Capitulo 3

48 4 0
                                    

Kai se levantó de un salto y se puso un boxer, me cogió del brazo y me dijo:
—Espera, ¿donde vas tan rápido? ¿No se te ha ocurrido que hace un año que no sé nada de esta chica?
—Pues parece justo lo contrario, ¡diría que hace poco estuvo contigo! —Dije indignado, al tiempo que entristecida porque una chica tan guapa como Krystal tenía todas las de ganar frente a mí.
—Noo, nada de eso, para mí es una sorpresa, no imaginaba que de repente tendría noticias de ella.
—¿Y qué piensas hacer? Es muy guapa, no tienes por qué perderte esta oportunidad. —Dije con resignación, mirándole a sus preciosos ojos verdes.
Entonces, volvió a coger el teléfono, buscó el contacto de Krystal y empezó a escribir un mensaje, pero acercándose a mí para que pudiera verlo. En el texto decía: "Hola Krystal, estoy bien, gracias por acordarte de mí, pero tengo una relación con otra persona y lo siento, no voy a quedar contigo. Un saludo"
—¡¿Estás más tranquilo?! —Exclamó mientras se acercaba a mis labios para besarme.
—Sii, perdona que me haya puesto así de tonto, no lo he podido evitar. —Dije mientras besaba su cuello y luego su torso, seguía bajando más y más hasta llegar a...
—Uhmmm... me encanta que me hagas eso Kyungsoo, es fabuloso. —Dijo extasiado, con los ojos cerrados y apoyando sus brazos sobre la pared.
Después de una intensa sesión de sexo, volvimos a nuestras ocupaciones. Kai tenía que mentalizarse de que al día siguiente tendría un combate de Jiu-jitsu con un oponente duro de pelar.
Asistí al torneo, el contrincante de Kai era asiático, pero no por ello debía confiarse, todo lo contrario, se trataba de un adversario difícil, con un nombre imposible recordar y un físico parecido a Bolo Yeung, el contrincante de Van Damme en la vieja y archiconocida película Contacto sangriento (Bloodsport) de 1988. La lucha me mantuvo en vilo, con los nervios a flor de piel durante casi todo el combate, sufrí cuando vi a Kai en el suelo, siendo estrangulado por las llaves del chino, pero contra todo pronóstico ganó y se proclamó campeón... una vez más.
Fui a verlo en el camerino, me abracé a él llorando, ese tipo de espectáculos me asustan un montón, hubo instantes en que él estuvo a punto de perder el conocimiento, a manos de ese hombre.
—¡¡Dios mío Kai!! ¡Debían haber parado la lucha, casi te mata! —Le acaricié el rostro, aún estaba sudoroso y tenía algunos moretones y luxaciones.
Nooo exageres, está todo controlado, si hubiera peligro real, el árbitro hubiera parado el combate. —Le abracé con fuerza, estaba orgulloso, pero al mismo tiempo asustado.
—¡¡Enhorabuena Kai!! —Gritó una voz de mujer, giré lentamente la cabeza y aflojé los brazos para ver quien era.
—¡Mamá! ¡Cuanto tiempo, nunca imaginé que vendrías! —Él también estaba sorprendido, sus ojos lo decían todo, era como si hubiera visto un fantasma, pero había en su mirada un brillo especial, la ilusión y la esperanza quizás.
—Me enteré recientemente que iba tener lugar este combate, Sōkokurai Tanahashi es un duro contendiente. —Era una mujer atlética, alta, con una musculatura fibrosa, piernas largas. Su rostro aparentaba unos cuarenta y pocos años, aunque era consciente de que debía tener más, cerca de sesenta.
—Gracias mamá, ha sido duro, pero me he preparado bien... ¡ya sabes, para ser un ganador! —Su madre dio un paso al frente, me separé de él y ella le cogió las mejillas entre sus manos.
—Lo sé hijo, estoy orgullosa de ti... —Sus ojos parecieron brillar, creí ver lágrimas, en ellos, pero pestañeó y volvieron a la normalidad, luego le abrazó.
Fue un abrazo largo; madre e hijo por fin se reencontraban. Ella se separó y entonces, me miró.
—¡Oh, quiero presentarte a Kyungsoo! Es mi novio, Kyungsoo, te presento a Jessica, mi madre.
—Encantado. —Le tendí la mano, tardó unos segundos en corresponder el gesto, su expresión estaba seria.
—¿Otra novia Kai? —Preguntó con escepticismo, no entendí bien la situación ya que no veía nada raro de lo que pudiera avergonzarse... era una mujer extraña e intimidante.
—¡Mamá, esta vez me centraré en los combates! Además, me sorprende porque nunca llegaste a conocer a Krystal...
—Oí hablar de ella. —Dijo con una mezcla de serenidad y desconfianza, desde luego era una mujer anti-novias total.
—¡Oíste hablar de ella! Desde lo que pasó en Irak me negaste como si no fuera tu hijo.
—¡¿Tenía algo de lo que me pudiera sentir orgullosa?! —Preguntó enfurecida, mientras se le tensaron los bíceps de los brazos, esa mujer debía pasar mucho tiempo en el gimnasio.
—¡¡Quizás el hecho de que no soy un maldito asesino!! Participar en esa matanza era un acto infame, cobarde y criminal. —Manifestó disgustado, la tensión se acrecentaba.
—No quiero irme a casa con mal sabor de boca, deseo tener en la cabeza la victoria de mi hijo.
—¡Perfecto! —Exclamó Kai—, yo también, prefiero recordar cosas buenas de este reencuentro.
—¿Cenamos juntos mañana, hijo? —Preguntó Jessica, en ningún momento me dirigió la mirada, ni observé muestras de simpatía por su parte.
—¿Vendrá Kyungsoo también? —Inquirió él, cogiéndome de la mano y acariciándomela.
—Otro día estaría mejor, me gustaría que mañana estuviéramos madre e hijo, los dos solos. —Tras sus palabras, se dignó a mirarme y por vez primera, me dijo algo.
—Kyungsoo, no te ofendas, otro día podremos cenar los tres juntos, hace mucho tiempo que Kai y yo no hablamos. —En sus labios finos apareció por fin una pequeña sonrisa, aunque tenía pinta de no ser verdadera.
—¡Oh! No se preocupe, lo entiendo, no quiero molestar. —Dije educadamente, mirándola a ella y a él también.
—No molestas —dijo mirándome a los ojos—, en absoluto... ¡bien mamá, mañana nos veremos... en casa!
La relación entre ellos no era muy cercana, después del encuentro, Kai se metió en la ducha y Jessica se marchó rápido, no sé si debido a mi presencia. Al cabo de una hora nos fuimos del polideportivo.
—Creo que no le he caído bien. —Dije decepcionada, mientras me agarraba a su cintura.
—Es difícil de tratar, ya te lo advertí; no te sientas ofendida por eso. —Estábamos caminando por el aparcamiento y nos metimos en su "Ford Gran Torino", arrancó el motor.
—¿Donde vive tu madre? ¿Sigue en el ejército, es verdad que pertenece a una unidad especial? —Puso música de "Scorpions" una antigua y conocida balada, "Still loving you".
—No, está retirada de todo, hace tiempo; sí, siempre le ha gustado la acción... —No estaba muy contento cuando me lo comentó.
—¡Qué emocionante! —Dije sorprendido, le toqué la mano mientras metía la primera marcha.
—Crecer con eso es diferente, se ve desde otro punto de vista, la verdad es que no me apetece volver mañana al castillo.
—¡¿Qué?! ¡¿Has dicho castillo?! —Le miré sorprendido, quizás se trataba de una manera especial de referirse a su casa.
—Mi madre compró el castillo del duque de Arlington, lo acondicionó y desde entonces vive allí.
—¡Que maravilla! Eso significa que tu familia es rica. —Le miré sonriendo, su expresión no cambió.
—La familia de mi madre es rica, por desgracia mi padre no era del agrado de ellos, quizás me parezco más a él.
Decidí no volver a tocar ese tema tan sensible, estaba claro que la relación entre madre e hijo era complicada. Me despedí de él al llegar a mi apartamento, le esperaban sus entrenamientos en el gimnasio y al día siguiente su cita familiar.
El castillo de Arlington era majestuoso, apartado de la ciudad, con unas vistas del bosque espléndidas. Kai aparcó su Gran Torino a pocos metros de la entrada, justo allí estaba esperándolo su madre, Jessica.
—Llegas con dos minutos de retraso. —La puntualidad era una de las cosas más importantes para ella.
—Lo siento, me he topado con varios atascos al salir de la ciudad. —Subieron las escaleras y pasaron por diversas habitaciones y pasajes, el interior estaba exquisitamente decorado con muebles de época, alfombras y armaduras. EraEra remarcable la colección de armas antiguas que se podían ver en muchos lugares, a modo de museo.
Ballestas, dagas, cuchillos, lanzas, espadas... todas estaban protegidos por vitrinas especiales con cristales blindados. Por fin llegaron al comedor, una larga mesa de corte medieval con sillas de madera que parecían tronos; el mayordomo estaba colocando los cubiertos, la carne siendo servida.
—¿Nunca vivirás como una persona de clase media? —Preguntó Kai con tono irónico, Jessica le miró y alzó las cejas.
—¿Crees que no estoy acostumbrada a los rigores y la vida espartana? —Mientras hablaba, Kai tomó asiento y probó algunas croquetas que estaban en un plato pequeño, a modo de entrante o aperitivo.
—Sabes a lo que me refiero, no es necesario llevar la vida de un noble, rodeado de servidumbre. —Le reprochó mientras su expresión se tornaba placentera al probar los sabores.
—¿Es que ya te has olvidado de quienes somos y cual es nuestro linaje? —Dijo en tono acusativo.
—Ya se que nuestros antepasados fueron nobles guerreros, pero no me importa. —Sentenció mientras comenzaba a cortar los filetes de ternera, Jessica tomó asiento próxima a su hijo, justo enfrente.
—Hoy te noto más cercana que de costumbre. —Dijo con ironía, mirándola brevemente.
—¡Ya basta de tanto sarcasmo! ¡Te eduqué honorablemente y a ti solo se te ocurrió deshonrar nuestro apellido! —Exclamó mientras servía las copas de vino.
—¡Por eso mismo! Como soy un hombre honorable, no quise participar en esa carnicería.
—¡La deserción es de cobardes! Tu sitio estaba junto a las tropas, tus compañeros...
—¡Basta! No me recuerdes otra vez esa guerra o juro que... —Amenazó sobresaltado, a punto de levantarse de la mesa, su madre hizo un gesto conciliador con la mano.
—Perdona, cambiemos de tema, entiende que te eduqué para convertirte en un luchador.
—¡¡Soy un luchador!! —Gritó convencido, los ojos de Jessica brillaron, se acercó más.
—Lo sé hijo, estoy orgullosa de que estés enderezando tu camino, todo un campeón.
—Eso es lo que deseas ¿Verdad? Nunca aceptarías a un perdedor... —Dijo con decepción.
—¡No eres un perdedor! —Expresó con firmeza, pinchando la carne con el cuchillo.
—¡¡¿Y si lo fuera?!! ¡¿Y si no deseara ser luchador?! ¡¿Y si quisiera ser mecánico, por ejemplo?!
Jessica no respondió a su pregunta, negó con la cabeza y continuó cenando mientras él hablaba.
—¡¡Oh, qué pregunta más tonta!! Volverías a repudiarme, ¡me sacarías de tu vida, igual que a papá!
—¡¡Ya basta, estoy intentando que nuestra reunión familiar sea exitosa!! —Jessica golpeó la mesa con el puño, con violencia, y se levantó furiosa.
—¡¡Eliminaste a mi padre y a mi hermano de mi vida!!
Jessica permaneció de pie con los puños apretados, hubo unos segundos de tensión mientras se miraban sin decir nada.
— No me dí cuenta hasta que dejaste de hablarme y dijiste que me desheredarías.
—¡Intentaba hacer de ti un hombre fuerte, la vida es dura! —Dijo conteniendo parte de su ira.
—¡¡Mentira!! ¡Somos ricos! Querías que fuera un soldado con corazón de hielo, como nuestros ancestros. —Jessica seguía inmóvil, escuchando sus palabras— Pero aprendí a vivir sin tu aceptación, eso me abrió horizontes.
Su madre se sentó, parecía mas serena.
—Me alegro que te sirviera para ser más independiente. —Al oír sus palabras, Kai negó con la cabeza, sonriendo irónicamente.
—Tus justificaciones son muy buenas, lástima que yo solo tenga la amarga experiencia.
Mientras hablaba, el mayordomo se acercó a traer el segundo plato, una exquisita crema, dejó la olla plateada sobre la mesa para que los comensales se sirvieran.
—Y dime, ese chico, Kyungsoo, ¿está conforme con tu estilo de vida? —Preguntó mientras se servía con el cucharón.
—Le he explicado que intento convertirme en campeón en diversas artes marciales.
—¿Y? Se muestra comprensivo, o... ¿te exige que le dediques tiempo? —Kai le miró con suspicacia al oír su pregunta.
—No sé exactamente por donde vas... te diré que de motu propio he decidido dedicar tiempo a mi relación. —Jessica frunció el ceño al oír su respuesta.
—Y ¿Es de esa forma que quieres llegar a la cima, bajando el nivel? —Tras hacer esa pregunta, hubo unos segundos de silencio.
—¿Sabes? Me he dado cuenta de cuáles son las cosas importantes de la vida.
—¿Ya no es importante tu meta? ¿No deseas superarte y recuperar el honor? —Jessica hizo su pregunta pausando cada palabra, tratando de clavarse en el ego de Kai.
—¡Nunca perdí el honor! Unos trofeos me harían sonreír algunos minutos, pero la soledad me acompañaría el resto del tiempo... como a ti.
—¡Ja! No estoy sola, en este castillo estoy rodeada de personas a mi servicio, tengo contactos importantes ahí fuera...
—Claro, claro, en resumen... estás sola. —Sentenció Kai, interrumpiendo su justificación, una sonrisa falsa que denotaba resignación se dibujó en su rostro.
—¡Te equivocas en la manera de verlo! Debí imaginar que al final arruinarías tu futuro de nuevo.
—Mi futuro está perfectamente, no me avergüenzo de nada. Lucharé por superarme, pero no sacrificaré mi felicidad.
Jessica se quedó en silencio, mirando a su hijo mientras cenaba, después miró su celular y se levantó de la mesa.
—Voy un momento arriba, he olvidado traer tu regalo. —Dijo sin apartar la mirada, su expresión se mantenía seria, parecía preocupada.
—¡Oh, no hacía falta mamá! No es mi cumpleaños aún. —Su madre levantó la mano y él calló.
—Hemos pasado mucho tiempo sin hablarnos, ha sido culpa mía. Continúa con el postre, no me esperes.
Jessica salió del salón y se dirigió hacia una estancia con grandes ventanales, tenía su celular en la mano y marcó un número.
—¿Jessica? —Dijo una voz de chica joven.
—Hola Krystal, ¿como estás? ¿Has averiguado algo? —Preguntó en voz baja, levantando la cabeza para comprobar que no había nadie cerca.
—¡Que va! No ha querido quedar conmigo y ha sido tajante, va a ser complicado.
—¡No te rindas tan pronto! Hay que sacar a ese hombre de su vida. —Dijo con tono autoritario, mirando de reojo hacia su retaguardia.
—¿De verdad puedo confiar en ti? No sé por qué me pides esto. —Respondió Krystal, su voz sonaba desconfiada.
—Serás parte de nuestra familia si te conviertes en mi aliada ¡Tu vida cambiará por completo! —Su voz sonó mágica, evocadora, había pasión en esa frase y Jessica sabía que ese era el efecto que quería provocar.
—Está bien, ¿qué mas puedo hacer? —Después de preguntar, hubo unos segundos de silencio.
—Vas a tener que ser más activa, se me ha ocurrido algo. —Se escuchaban ruidos de murciélagos revoloteando en los muros del castillo, las ventanas estaban abiertas.
—¡¡Kai me ha rechazado, no voy a ponerme en ridículo!! —Jessica tapó el auricular del móvil temerosa de que su hijo pudiera escucharle.
—Chissst, no seas estúpida, ¡Mi hijo está cerca y puede oírnos! —Dijo en voz baja.
—¡Creo que lo dejo, no estoy preparada para esto! ¡Tengo mi orgullo! —Al oírle, golpeó el auricular con la palma, furiosa por la actitud de Krystal.
—¡No seas estúpida! Será fácil, solo tienes que seguir mis instrucciones. —A lo lejos se divisaba la silueta de Kai que parecía haberse levantado de la mesa, se podía observar a través de las ventanas del salón.
—¡Oye, no tenemos tiempo! ¡Escúchame! Apúntate a clases de autodefensa en el Golden Sport, mañana te diré lo que tienes que hacer, he trazado un plan para...
—¡Me sorprende que ahora me quieras en tu familia! ¿No será que intentas engañarme?
—Querida, sé que estás más enamorada de nuestro dinero que de él, con que mantengas a raya sus "necesidades" me basta, quiero que se centre en otras cosas.
—Me has convencido, mañana me inscribiré en el Golden Sport.
—Bien, te daré entonces tus instrucciones, mantente alerta. En ese instante, su hijo abrió de repente la puerta, parecía furioso y miraba de forma amenazante a su madre.
—¿No ibas a buscar mi regalo mamá? ¡¡¿Con quien narices hablabas?!! —Tenía los puños apretados y estaba rígido, con sus músculos en tensión.
—Kai ¡Me has asustado! ¡¿Qué forma es esa de hablarle a tu madre?! —Inquirió molesta.
—¡¿Por qué hablabas con Krystal?! ¡¿Crees que no me he dado cuenta?! ¡He reconocido su voz! —Unos segundos en blanco, la tensión se olía en el aire.
—Me he dado cuenta de que podía haber sido la mujer perfecta para ti. —Los ojos de su hijo se abrieron por la impresión de las palabras de Jessica.
—¡¡¿Qué?!! ¡Pero si deseabas verla bajo tierra! Echabas pestes de ella, pude observarlo en tu mirada.
—Digamos que la he conocido en profundidad. —Dijo con total e impune serenidad.
—¡¡Dime ahora mismo lo que estás tramando!! Esto me huele mal, algo podrido se está cociendo en tu retorcido cerebro.
—¡Qué palabras más bonitas para decirle a una madre después de cenar juntos! —Exclamó entornando los ojos y fingiendo tristeza.
—¡No me vengas con esas, el teatro nunca ha sido tu fuerte! —Segundos después se acercó a ella. —¡¡Vamos habla!! Te he oído decir que Krystal debe alejarme de Kyungsoo ¡¿Qué tramas?! ¡¡Habla!!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 18, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Kim Jongin (KAISOO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora