Parte 3: El comienzo de una vida oscura

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Mi madre llevaba hijab, es decir, un pañuelo que cubre su pelo tal y como el coran indica que debe llevar toda musulmana e incluso lo llevaba yo a una edad muy temprana con 4 años.  Dejarme deciros! Que si estas velada en hijab aminora tu paso. Camina sobre los corazones de los celosos ¡Y haz que tiemblen! Muévete con nobleza y dignidad cuando los ojos de los envidiosos no puedan mirar tu piel. Eres la belleza en su mejor estado y perfección. Eres la castidad en toda su gloria. ¡No te dejes engañar! Ciertamente velar tu rostro es de la Sunnah. Estar velada de las miradas es para ti, un signo de dignidad; regocijarte y con ello quiérete. Tu velo es una armadura protectora de todo lobo terrible y acechante.                                      Seguidamente teníamos que entrar al cole mi hermano mayor Mohamed y yo, ya que mi hermano Abdel apenas podía caminar. Recuerdo el primer día como si fuese ayer, el primer día me hicieron quitar el hijab, ya que no comprendían que era o por que lo llevaba puesto y sobre todo yo una niña. Puedo deciros que yo desde siempre fui una chica muy diferente o especial si se pude decir. A la entrada del cole era una chica muy callada, muy tranquila, aun que me pegaras no hacia nada, aun que me insultaras tampoco, aun que hicieras lo que hicieras yo no respondía. 

Posteriormente de mi entrada al cole pasaron 5 años en ese cole y además nació mi hermana Najma, así que eramos 4 hermanos y tuvimos que trasladarnos a otro lugar y empezar en otro nuevo colegio y nuevas personas. La escuela era concertada, así que mi padre pagaba para que nosotros pudiéramos estudiar. Y allí empezó elbullying: Acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno sus compañeros.

En mi caso hubo insultos, pintadas en el pupitre, amenazas y algunos empujones. La mayoría, con una motivación homófoba. Esto demuestra que el acoso escolar no es solo cosa de niños, sino que muchas veces volcamos en ellos nuestros prejuicios, nuestros odios, nuestros miedos y nuestros fracasos. De alguna manera, hemos hecho que ellos se empapen de nuestro miedo a la diferencia.Necesitamos una reflexión generalizada para que padres, profesores y alumnos tomen conciencia de la importancia del problema. Por fortuna, desde los 8 a los 12 años, cuando fui víctima de acoso, no sufrí las terribles agresiones físicas que a menudo saltan a las noticias. Pero deberíamos ser muy conscientes de que el abuso también está en aquellos insultos y en aquellas pintadas, que pueden hacer mucho daño a las víctimas. También deberíamos volcarnos en que los alumnos sepan reaccionar ante el acoso. De igual manera en que yo fui víctima de acoso, también fui testigo de cómo acosaban a otros compañeros. Y entonces no reaccioné de ninguna manera, me limité a contemplarlo. Durante todo este tiempo, hemos estado muy paralizados ante el acoso escolar, y es hora de que aprendamos a reaccionar. Como víctima, yo no manifesté el problema ante ningún adulto porque me daba vergüenza, pero ahora quienes sufren acoso deberían tener claro las herramientas para superarlo.

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Espero que os guste, al principio es un poco lo normal pero después de este capitulo ya empieza lo que es intrigante y empieza el sufrimiento. También podemos observar la inocencia de la chica, y que eso en la sociedad que estamos hoy en día no es aceptado, es algo indignan té.   

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⏰ Last updated: Jun 30, 2018 ⏰

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Guerrera sin espadaWhere stories live. Discover now