Todo empezó en una gris tarde de otoño, menuda época del año más fría aunque muy cálida para nuestros protagonistas.
-¡Como puede ser que con treinta años y muy pronto treinta y uno no te hayas casado Anabeth!-grito aquella mujer que se hace llamar mi madre
-¡Es que no lo entiendo, se supone que ya deberías de haberte casado hace bastante tiempo!-Bramó enfadada ella, como si el casarse fuera obligatorio
-Es que...-Quiso continuar ella
-¡Ya basta!-Grité harta
-Estamos en el siglo XXI madre, tampoco es que el no casarse sea un delito.No me case porque no encontré al hombre ideal para mi y no me pienso casar con un cualquiera-le dije enfadada por su comportamiento
-Eres una Daveport, necesitas tener a alguien a tu lado, necesitas a alguien a quien llevar del brazo y te proteja-Me dijo
-Sí, soy una Daveport pero eso no significa que me tenga que casar con un hombre inmediatamente. Me puedo proteger sola perfectamente y no necesito a nadie más, os tengo a vosotros, a Veronica. Estoy bien-Le dije
-Anabeth...-El sonido de un teléfono la interrumpió
-Disculpa, tengo que contestar-Le dije yo
Ella sólo suspiró.
-¿Sí?-Pregunté
La voz de la persona se oía a través del altavoz del teléfono y su madrastra comprendio que iba a ser difícil hacerla entrar en razón.
-De acuerdo, estaré ahí en media hora-le dije mirando el cuadro colocado en la pared
-Esta bien, nos veremos ahí-Colgué el teléfono y me di la vuelta para ver a mi madre, pero esta había desaparecido.
La llamé pero no venía, solamente me fui de aquella casa que perteneció a parte de los recuerdos de mi infancia y la mayoría de mi adolescencia.
La casa de los sueños la llamaba yo de pequeña, que ilusa fui.
La miré por ultima vez y después sali de aquella finca para dirigirme en coche hacia mi destino: El bufete de abogados de Nueva York.
-EN OTRO LUGAR APARTADO DE NUEVA YORK-
...-No sabes lo que te espera Anabeth. Nos volveremos a encontrar y muy pronto además.-Dijo aquel desconocido.
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Aquel desconocido
Teen FictionAnabeth: una chica que lucha por lo que quiere y no cree en los matrimonios.Cuidado no creer en los matrimonios no significa no creer en el amor. Piensa que esta toxica por dentro, no quiere creer en el amor. Solo ella y su dinero pero alguien vendr...