las 20.50 horas. Me fuí de casa, cogí el coche y conducí hasta el Bon Appettichio.

Al llegar puntual a las 21.30, allí estaba, Carlos, vestido con un polo verde y pantalones largos tejanos y unos mocasines marrones también como yo, estaba elegante.