Pesadilla

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Aclaración: Este no es el pedido, es un trabajo que escribí hace un par de semanas, y ahora lo comparto con ustedes.

Daniela & Rasta

La noche había caído en la aldea, ya todos los participantes se encontraban durmiendo.

Dentro de la cabaña de renovados sólo se encontraban Daniela "Sargento" Fainus y Gabriel Pontones "El Rasta", pues los otros 2 participantes acababan de ser eliminados.

En la cama de el centro Daniela se movía de un lado a otro sin parar, su frente estaba cubierta de sudor y pequeños gimoteos escapaban de sus labios.

Poco a poco el varón en la habitación se percato de la situación.

Aún adormilado y con los ojos entre abiertos rasta giró para observar a la pequeña castaña aún dormida lanzando golpes al aire.

— Dani —. Murmuró con voz ronca.

Cuando la chica no respondió la preocupación aumentó.
Sin pensarlo 2 veces se arrastró fuera de la cama y camino hasta la chica, agitó su hombro con delicadeza para despertarla del sueño.

— Hey, dani.

El cuerpo se agitó violentamente enredándose con la fina sabana blanca que la cubría.

Rasta sujeto los brazos de Daniela alarmado por el comportamiento.

— ¡Daniela!

Los ojos de la morocha se abrieron de golpe mientras aún luchaba con la respiración agitada.

— Tranquila, estas bien.

Una vez que se dio cuenta de donde estaba y quien estaba con ella, se tranquilizó.

Antes de calmarse completamente las lágrimas comenzaron a escapar de los ojos castaños de la mujer.

— Shhh, esta bien.

El rasta se sentó en una orilla de la cama, jaló del brazo a la chica para después pegarla a su pecho y envolverla en un abrazo.

Daniela de inmediato cedió ente el gesto, enterró el rostro en el pecho desnudo del hombre y se aferro con fuerza a su cintura.

— No pasa nada, estoy aquí —. Susurró con dulzura acariciando su cabello.

Gradualmente la chica se fue calmando pero no se retiro del lugar. La calidez del gesto y los brazos fuertes de su compañero la hacían sentir protegida.

Rasta deposito un beso sobre el cabello desordenado de Daniela, ella se sonrojó inevitablemente.

Una brisa helada se coló en el lugar y las mejillas de Daniela se calentaron aún más al darse cuenta de su posición.

La morocha estaba sentada en el regazo del varón, ambos estaban envueltos en los brazos del otro, mientras Rasta sólo portaba un short, Daniela se encontraba en un top deportivo y un pequeño short.

Daniela levantó el rostro y sonrió de una manera tierna. Rasta la tomo por las mejillas y beso suavemente su pequeña nariz.

— ¿Ya estas mejor?

— Si, gracias.

— ¿Fue una pesadilla?

— Si, eso creo. No recuerdo mucho.

Rasta acarició los brazos de la chica con sus pulgares de manera reconfortante.

Sus miradas conectaron ya adaptados a la oscuridad, ambos sonrieron cálidamente.

Daniela río nerviosa y volvió a apoyar su frente en el pecho de Rasta.

— Creo, creo que volveré a mi cama.

Rasta bajo a Daniela de sus piernas pero cuando intento retirarse ella lo tomó por la muñeca y lo detuvo.

— ¿Puedes quedarte conmigo? —. Preguntó Daniela con la mirada agachada.

Rasta río ante la ternura de la chica, se levantó de la cama y besó su mejilla colorada.

Daniela se sintió decepcionada al verlo retirarse hasta que escuchó las patas de la otra cama rechinar.

— No cabemos ahí —. Explicó terminando de juntar su cama a la de Daniela.

Ambos se recostaron y se taparon con una sola sábana.
Sin pensarlo mucho Daniela se giró y abrazo el torso del Rasta.

Pasaron los minutos pero ninguno podía dormir, no con el aliento de Daniela soplando directamente en el cuello de Rasta, no con los dedos de Rasta trazando suaves patrones en la espalda de Daniela.

— Gabriel.

— ¿Qué?

— Ese es tu nombre ¿no? —. Daniela viró para ver cara a cara el hombre quien la observaba sonriente.

— Si —. Respondió en un susurro.

Se miraron a los ojos nerviosos. Lentamente Daniela se comenzó ha acercar hasta pegar sus labios a los del rasta.

Los labios del mayor se movieron con delicadeza como si la chica fuera de cristal.
Las bocas se rozaron con cariño y deseo.

Los dedos de Rasta se enredaron en el cabello de Daniela atrayéndola más hacia él.

Se alejaron con la respiración agitada. Rasta rió al ver a Daniela con los ojos cerrados.
Se acercó para situar un último beso sobre sus labios.

Daniela rió tímida y apoyo su barbilla en el pectoral derecho de Rasta.

— Es un lindo nombre —. Murmuró ya dominada por el cansancio.

— Hasta mañana Dani.

— Hasta mañana Ras.

One-Shot's Reto 4 Elementos [OFICIALMENTE CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora