Protégeme // •|YoonMin|• [+18] [Terminada]

14.

A Jimin le temblaron las piernas. Cayó de rodillas. Dejó resbalar la pistola por su mano, hasta el parqué del suelo. YoonGi la miró, sorprendido. Luego miró a Hyuna. Le tomó el pulso, que cada vez iba a menos. Estaba muerta.

- Dios mío... - Jimin empezó a llorar. - he matado a una mujer...
La voz le temblaba y la respiración se le empezó a entrecortar. A YoonGi parecía que ese estado no le sorprendía. Él había matado demasiado. Y parecía que, para Jimin era la primera vez. YoonGi se arrodilló a su lado.

- Shh... tranquila... - le frotó los brazos y la abrazó. - Eeehh, lo tenía merecido.

- ¿Por... qué... no te... sol... taste... de su bra... zo? ¡Es u... na mu... jer! Eres... mu... cho más... fu... erte... - dijo sollozando. Casi no se le entendía, pero YoonGi sacó conclusiones de sus palabras sueltas.

- No sabes lo entrenada que está Hyuna. Además, estaba desarmado, si me libraba de su brazo, me dispararía igualmente. - Jimin lo abrazó fuerte.

- Nunca... más... - murmuró contra su hombro.

- ¿Nunca más qué? - dijo besándole la frente.

- Nunca más me des este susto... - le cogió la mano y se la puso sobre un pecho. El corazón le iba a mil. Después de unas decimas de segundo más tarde, YoonGi se dio cuenta de lo que estaba tocando. Y no tardó en reaccionar. Le acarició la teta.

Su respiración se agitó. Aún en una situación así, a YoonGi hubiera gustado tranquilizar a
Jimin a base de caricias, besos... y mucho más. Sintió como el pezón se le erectaba entre sus dedos. Jimin se apartó. Aun con la respiración más parada.
Tenía las mejillas húmedas, los ojos color Jimin inundados en una capa de lágrimas y... y a pesar de ello, un precioso rubor le cubría la cara.

- YoonGi... - murmuró. Quería levantarse pero sus piernas aún no le respondían. Él la miró apenado.

- No te creas nada de lo que Hyuna ha dicho.

- No lo he hecho... yo no pienso eso de ti.

El corazón de YoonGi se aceleró. ¿Por qué mierda siento esto? Jimin no era una de esas chicas malas... Jimin no era una cualquiera. Jimin era dulce. Pero... ¿y si volvía a suceder lo de Hana? Estaba claro que ella no pertenecía a una mafia China.
Pero... ¿y si se volvía a enamorar? No... no, joder. Min YoonGi nunca había estado enamorado. Nunca. Y Nunca lo estaría. Hana solo había profundizado algo más. Unos cuantos te amo sin sentido... que no significaban nada, ni para él, ni para ella. Miró a Jimin. No se parecía nada a Hana... ella era diferente. Era... Especial.

Después de tres manzanillas, Jimn se sentó al lado de YoonGi, a ver un poco la televisión. NamJoon había vuelto hacia una hora... se había quedado en el pueblo y no había vuelto hasta las once. Él se ocupó del cuerpo de Hyuna, después de contarle todo lo que había sucedido. YoonGi y Jimin volvían a estar solos. Ella ahora más calmada.
Apoyó su cabeza en el hombro de él.

- ¿Te importa? - murmuró, mirándolo.

- Claro que no. - sonrió.

YoonGi sonreía poco. Ella ya había dicho que no demostraba mucho sus sentimientos. Pero cuando lo hacía sinceramente, era guapísimo. Ella suspiró profundamente.

- Espero que esto no te traume de por vida.

- Eso espero yo también. - Jimin sonrió - supongo que cuando vuelva a mi vida, ya me olvidare de todo.

A YoonGi se le congeló el corazón. Cuando vuelva a su vida... se olvidará de todo. Incluso de mí. Esas semanas que tenían que compartir... al fin y al cabo no significarían nada. Cuando Jimin estuviera fuera de peligro, fuera del alcance de los secuaces de Wang, ella podría volver a su casa. ¿Por qué coño me siento mal? Oh, YoonGi... ese hombre se podría tragar su orgullo de vez en cuando y ver un mirar un poco más, en su interior... para saber realmente y poder aclarar sus sentimientos, de una vez por todas. Él no creía en el amor, tampoco en la mujer perfecta para él, después de lo que pasó con Hana. Pero a veces... todo eso lo tienes en frente. O quizás sentado al lado, con la cabeza apoyada en tu propio hombro.