OBSESIÓN║ (Omegaverse)

Amando al Omega indeseado (Prólogo)

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Marinette observaba frívola las fotos de su habitación. Pasando todo su mirar a una vista de 180 grados. Aburrida intentaba recuperar el interés en su obsesión, Negándose a perder al lindo omega rubio que tanto esfuerzo le había costado conquistar.

Apenas y su mirada aguantaba el ver el rostro de su novio sonriendo de una manera tan honesta... Lo que antes le causaba escalofríos y un suspiro involuntario, Hoy solo le causaba nauseas, Al igual que al oler esa dulce fragancia a caramelos suaves y esponjosos pasteles de crema, Los toques de sus delicadas manos, Sus dulces labios rojizos que antes devoraba, Sus cálidos abrazos... E incluso el simple hecho de sentir el aura de su omega, Todo, Absolutamente todo le era asqueante. Su alfa se revolcaba en su interior tratando a toda costa de mantener el más mínimo contacto con la hembra no deseada.

_. ¿Por qué?_. Se preguntaba a sí misma. No aceptaba la realidad... ¡Su realidad! ¿En qué momento su lindo Adrien había dejado de interesarle?

¿SI es que acaso el mismo día de su unión no miraba ferviente el cuerpo del Agreste?...

Recordaba cada parte del encuentro donde delineaba con sus dedos cada parte del fino cuerpo hecho de porcelana hasta donde se hubiera sentido satisfecha. Admirando con egocentrismo la marca que dejo implantada en el cuello del omega, Alimentando aún más su vanidosita al dejar su territorio sobre el chico más deseado...

Sin embargo, En aquellos momentos su zorro rugía a mares por encontrar a su destinado, Dejando en múltiples ocasiones abandonado a Adrien solo por el sentir de aquel embriagante perfume que inundaba sus fosas nasales, Aspirando el olor a castaña y roble con un leve toque de menta, Ese olor que ella despreciaba, pero su alfa interior deseaba a tal punto de correr al encuentro del remitente del fresco aroma, Que a comparación del empalagoso y dulce olor de su omega, le era erótico. Excitante y sobre todo muy obsesivo, A tal punto de considerar insípido e pútrido olor de panes dulces de Adrien.

Ese endulzante encanto por el cual lucho cabeza a cabeza contra la prometida del rubio, Susurrando a su oído promesas de amor puro del cual le profanaba cada noche que sus instintos desbordaban a los pies de la cama.

Se odiaba a si misma por hacerle eso a su amor, Engañarlo con un o una desconocida omega que sacaba a flote sus más primitivos deseos. Anhelando con toda su alma fundirse dentro del omega, Marcar su cuello hasta dejar con rastros de sangre su cuello y complacer su cuerpo con el contrario. Su naturaleza le exigía reclamar el vientre del omega y llenarlo de sus cachorros antes que cualquier otro.

_. No se supone que debería ser así ...

Porque incluso dentro de sus sueños la joven ilusa se imaginaba casada con Adrien, En aquel tiempo donde apretujaba cuanto quisiera la mano de su novio, En secundaria donde todos sus amigos remarcaban que eran la pareja perfecta. El conjunto que sus ancestros habían denominado "Pareja Destinada".

Ahora mantenía amarrado a ella a un omega que se ilusionaba cada día al ver a su alfa, O al menos eso pensaba al sentir la apenas notable marca, Que al paso de los tiempos se iba borrando del olvidado cuerpo.

"_. Agradezco a Dios por haberme hecho tu pareja destinada, Marinette"

Pobre ingenuo que amaba ciegamente al alfa ajeno, Que desesperadamente buscaba mantenerse fiel a la promesa hecha. Rechazando a toda costa su repentino desinterés.

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