Parte 2

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Esa fue la última respuesta que me dio, después se levantó, se dirigió a la barra y pagó su infusión, y el café que me había tomado, y se fue, dejándome con el sabor de sus labios en mi boca.

No pude dormir en toda lo noche, vueltas y más vueltas. Aquello que me dijo, ese beso tan apasionado y espontáneo... ¡era tan enigmático! Pero... ¿Por qué necesita estar falto de amor? ¿Qué clase de mujer era su madre? ¿Qué clase de familia había tenido Kai? O mejor dicho... ¿Cuál fue su pasado?

Al día siguiente se lo conté a Baekhyun, era tan raro ese hombre... fue tan dulce su beso. No sabía qué hacer.

—Uff Kyungsoo, por lo que me cuentas, ese debe tener unas movidas raras en su vida.

—Si, pero ¿Qué opinas del beso? Ha destrozado su fama de hombre de hielo. —Dije con la frente arrugada. Estábamos en la cafetería en la que acostumbramos a quedar después del trabajo, se llamaba Vogue Cafe.

—¡Debió de ser una pasada! Yo que tú me lo tiraría, una oportunidad así... —Dijo con total decisión.

—Ay, tu siempre tan primario, no puedo funcionar así, necesito una toma de contacto...

—¡Pero qué dices! Con ese no tienes que tomar nada de contacto, aparte de un buen polvo. —Al oírle negué con la cabeza, asombrada por lo superficial de su opinión.

—Verás Kyungsoo, te lo explico... por lo que me cuentas, ese Kai debe tener un problema psicológico, un rollo raro... trauma o qué se yo, o sea, ¡ni se te ocurra una relación!

—¡¿Cómo se puede ser así de insensible?! ¡Todos tenemos problemas en nuestra vida! No creo que sea un loco.

—Uy, no se... pero eso de que no sale con tías para machacar a sus oponentes... —Repuso.

—No soy psicólogo, pero si es su forma de vida... todos los deportistas hacen cosas raras para ganar, se privan de sexo, etc.

—Si, es verdad como algunos futbolistas, jajaja. —Mi amigo se retocaba el labio con el lápiz y al reírse se le corrió la pintura.

—Baekhyun, se te ha ido la mano, mira... oye ¿En serio crees que sería mejor no volver a quedar? —Pregunté con serias dudas—, al besarme y dejarme así tan de repente, consiguió despertar mayor interés.

—¡Queda con él! ¿Qué hombre o mujer no lo haría? Puede que eso que te haya contado sea una estrategia para conquistarte, ese Kai no es nada común.

—Jajaja, ¿Oye, crees que es verdad que ha sido militar? ¿Qué desertó de Irak y todo eso?

—¡Uff, no sé! Es fuerte, ir a la cárcel y todo... ¿Es mayor verdad? —Preguntó intrigado.

—Tiene 37 años, lo leí en la información de las clases de artes marciales. Si, no como nosotros, fíjate que a mi me saca doce años.

—¡Buff, pues a mí catorce! Pero vamos, ese es como el buen vino, ¡al menos por el momento, jajaja!

—Si, jajaja, creo que voy a lanzarme a la aventura, lo he decidido, quiero descubrir el secreto de Kai.

— ¡Bien! ¡Que suerte tienes chico! Te van a envidiar todas. —Expresó mientras nos marchábamos de la cafetería.

Los días siguientes fueron extraños, a pesar de lo ocurrido en nuestra primera cita, no parecía prestarme la menor atención. Yo estaba en las clases de Jeet Kune Do, me daba sus explicaciones igual que a las demás pero ningún trato distintivo, no había gesto de complicidad, le sonreía, pero no me devolvía las sonrisas. Empecé a pensar que se había enfadado conmigo.

Kim Jongin (KAISOO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora