¿Solo un nuevo comienzo?

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Sasuke era un chico de buena familia, era adinerada y conocida por toda la ciudad de Konoha, él estaba acostumbrado a tener todo lo que deseaba y todo se refería hasta en mujeres, era muy buscado por ellas, sobre todo aquellas que lo miraban más por su apellido que por su misma persona. Su familia era muy renombrada, mucho más su hermano Itachi que era dueño de las empresas más grandes de toda Konoha y hasta mundialmente por sus allegados de otros países, el por su parte mantenía la empresa de la familia, era algo sumamente importante, sin embargo no estaba del todo feliz. Su familia y el trabajo lo asfixiaban... tener todo no lo llenaba, tampoco tener una novia hermosa que más bien a él le parecía irritante por su manera explosiva de reaccionar, sin embargo era una manera cuerda de no ahorcarse por sí mismo.

Un día trato de mantenerse fuera de rutina, no fue a la oficina, había dejado a su fiel amigo Jugo a cargo. Necesitaba estar solo por una vez en su vida, así que se vistió de forma normal, salió de su departamento y se encamino por las calles transitadas, observaba el cambio que había en la ciudad, no había visto desde su infancia aquellas calles repletas de gente que se apresuraba a llegar al trabajo, -vida rutinaria- se dijo internamente, una vida que él también tenía y que precisamente era la primera vez que lo miraba desde su punto de vista. Ahora respiraba un poco, tal vez era muy buena idea esta escapada por primera vez, aún era temprano así que se aproximó a la primera cafetería que diviso y ahí comenzó su día tranquilo.

Su día estaba comenzando fantásticamente sin embargo no le era posible repetirla, así que la disfrutaría como si fuera su último día de existencia. Pero todo se fue al carajo cuando recibió una llamada –Sakura- había leído aquel nombre y lo primero que le vino a la mente fue fastidiosa, ella siempre quería estar con él todos los días de la semana, hasta cuando trabajaba en la oficina ella iba y se la pasaba todo el día comentando sus cosas y él simplemente se ocupaba de terminar dichos trabajos y revisiones, ella era su novia si pero eso no significaba que estuviera como chicle todo el tiempo. Como diablos se había hecho su novia cuando era definitivamente fastidiosa... haa... era cierto, esa chica era la modelo más reconocida de toda Konoha y para rematar su familia era cercana a la familia Haruno y si... él estaba comprometido con ella porque así era el destino, él simplemente no iba en contra, quería que su padre estuviera orgulloso de él y si eso era tener una familia con alguien a quien no amaba era un sacrificio que debía hacer, quería ser como su hermano pero tal vez todos esos sacrificios lo estaban haciendo miserable. Tardo en pensar si en contestar sería un error, lástima que era un caballero y como tal no dejaría colgada la llamada.

-Hola Sakura ¿que necesitas?-

-Sasuke-kun~- se escuchó una voz melosa detrás de la llamada, Sakura solía hacer ese tipo de voz y más con el Uchiha. –donde has estado, vine a tu oficina desde temprano para desayunar y no te he visto, pregunte a tu asistentucho y no me responde como debería ser- dijo con un gran reproche.

Que debería decir, que estaba en un café respirando por fin y así ella arruinaría su día, simplemente no, no esta vez que disfrutaba realmente algo.- Sakura, él no es un simple asistente para que lo llames así y si no te ha dicho nada es porque yo se lo pedí- tenía que hacer una cuartada-

-¿Porque Sasuke-kun?, ¿con quien estas?, ¡debe ser otra zorra que te está rondando no!- otra vez con sus celos, ella era así todo el tiempo inventando o sospechando cosas que no existían, bueno realmente era porque si tenía muchas chicas acechándolo pero eso no quiere decir que él se doblegaba tan fácil con ellas. Para terminar con eso él tenía que ser convincente.

-Claro que no linda, solo que estoy ocupado con cosas de negocios muy importantes, si no tengo la concentración completa en ello saldrá muy mal, además una belleza como la tuya me distraería sin remedio- escucho un suspiro del otro lado de la llamada y por fin pudo estar mejor.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora