Cap.3 Un listón desechable

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Una simple llamada para desencadenar una terrible manía de seguir en el mismo abismo, siguiendo en el enfoque del agujero sin retorno. Eso era aquella situación, una que eligió porque a si su corazón se sentía mucho más tranquilo, pero a costa de que... de que solamente fuera en ocasiones en el cual su alma se sentía plena... solo para sentir aquella adrenalina transcurrir en su torrente sanguíneo y de callar a esa cabeza donde su raciocinio dejaba de lado porque no quería escuchar la verdadera causa de su sufrimiento. A si estaba la morocha causando simples confusiones a su mente y sobre todo a su corazón esa simple y engañosa llamada que esperanzada vio que era una solución valiosa...

-Bueno... Naruto-kun- había sonado de los más tranquila al tomar aquella llamada, aquella donde su corazón estaba acelerado, pero su mente estaba analizando cualquier cosa que vendría... claro está si fueran malas noticias, pero nunca vio venir aquella contestación tan desesperada de aquel rubio ojos azules de la cual estaba anhelando su regreso, simplemente no podía sacarlo de su mente ningún día.

-Hinata quiero verte, podría ir a tu casa ahora mismo- eso sí que era una sorpresa para ella, algo estaba por venir y ella creía que todo se solucionaría de ahora en adelante, la espera había dado frutos, pronto estarían platicando sobre su futuro, sobre una vida juntos.- te necesito Hinata-

Era obvio que ella diría que sí, que si podría verla, no tenía ningún pendiente por hacer ni a donde ir, obviamente si lo hubiera tenido habría dejado todo a la mierda solamente para verlo, para ver esa cara tan varonil y aquel olor a Ramen que tanto le gustaba que desprendía aquel rubio cada vez que lo veía, que si era cierto... si cada vez. Después de colgar y quedarse en shock rápidamente alisto el lugar, recogió, limpio y ella se puso linda solo para poder impresionarlo, se había puesto un vestido blanco hasta las rodillas, unos zapatos bajos negros y pinto sus labios de un tono pastel. Quería verse linda pero a la vez sencilla solo porque sabía que a su amado no le gustaba verla con las ropas con las que había ido aquella vez al restaurant-bar no quería caer en lo mismo.

Después de unos minutos de verse al espejo y sentirse agrumada porque no creía verse lo suficientemente linda para él tocaron el timbre del departamento, ella inmediatamente abrió y lo que vio era a un rubio todo sonrojado y de un momento a otro la beso de una manera tosca, sin ningún tipo de tacto, cerró la puerta y la llevo directamente a la recamara de la ojiblanca, le quito sin mesura aquellos ropajes que ella se había esmerado en ponerse.- e-espera... Naru...- él ni siquiera la miro ni le intereso que ella le estuviera llamando para que se detuviera, simplemente le hacía daño, pero... le estaba encantando de igual manera. -Hinata estas tan rica como recuerdo- había dicho si descaro el rubio que la veía lascivamente y había quitado aquel sostén blanco de un solo jalón la cual ella trato de cubrirse por la pena y la vergüenza de ser desnudada, sin importar que naruto la sujeto puso las manos de Hinata hacia arriba y pesco con sus labios aquel botón color durazno, los mordisqueo - ha~- lamio hasta quedar satisfecho de ellos, para él sabían exquisitos, un manjar de dioses ya que ella tenía unos apetecibles montes que cualquier hombre desearía tomar. -Haaaaa~-por su lado hinata se sentía extasiada había dado un gemido excitante para los oídos del rubio, nunca antes aunque habían tenido relaciones él se había comportado de tal manera, era un placer exuberante y tosco. -Hinata~- él pronunciaba su nombre cada vez más ronco y con gruñidos exquisitos sobre los odios de ella. -quiero hundirme en tu precioso coño de una vez por todas- había susurrado y ella solo indico con su cabeza que prosiguiera. Naruto había bajado su mano hasta aquel clítoris hinchado de placer y lo movió locamente para que ella se mojase mucho más y aquella presentación fuera placentera, Hinata grito -haa~ Na-naruto-kun-. Había sido su primer orgasmo en toda su vida, nunca antes había hecho tal cosa y ahora naruto la había hecho venirse. Ella estaba regresando a la normalidad cuando de un sola embestida naruto se había adentrado a ella -haa~- gimió hinata al sentir aquel falo tan grande llenar su centro de una manera tan deliciosa. -Hi-hinata tu coño es tan caliente y húmedo, mierda- había maldecido naruto al momento de envestirla por segunda vez, eran envestidas lentas ya que el rubio quería disfrutarlo de manera lenta. -por dios no...- no había funcionado, él de inmediato la volvió a envestir tan duro que después de eso lo hizo mucho más rápido y con ritmo, Hinata no estaba en sus sentidos y lo único que hizo fue sujetarlo del cuello y atraer sus labios hacia los de ella, lo beso tan profundamente que hasta él abrió la boca para que tuviera mejor acceso, sus bocas peleaban con premacia y el falo de Naruto envestía con mucha rapidez hacia el coño dulce de Hinata. Al separase por falta de oxígeno, él dio sus últimas envestidas y salió rápidamente de ella para dejar su semilla esparcida por el cuerpo de ella. -mierda- casi había hecho una estupidez de venirse dentro de ella sin protección, una cosa que no se quería arrepentir futuramente. Habían terminado y los dos jadeaban para poder controlarse, hinata se sentía muy feliz, estaba dichosa y naruto solo estaba recostado con los ojos cerrados. Hinata lo observaba y el abrió los ojos y le dio una sonrisa de medio lado. -Naruto-kun, te amo- lo había dicho. Hinata había soltado esa palabra que se había atorado por su garganta al momento de hacer el amor con naruto. Él abrió los ojos desmesuradamente, voltio para otro lado y suspiro. Se paró de la cama y comenzó a vestirse.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora