King and Dragon

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Siempre me han dicho que los dragones debemos aterrorizar a los humanos, secuestrar a las princesas y asesinar a cualquier clase de cazador. Me he criado con la idea de que los humanos son unos inferiores con ideas de superioridad que claramente carecen, que viven pensando que son seres poseedores de gran amabilidad cuando en realidad son los primeros en anteponer sus ideales egoístas y tomar sus armas para acabar con la vida de aquellos que no estén de acuerdo con ellos o que son diferentes. Pasé mucho tiempo pensando de esa forma, me repugnaba pensar en que podía existir unos seres con tantas actitudes negativas. Sin embargo reconocíamos que por más de ser seres frágiles y con cortas vidas, comparado con nosotros, tenían una inteligencia que podía hacernos correr gran peligro. Los humanos eran habilidosos para aprender aquello que los ponen en desventaja y crear cosas que les ayude para disminuir esa desventaja y poner las cosas a su favor, por eso es que ahora me encuentra en una situación deplorable.

Estaba intentando secuestrar a una princesa, no era que realmente me llame la atención pero estaba aburrido, sin embargo los humanos reaccionaron rápidamente y actuaron para protegerla y salvarla antes de que me la pueda llevar. Tenían de su lado unos magos bastante poderosos y buenos arqueros, era difícil evitar que algún que otro ataque llegue a mi. Traté de huir de ellos pero me persiguieron, aún cuando ya había dejado a su adorada princesa buscaban eliminarme, los humanos son seres fríos que tomarían cualquier excusa para poder acabar con algo. Fui atrapado por unos hechizos y uno de sus guerreros clavó una espada en mí, ví como ellos se reían victoriosos y regocijándose de verme en un estado tan lamentable. Los miré con ira pero no podía hacer nada, estaba demasiado débil, era asquerosamente frustrante. Estaba resignado al ver que se preparaban para dar el golpe final y entonces…

-¡¿Qué mierda creen que hacen en mi puto territorio?!- entre ellos y yo se enterró en el suelo una daga.

Luego frente mi vi caer una figura que era cubierta por lo que parecía una capa roja que se arrastraba por el suelo, parecía que era alguien de una estatura bastante pequeña.

-Esto no es un juego- le dijo el guerrero que me había apuñalado.

-¿Y quién mierda dijo que esto es un jodido juego?- no podía creerlo que mis ojos veían.

Aquél que recién llegaba en un par de movimientos rápidos había dejado fuera de combate a tres hombres que eran más del doble de su tamaño, con movimientos fluidos esquivaba a cualquiera que se le acercaba y como si la daga fuera parte de su cuerpo blandía de forma precisa. Por su capa moviéndose junto a su cuerpo y los otros humanos me era difícil verle bien, solo por un segundo fui capaz de ver unos feroces ojos carmesí. En poco tiempo había eliminado a la mitad de esos humanos.

-¡Escuchen bien pedazos de basura inservible!. ¡Este es el territorio de Bakugou Katsuki, el próximo rey del reino de las bestias y no dudaré en darles una puta lección hasta que comprendan que estoy sobre ustedes!- algo dentro de mí tembló por sus palabras, no solo era sus habilidades de luchas, su forma de hablar inspiraba dominancia.

Con esto los humanos tomaron a los hombres caídos y se retiraron a gran velocidad, no sabía cómo sentirme.Yo, un dragón que superaba en tamaño y en poder a los humanos, fui vencido fácilmente por los humanos y este tal Bakugou Katsuki que era de baja estatura logró derrotarlos como si hubiera sido un simple juego de niños.

-¿Qué mierda eres?- me sorprendí ante su pregunta.

Mis ojos se abrieron como platos, frente a mí estaba lo que los humanos denominan como un “niño”. Era pequeño de rostro redondo, cabellos rubio cenizo rebeldes, finas cejas fruncidas, grandes ojos rojizos con largas pestañas rubias y cuerpo pequeño que no mostraba ni un gramo de la fuerza que había mostrado. Estaba vestido solo con un corto pantalón con pequeños tajos y una larga capa roja con peludo en su cuello. ¿Eso había derrotado a humanos adultos?.

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