Prólogo.

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—¡Dominic, con más fuerza! ¡Tres más y terminamos!

Gruño haciendo mis últimos esfuerzos.

Tendría que haberle echo caso a mi hermana desde un principio, esto sería menos doloroso.

—¡Empuja, Dominic, ya sale! — dice Jade riendo, tiene el descaro de burlarse en estos momentos.

— Listo muchachas acabamos con los abdominales, ahora hagan 30 sentadillas —ordena la profesora de educación física.

Si, esa es la profesora, la que nos tortura cada Lunes.

¿No había dicho que terminamos? ¡Esto es una estafa! Quiero un abogado.

—¿Y Lisa? — pregunte entre mi sufrimiento.

— Está en detención — dice Jade riéndose de mi sufrimiento.

—¿Que se mandó ahora? — ésta chica esta loca.

—Intentó saltarse la clase.

—Soldado caído — dije con un lamento.

— Se escapó una rata de alcantarilla — Jade dijo en voz alta.

—¿Por qué? — pregunto distraída.

—¿ Por qué? No hay por qué. — responde mi mejor amiga graciosa.

En ese momento aparece Celeste frente a mi amiga.

—¿Que han dicho? —preguntó ella.

—¡Que eres una rata! — exclamó mi amiga.

Nos reímos al verle la cara teñirse de rojo completamente de la rabia que tenía.

Ella hizo una mueca y se retiró dando pisotones con sus amigas, Valentina, Mariana y Alisson.

Yo choqué puños con mi amiga felicitándola.

Mientras hacíamos sentadillas un compañero pasó y dijo “ uy mami”, Jade y yo nos miramos con cara de asco.

En ese momento la profesora dijo que ya habíamos finalizado con la clase y que ya nos podíamos retirar.

Cuando iba caminando por el pasillo me sentí observada, al darme vuelta me encontré con unos ojos marrones oscuro observandome fijamente.

Ya sintiendome incómoda me di vuelta y choque con Mariana.

—Lo siento — dije intentando pasar por su lado.

Si, dije intentando, porque la muy perra me empujó haciéndome caer de culo.

—No vas para ningún lado — habló amenazadoramente.

—No te he echo nada para que vengas y me empujes— levanté la voz enojada.

—A mi no me levantes la voz — contestó. Alzó su mano para abofetearme pero alguien la detuvo a tiempo.

—No te atrevas— habló una voz ronca, en un tono amenazante.

Oh, Dios, ¡qué vos tiene...!

—¿Si no, qué? ¿Me vas a golpear? — preguntó con esa voz irritante, desafiante y con una sonrisa genuina.

—Yo no, pero es mejor que no la vuelvas a tocar — respondió con la mirada profunda.

Sin más que decir me tomó suavemente del brazo.

—Gra... gracias — lo miré avergonzada.

—No hay problema — respondió con una sonrisa de lado.

¡Wow este chico es perfecto! Tiene una dentadura hermosa.

—Por cierto me llamo Alexander, un gusto — estiró su mano para estrechala contra la mía.

Creo que enamoré...

Callate sin vergüenza, vos te enamoras de todos.

—Dominic, el gusto es mío — estreche su mano.

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Un pequeño adelanto de este nuevo libro 💕

Rubi 🍓

Sweet Spring - EN PAUSA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora