TANTAS PUERTAS CERRADAS Y TAN POCAS LLAVES PARA ABRIRLAS

MIEDO A AMAR

Como una niña, pequeña como un alfiler y frágil como un cristal, como una niña encerrada en su burbujita de hielo frío y solitario, feliz de estar allí e ignorante acerca de lo que hay más allá, como una niña con miedo a que la cuiden, a que la mimen, a que la consientan, a que la acaricien hasta caer en los suaves brazos de Morfeo, a que le desnuden despacio el alma y la rocen con la llema de los dedos las heridas que tiene sobre su cálida piel, así era la niña la más feliz e hipócrita de todos, creyéndose la más dichosa cuando no se había atrevido a sentir otros cuerpos y a vivir otros cuentos distintos de los que le contaron, todas la burbujas explotan en algun momento y la suya no hiba a ser menos, explotó derribando todos los muros que ella construyó alrededor de su castillo, abriendo cada puerta sin necesidad de llaves, rompiendo cada barrote de su celda, haciendo que todos sus temores si hicieran realidad, se escondió debajo de su cama abrazando sus rodillas contra el pecho y notando cada latido de su corazón acelerado por todo lo destruido, acelerado, muy acelerado, tan acelerado que comenzó a sentir, como una niña, pequeña como un alfiler y fuerte como un corazón palpitando y atronando fuertemente su oído plácidamente.