La CasaDe Los Sinner Parte 1

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Miro por el retrovisor y veo la hilera de coches que se va creando detrás de mi, acto seguido, fijo mi mirada al frente, derrumbándome ante el gran atasco en el que me he metido. Suspiro. Nada cambia, ni un centímetro me he movido durante casi una hora y media. Solo puedo pensar en la compra, los congelados y los alimentos tan delicados ante esta ola de calor que tanto abrasa a la ciudad durante estos días.
Tengo que darme prisa aunque cuando consigo relajarme, recuerdo la invitación de los nuevos vecinos, que han preparado una gran cena a la que asistirá casi todo el barrio. Los... creo que eran los Sinner.
Toco la bocina varias veces, provocando lo mismo en los demás coches. De repente, me doy cuenta de que en el otro carril se avanza con más fluidez y sin pensármelo doy un pequeño acelerón y un giro con le volante, situándome en el otro carril y, por fin, avanzando rápidamente.
Cuando llego a casa, coloco toda la compra y directamente me voy a elegir lo que me pondré esta noche para la cena. Abro el armario y me quedo quieta justo en frente de la gran cantidad de ropa que tengo.
Saco varios vestidos pero ninguno me convence y, cuando llevo casi una hora buscando, doy con uno color carmín que me hace lucir un gran escote y me deja al aire casi una pierna entera. Me encanta. Busco los tacones y los complementos y no tardo en elegirlos. Ya está todo. Solo tengo que bañar a Faith y listo.

-¡Faith! Ven con mamá.- escucho su risa, pero no viene.-¡A bañar!

Después de unos segundos voy a su cuarto y no está pero, cuando me giro, me da un pequeño susto.

-Estamos jugando, mamá.-me dice subida a su papá y abrazándose más fuerte a él.- Un ratito más porfa ¡Porfa!

-Si te dejo un rato más será papá el que te bañe.-miro a Dave y le dedico una sonrisa mientras salgo de la habitación.-Por cierto, tú también tienes que prepárate.

Se gira y se queda mirando. Pensando pero sin hallar la respuesta a mi comentario.
-¿Dónde vamos?- suelta a Faith y se acerca a mi.

-Nuevos vecinos, cena, invitación, tú, yo, Faith.- le digo burlescamente.-¿Lo recuerdas ya?

Cierra los ojos expresando desilusión y niega con la cabeza pero me mira y me sugiere una idea.

-Podríamos decirles otro día que Faith se encontraba mal y tuvimos que acudir al hospital.

-Se acabarían enterando de que no quisimos ir, en este barrio se acaba sabiendo todo siempre.- y sin más discusión, me voy al salón para relajarme un rato viendo la televisión hasta que de la hora de ir a la cena.
Me estoy empezando a quedar dormida cuando recuerdo que aun tengo que arreglarme y ya queda poco para salir de casa. Subo a mi cuarto y me encuentro a Dave y a Faith ya preparados. Perfecto, así solo falto yo y tardaremos menos.
Me pongo el vestido carmesí, los tacones altos y me maquillo un poco. No me entretengo mucho en el peinado, suelto mi pelo y lo llevo todo hacia un lado, dejándolo un poco al natural.

-¿Nos vamos o qué?-escucho decir a Dave desde abajo.

Cojo un pequeño bolso y me pongo los pendientes mientras bajo las escaleras, con cuidado de no caerme, aunque sería la excusa perfecta para no ir a la cena.

-Vámonos.-cojo las llaves de casa y del coche y cierro cuando ya hemos salido todos.

-Creo que vamos a llegar temprano.- me dice Dave cuando estamos a punto de llegar.- ¿Seguro que es en esta casa?

Observo el gran edificio que tengo a mi derecha que, después de las reformas que han hecho durante meses, no tiene nada que ver con las demás casas del barrio, este parece una pequeña mansión, incluso han agrandado el jardín.

-En la invitación viene esta dirección, a demás, la puerta está abierta y se escucha un pequeño barullo desde aquí.- aparco rápido y entramos.

Una vez dentro, lo primero que abarca nuestro campo de visión es el jardín, ese perfecto jardín con el que todo el mundo sueña, con piscina y un pequeño parque para los niños incluidos. Avanzamos por el camino de piedras blancas hasta encontrarnos justo en frente de la puerta donde, antes de tocar al timbre, la puerta se abre. Tras ella, un señor con esmoquin hace una pequeña reverencia ante nosotros y nos ofrece pasar.

-Ustedes deben ser el señor y la señora Rooper, si no me equivoco.- alza su mirada del libro de invitados y nos analiza, mirándonos de arriba a abajo.

-Sí, así es. Margot y Dave Rooper.- contesto un poco preocupada.

-Dejen sus pertenencias en la habitación de la derecha y disfruten de la noche.- y sin más desaparece por unas escaleras.

Hacemos lo que nos dice y, sin perder de vista a Faith, nos mezclamos con los demás vecinos, saludándonos y divirtiéndonos.
Después de un rato y varias copas, recuerdo que Faith se fue a jugar al parque de antes, así que me asomo por una gran ventana y la busco con la mirada. Ya la veo, está hablando con otros niños en la pequeña casita que hay al lado de la piscina. No me gusta que esté al lado de ella. De repente, una voz interrumpe mis pensamientos.

-No se preocupe, si se fija bien, uno de nuestros sirvientes vigila a los niños mientras que otro vigila que no les pase nada con la piscina.- me ofrece la mano.- Soy Amanda Sinner, la nueva vecina.

-¡Encantada! Yo soy Margot Rooper, vivo en una de las casas más alejadas del barrio pero si necesitáis algo, allí podréis encontrarnos a Dave y a mi.- la abrazo y me fijo en su vestimenta.

Lleva el mismo vestido que yo pero en negro, claramente ella lo luce muchísimo mejor que yo. No sé cuantos años tiene pero parece bastante joven, tengo que admitir que es muy bella y, seguramente, muy rica.

-Voy a presentarme a los demás vecinos ¡Ah! Dentro de quince minutos comenzará la cena, por favor, pase junto a su marido por la puerta grande del fondo. No se preocupe por su hija, comerá mas tarde.- y se va sin esperar respuesta.

Le noto algo raro, creo que es su forma de hablar lo que me pone nerviosa, demasiado lento. En fin, busco a Dave y nos dirigimos al gran salón que hay detrás de las puertas del fondo. Una mesa grande y larga ocupa la mayoría de la sala y a los lados, algunos camareros esperan la orden de servirnos la bebida.

-¿Has visto a la nueva vecina?- le digo a Dave en voz baja.

-Sí, estaba junto a Jack, su marido. Por cierto, es muchísimo más mayor que ella, seguramente esté con él por el dinero.- hace una pausa y se acerca a mi.- A demás, no sé por qué Amanda me hace sentir una sensación extraña, una sensación mala.

-He pensado lo mismo cuando se me ha presentado, sin saber que pensaba en la mala idea que es que los niños jueguen al lado de la piscina, vino y me dijo que no pasaba nada, que estaba todo controlado.- vuelvo mi mirada al frente.
Una puerta al otro lado de la sala se abre y Amanda y Jack aparecen.
Todos nos levantamos y esperamos a que se sienten a cenar con nosotros. Rápidamente, ocupan sus sitios y, sin decir palabra, los camareros comienzan a servir. No puedo parar de pensar en Faith.

-¿Crees que Faith estará bien? No sé donde está, ¿Y si está llorando o se encuentra mal? Como voy a saber si le pasa algo, ella tampoco sabe que estamos aquí.- le digo a Dave.

No contesta y se queda pensativo mirándome, se me acerca, me da un beso y me acaricia la mejilla.

-No te preocupes, tienen un montón de personas atentas a ellos, demasiadas diría yo.

Seguimos comiendo pero el ambiente está algo raro, un poco tenso. Nadie habla en voz alta, sino que nos limitamos a susurrarnos los unos a los otros.
Después de un rato, Jack se levanta y entonces me doy cuenta de que Dave tiene razón. Él es un señor de unos sesenta años mientras que Amanda no aparenta más de treinta y cinco. Aunque tampoco se conserva mal para ser tan mayor.
Da un par de golpecitos en su copa con una cuchara pero al ver que no nadie le hace caso, se aclara la garganta para captar nuestra atención. Ahora sí, todo el mundo se centra en él y en Amanda, que se levanta a su lado.

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