EL MAR

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Ella era como el mar, tenía esa suave brisa que te despeina el cabello y te sonrojada la cara, tenía las olas que chocan contra la orilla provocando un sonido que parece salido de los infiernos pero que a todo el mundo gusta, era placentero tumbarse sobre su arena cálida y oírlo pero no conté con que la marea sube y las olas arrastran, y así fue me hundió y sentí como mis pulmones se quedaban poco a poco sin oxígeno, como mis brazos luchaban en vano por volver a esa orilla, tal vez en aquel entonces no lo noté pero aquella playa nunca fue segura , mientras me ahogaba recordé ese tiempo, debe ser cierto que antes de morir ves toda tu vida pasar ante tus ojos porque yo lo vi, estando sentada junto a la orilla vi como mis pies se quemaban, como ardían provocándome heridas que ya jamás cerrarian pero yo las tape con una mentira dulce diciendo que se trataban de leves rozaduras, la gente a mí alrededor lo veia, notaban como aquel mar me estaba arrastrando con él y por más que yo trataba de enmascarar lo que me decían en el fondo de mi lo sabia, pero era tan hermoso el ritmo descontrolado de las olas encajando perfectamente con el compás de mis latidos que lo negaba, y ahora que hundo para siempre lo veo pero sin poder volver atrás y rectificar, lo siento ya es tarde.

TANTAS PUERTAS CERRADAS Y TAN POCAS LLAVES PARA ABRIRLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora