Capitulo 2

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Calce las llaves con la puerta sintiéndome libre al fin. En esta ciudad, ser libre se significa llegar a casa después de todo un día de martirios urbanos. Al abrirla pude ver a Diego en el blanco mueble de la pequeña sala de estar, tomando café de su taza verde favorita. Ese chico tenía un problema con el café, y con el color verde.

 - Zack! – dijo al verme llegar – ya reparé tu cama, de verdad lo siento por eso –se disculpó mientras dejaba la bebida a un lado

 - No importa Diego, todo bien – le hice un gesto con la mano a lo que el volvió a lo suyo mientras yo subía las escaleras hacia mi habitación. No me molestaba compartir apartamento, menos con una persona como Diego; él era el responsable y cooperativo de mis amistades, siempre me mantenía a raya. Suspire sacándome el chaleco para poder cambiarme de camisa y dormir en paz. Mire mis audífonos negros con detalles azules. Ella.

Su cabello era risado, algo enredado, castaño; sus ojos, claros pero expresivos, café; su piel mixta, claramente por el bronceado, venia de tierras calientes como la costa, estaba más que seguro; su chaleco negro con detalles neutros; y sus auriculares... blancos, pequeños, pero potentes.

Suspire tomando mi celular; necesitaba la ayuda psicológica de Richard ¡ya!

...

"Amigo, no te puedes enamorar de una chica que paso cerca de ti cantando la misma canción" bufe, ni siquiera sabía porque estaba tan molesto. Rich tenía razón. Pero su mirada, era la expresión segura de que sentíamos el mismo enojo y frustración, y su voz. Volví a suspirar, comienzo a creer que estoy maldito.

Coloque la canción mientras me concentraba en ella. Era linda, pero joven; mucho más joven. Le podría más o menos unos 15. ¡Demonios! Odio que el mundo no funcione como quiero. Mire la hora, 7:50 am, aún tenía tiempo de arreglarme antes de salir con los chicos.

...

Los 5 llegamos al lugar acordado, comenzando nuestra búsqueda por la tienda de Luis, quien siempre nos contaba de ella, pero jamás nos la había mostrado. Reí. ¿De verdad éramos tan estúpidos para hacer esta clase de cosas? ¿Qué clase de salida de amigos involucraba buscar el negocio de uno de nosotros?

- Vamos Zack, sé que es tonto, pero ¿jamás has querido ir? – dijo Richard al verme indiferente ante la situación

- Tuche – dije tomando el google mapas de Simón y ubicándonos a todos

- ¿y porque con mi teléfono? – se quejó pateando una botella

- Tú tienes para comprarte otro – se defendió Fer apoyándose del mas blanco.

- Malditos – comento entre dientes, todos reímos a excepción suya.

- También te amamos – siguió Fer

- Dejen sus mariqueras para después – me queje deteniéndome. – doblen por acá – todos me seguian como cachorros, yo indicaba los caminos y ellos solo caminaban. Cuando nos habíamos pasado la tienda, nos devolvimos como imbéciles. Simón fue el primero en entrar saludando al de lentes, luego Fer y por ultimo nosotros tres.

Allí estaba ella... estaba mirando unas figuras. Nunca pensé que le gustaría el anime y esas cosas, se veía tan femenina. Al final, escogió una bastante llamativa a mi parecer y se acercó a un estante cerca de la caja para tomar unos mangas, que al parecer ya había calculado su compra. Sonreí. Me acerque un poco sin asustarla mientras estaba de espalda, Rich me mando un corto mensaje en código "nio lia hagoas imbalso" me reí en mis adentro y ella volteo...pude verla más de cerca; era simplemente hermosa; joven, muy joven, pero hermosa.

- ¿tú eres el chico de los audífonos? – menciono doblando su cabeza un poco. Grite internamente, ella me reconoció. ¡¿pero qué coños estoy diciendo?!

- Si, solo quería decirte que me alegraste el día ayer – comente tomando un manga indeterminado de la pizarra a su lado.

- Lo mismo digo – siguió colocando los libros en la barra de caja – eso sería todo Luis – concluyo entregando el dinero mientras el de gafas le empacaba ¿acaso se conocían?

- 105 como siempre Lauren, te veo en diciembre – concreto mi amigo entregando el cambio ajeno

- Hasta pronto chico de los audífonos – me dijo al pasar a mi lado, Salí tras ella al verla cruzar la puerta, viendo como doblaba en una esquina. Ella era interesante.

Me acerque a mi amigo nuevamente, golpeando levemente el mostrador.

- ¿la conoces? – pregunte como idiota al de gafas quien negó con la cabeza

- Solo se su nombre y que viene a cómprame cada una de sus vacaciones, o me lo pide por correo – me sorprendió lo último que menciono - ¿Por qué?

- Quiero su correo ¡ya! – le exigí

- Viejo cálmate, es solo una niña – siguió Richard con su sermón

- Tu sermón ya me lo sé, así que cierra la boca Rich –

- Es contra la política y privacidad de la tienda, lo siento Zack – dijo el de lentes arreglando unas cosas en su computadora.

- Vamos Luis, tú me debes una – le insistí; el pareció pensarlo y suspiro. Si, era una niña, pero la quería de una manera posesiva, lo cual me haría mal después.

-OK – Mencionó mi amigo anotando algo en un papel

- ¡¿Qué?! ¿de verdad se lo darás? ¡Luis estás loco! es una niña de uno 15 años – se quejó Richard comenzando a enojarse.

- Es una niña, pero es lista Rich, ella me ha comprado lo suficiente para saber que es inteligente y que no se dejara llevar tan fácil. – me entrego el correo en aquel papel – suerte Zack – Me dijo con una sonrisa de amigo alcahueta que nunca me falla.

- Eres el mejor Luis. - esa misma noche le escribiría.

La  Chica De Los Auriculares BlancosWhere stories live. Discover now