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Desde esa noche anhelo todo de tí, aprendí que era extrañar cuando noté mis brazos vacios y tu no estabas para rellenarlos.

Y es que es tan inmoderado reparar mis labios ardientes cuando los tuyos gelidos ya no estan cerca. Aún mis manos recuerdan tu piel y mi nariz distingue el olor a jazmines de tu cuerpo.

A veces para estar contigo tengo que volverme a dormir, no sabes cuanto me torturas chiquitin y no como yo lo hacia en la cama, tú me arrancas la piel.

Y puedo decir que es un poco enfermo exiliar como tu piel tomaba un color camersí despues de una sesión de azotes o como te penetraba tan duro y ahorcaba a la vez mientras tu implorabas por más. Eras tan enfermo como yo y la ultima imagen que guardo de ti, más que tu decencia es tu sudada desnudez.

Solo espero que cuando salga de esta mugrienta carcel pueda aliviar el ardor picante de mi cuerpo que implora por sentirte.

Ayer me preguntarón por qué era culpable y yo respondí que lo soy por amar a una persona, me miraron raro, tal vez porque no dije toda la verdad, quizá suprimi el hecho de que eres menor de edad y nos llevamos diez años...

One shots - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora