SUFIN

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Estoy segura que ustedes pueden imaginar cómo es la vida de familia feliz que llevan Suecia y Finlandia (o al menos en mi cabeza se ve  así); Fin realiza las principales tareas del hogar; Suecia, además de su trabajo de oficina también colabora con las tareas y se turnan entre ellos para sacar la basura, lavar los platos, etcétera.

Ese día no parecía ser la excepción, Finlandia y Suecia se encontraban desayunando en armonioso silencio como de costumbre.

- Hoy tengo día completo de trabajo, Fin'

- ¡Entendido! ¿Entonces vuelves a las 9:00?

Suecia solo asintió en respuesta como siempre.

Ambos terminaron de desayunar y se despidieron en la puerta con un corto beso, Fin sonreía y saludaba a su esposo desde el umbral de la puerta, con su delantal de cocina impecable, mientras veía como se alejaba. 

Una vez que Finlandia cerró la puerta asegurándose de que su esposo se había marchado, corrió con prisa a su habitación. Fin había esperado durante toda una semana a tener un día entero para él solo. Estaba en su límite... la limpieza podía esperar.

Se quitó con ansias una por una sus prendas mientras se acariciaba su cuerpo, sentía su piel ardiendo, su corazón latía rápido y algo entre sus piernas comenzaba a despertar. 

Sí, Finlandia podía ser una  ama de casa de catálogo, pero también tenía necesidades que satisfacer.

Ya recostado en la cama suspiraba jadeante, cerró sus ojos y se  imaginó a Suecia mirándolo mientras le dedicaba una mirada llena de lujuria, se acercaba lentamente hasta quedar encima de él, y luego le susurraba cosas sucias y románticas al oído con su voz grave que tanto le gustaba.

Aunque esas eran las fantasías que tenía con su esposo, sin embargo este nunca se comportaba de ese modo en la cama y por eso llegó a la conclusión de que Suecia no quería hacerlo con él porque no le atraía lo suficiente o estaba muy ocupado con su trabajo. 

Fin  tenía una baja autoestima sobre su aspecto físico, a veces se miraba en el espejo y se sentía afligido al ver sus grandes muslos y trasero o unos pequeños rollitos de grasa que se formaban en sus caderas y por mas que metiera la panza estos no desaparecían. Suecia al verlo tan triste, se acercaba silenciosamente y le daba un pequeño beso en su cabello, luego le decía que él era lindo tal y como era. Fin sonreía de vuelta pero no estaba del todo satisfecho, él quería que su esposo se lo demostrara con hechos y no con palabras, que lo agarrara por detrás y que lo pusiera contra la pared, contra la cama, contra la mesa de la cocina, contra cualquier cosa y le demostrara cuanto lo amaba. 

Fin metió dos dedos para comenzar a moverlos dilatándose poco a poco  mientras se masturbaba con la otra mano. Una vez precalentado buscó rapidamente un consolador que había comprado en eBay meses antes. Fin tomó aire preparándose para introducirlo, ya que era bastante grande, lo cual le recordó a Suecia...

- ¡Ah Su-san ahg!- gracias al elevado volumen de sus gemidos Finlandia no pudo oír el momento en que la puerta de la casa se abrió.

En nombrado asustado por los quejidos de su esposo se asomó con preocupación a su habitación, la cual se desvaneció por completo al ver aquella situación.

- ¡F-fin...!- el mayor se acercó silenciosamente  a la cama aprovechando que el contrario tenía los ojos cerrados.

- ¿También... se siente b-bien, no Su-san? 

Suecia al escuchar la voz suplicante del menor no pudo controlar sus impulsos sexuales  y le besó.

El menor abrió sus ojos de par en par. Esta vez no era su imaginación.

-¡KYAAAAAAA! ¡¿Q-QUE HACES AQUÍ?! 

- Estoy en receso con fines sexuales y reproductivos, es un nuevo proyecto de mi país. Iba a irme, pero veo que llegué en un buen momento.- el de lentes sonrió y comenzó a desvestirse rápidamente para luego abalanzarse a Fin.

- ¡E-espera! Su-san... - en mencionado besaba y mordía su cuello apasionadamente.

-¿Por qué no me dijiste que querías hacerlo? 

- Es que... siempre estas ocupado con el trabajo y no quiero molestar, ya sabes.- excusas.

- No te creo, Fin. - el mayor jaló del consolador para luego entrar lentamente en su estrecha cavidad.

- ¡N-no Su-s saaan!- Fin extasiado por la gran excitación que sentía después de un largo tiempo sin hacerlo no pudo evitar venirse enseguida. 

- No tienes porque ser tan tímido Fin.- al escucharlo Tino cubrió su rostro avergonzado con sus manos, pero el mayor las quitó. Se veía realmente frustrado.

- ¡Mira quien habla! Si no puedes hablar entonces demuéstralo con acciones.

Berwald lo calló con un beso. Y luego sonrió de una manera que solo él conocía. El pánico comenzó a fluir por todo su cuerpo. Pues sin querer había empezado una guerra de la que saldría malherido. (guiño guiño) 








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⏰ Última actualización: Aug 17, 2020 ⏰

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