Tercera parte

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"Leer con la musica puesta para mayor disfrute de la lectura" 

El ascensor tardó unos pocos segundos en llegar a la planta correspondiente. Salí de él moviendo mi larga melena al son de mis pasos, el ruido de mis tacones resonaba por toda la planta. Suerte que aquí solamente hubiera dos oficinas, las de los gemelos Straud, los que de día son abogados justicieros, pero de noche son propietarios de varios casinos donde blanquean el dinero y principal fuente de apuestas para las carreras ilegales que se hacen actualmente que cada vez son más frecuentes.

Este mundo se esta convirtiendo en una mierda, a veces pienso que los verdaderos demonios somos nosotros, los humanos. Siempre encontramos la forma de destruir todo lo que tocamos o lo que descubrimos, pero no me puedo quejar gracias a ello, consigo todo el dinero que tengo e incluso más. Ya estoy demasiado intoxicada para volver al buen mundo y puede parecer absurdo, pero me encanta este mundo, el oscuro.Sacando todos esos pensamientos de la cabeza, me acerque a la puerta y toque. A través de ella se escuchaban pasos apresurados y el sonido de unos tacones. Puse una sonrisa socarrona en la cara, este chico no cambia más.

Los sonidos se fueron y oigo un ¨Pase¨

Entro en la oficina y me lo encuentro con los labios hinchados y la camisa desordenada, además tenia un ligero rastro de pintalabios en el cuello y labios. Negué con la cabeza.

-Buenos días Ana... ¿Cómo estás? -Me pregunto tratando de parecer tranquilo

-Serán buenos para ti, me imagino. Dime donde has escondido a la chica...-Le digo cruzándome de brazos

- ¿Qué chica? -Pregunta tratando de parecer curioso

-No te hagas el tonto conmigo Nikolas... ¿Dónde está la chica? -Le pregunto acercándome al escritorio e inclinándome sobre el.

Él me hace una seña con la cabeza, indicándome que en el armario.

Me acercó a él y abro las puertas de par en par y ella cae al suelo. Me agacho y le digo:

¿Enserio has tenido que hacer eso para conseguir unos billetes extras?

¿Sabes que estas despedida, verdad? -Le digo levantándome y acercándome a la gran barra de licores que tiene Nikolas y cojo la más cara, que se fastidie mi amigo.

Él no para de mirarme con el ceño fruncido.

La chica se levantó y estaba a punto de dirigirse a la puerta, pero la sujeto del hombro. Le tiendo la botella y le paso mi tarjeta, ella me podría servir como carnada para acabar con el problemilla de Héctor. Ella me tiende una sonrisa discreta y me guiña un ojo, diciéndome con la mirada que ha entendido el mensaje. Después se va.

Me giro en dirección de Niko me lo encuentro a unos centímetros, al lado mío. Me mira con la ceja levantada.

- ¿Sabes cuanto me ha costado esa botella? -Me pregunta enfadado, me gusta cuando se pone así

-Nada que no pueda pagar- le digo dirigiéndome a su silla de escritorio.

-¿No te estas tomando muchas confianzas...?-Pregunta de manera irónica

-Me dan igual las confianzas, los dos hemos hecho cosas demasiado fuertes como para que ahora me hables de confianzas, cuando casi somos hermanos. -Le dije mirándolo a los ojos.

Me pude dar cuenta que eso le descolocó y sentí algo de remordimiento. Él se acercó al escritorio y se sentó.

- ¿Qué necesitas? -Me pregunto

-Tu ayuda con un asunto... ¿Te suena el nombre de Ralph...? -Le pregunte

-No me hables de ese imbécil... ¿Qué quieres que haga? -Me pregunto

-Que me ayudes a deshacerme de él-Le dije sin titubear

-Por fin algo divertido-Me dijo

-Lo tendrás listo en un día- dijo cogiendo su teléfono

-Alto guapo, quiero que lo hagamos a mi manera-Le dije

-Pero es más lento...-Se quejo el como un niño de 10 años

-...Pero más divertido no? -Le pregunte pasando mi lengua por mis labios.

-Tienes razón-Me dijo

- ¿Qué haremos? -Me pregunto

-Fácil, Ralph seguro que va ha estar en el casino esta noche...Pues iras, con tu amiguita. Ahí dejaremos que tu amiguita lo seduzca un poco y haremos que se lo lleve a una suite, ahí ella le dará algo de beber y ups, ya no esta en este mundo-Le dije mirando por la ventana

- ¿Y qué haremos con ella? -Pregunto

- ¿Tu qué crees? -Le dije

- ¿Como puedes ser tan mala? -Me pregunto

-Las circunstancias me hicieron así...-Le dije bajando la cabeza para que no viera mis ojos.

-No te entiendo, has tenido una infancia super agradable, unos padres que te quieren mucho y una buena vida. La popular, la perfecta, buena con todo el mundo... ¿Qué te hizo ser así? -Pregunto alterado

Yo ha estas alturas, ni yo lo sé. He hecho cosas tan malas y hice mucho daño a la gente que me importaba. He oído tantas veces lo escoria y lo basura que soy, he visto el miedo en los ojos de multitud de gente, pero luego ponían una sonrisa en la cara y me trataban como si fuera un ángel. Sabía que solo lo hacían para que no me pusiera en contra de ellos y eso me hacía sentirme peor de lo que estaba. Me encerré en un pozo, un pozo sin fondo, donde solo hay oscuridad, un pozo que llegué a hacer mi hogar. Soy un ángel, si...pero un ángel oscuro.

Cerré los ojos y me trague todas las palabras que tenía por decirle, suspire y puse mi cara impasible.

-Solo hazlo...deshazte de él. -Le dije y me levanté del asiento

Me dirigí a la puerta y antes de abrirla, me cogió de la cintura suavemente, me pego a la pared y puso sus dos brazos sin dejarme escapatoria.

-No me has dicho nada sobre lo que te dije antes...-Dijo el mirándome con los ojos entrecerrados

-No tengo porque hacerlo-Le dije

-Quita conmigo esa cara de hielo-Me dijo con voz grave

-Es la única que tengo-Le dije sin perder los nervios

-Lo dudo-Se acerco a mi cara y planto un beso en la comisura de mis labios.

-Me encargare-Me dijo quitando los brazos y alejándose poco a poco.




Aquel desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora