Colette tomó una ducha, mientras platicaba con Geraldine.
– ¿Crees que tu padre ande de genio hoy? – Geraldine preguntaba un poco fastidiada
– No lo sé, de verdad, odio las juntas cuando está él, me siento presionada, cómo con miedo de hacer algo mal o decir algo mal.
– Pero, ¿de verdad lo sientes?, para ser honestas nunca lo has demostrado, a mi me encanta tu forma de imponer poder cuando estás frente a los demás clientes – Geraldine hablaba sinceramente
– Créeme, desde que perdí a mi mamá sentía que debía de tener el poder de las cosas, no es fácil ser huérfana a los 8 años y sobre todo tener una hermana 3 años menor que tú, me sentía una especie de madre – Colette rió – Obvio, muuuy pequeña
– ¿hay algún momento en el que extrañas a tu mamá?, digo, algo en especial que llega un momento donde digas "mamá te necesito"?
– Sí, de que lo hay, lo hay, todas necesitamos a una mamá, en mi caso yo no puedo mantener una comunicación o conversación con mi papá "a solas" por que siempre están sus guardaespaldas donde sea, o por ejemplo, hablar sobre las relaciones sexuales o que un chico me gusta, nada de eso, para él todo solo es negocio
– Sí, eso lo supe en tercer año de secundaria con el chico que te gustaba, no sabias que hacer o cómo disimular– Geraldine bromeó
– ¿A que te refieres?
– Si, por ejemplo, alessandro te quería muchísimo, te abrazaba, te trataba de tomar de la mano y tú nunca lo comprendiste bien, tú tenías la presión de tu papá por hacerte cargo de tu hermana y de los pedidos que el te dejaba a cargo, tú nunca le diste una carta a él, solo un pequeño peluche cuando cumplieron 6 meses ¿recuerdas?
– Ah sí, Alessandro, claro – Colette solo asintió
– ¿lo ves?, Alessandro no existe, de verdad, ya necesitas relajarte – Geraldine se levantó – apurateeeee se hace tarde
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Millieu
General Fiction¿Se puede dar un amor en medio de mafias, guerra, odio, muerte y envidia?