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Samuel levantó su mirada para verse al espejo.
El espejo frente a él era un espejo de cuerpo completo, así que fue capáz de ver aquel hermoso traje negro que le quedaba a la medida. Todo en él era elegante y perfecto.
Su rostro estaba un poco rojo, en especial sus ojos, pero sonrió con sinceridad mientras se colocaba una pequeña rosa blanca en su pecho.
A partir de ese día tan lleno de alegría, su vida cambiaría, por el enorme compromiso que tenía.
Tocaron a su puerta, pero no fue necesario decir nada, puesto que de inmediato entro alguien.

-- Frank -- Dijo mientras se giraba y sonreía un poco. -- ¿Ya es hora?

Frank asintió suavemente.

-- Entonces, vamos a ello, campeón. -- Dijo en tono animado mientras empezaba a caminar hacia la puerta, y tomando una profunda respiración, abrió la puerta.

Cuando abrió la puerta, de inmediato sintió que todas las miradas se pusieron en él.
Empezaron a sonar campanas.

Frente a él había un camino guiado por una alfombra roja, bellamente adornada, siguió con la mirada aquel camino y sintió que su aliento se congelo cuando miró el final de este.
Guillermo le estaba mirando con una hermosa sonrisa en su rostro, esperando a que llegará al altar para tomar la decisión más importante de su vida.

Una hermosa música sonó de fondo. Sintió un pequeño tiron en su brazo, pero no le presto atención, estaba demasiado concentrado en ver el final de aquel camino.

Su destino.

Camino con tranquilidad mientras sonreía con cariño, al mismo tiempo que veía rostros llenos de sonrisas por su caminar.
Cuando finalmente estuvo a punto de llegar al final, Guillermo bajo un poco y extendió su mano con una sonrisa.

Samuel sonrió mientras extendía su mano...

Y lo saludaba de manos, con un fuerte apretón.

Guillermo le sonrió con extrema felicidad, pero Samuel lo pudo ver.

La razón de sus hermosos gestos no era él.

Finalmente le prestó atención al "tirón" de su brazo, para ver las finas facciones de una hermosa mujer, vestida completamente de blanco. Agarró su mano que estaba colocada en su brazo y la colocaba en la mano de Guillermo.

Al mismo tiempo que renunciaba al amor de su vida.

-- Él de verdad es un tonto, pero cuídalo. -- Dijo en tono de broma, mientras sentía que su corazón se rompía. La mujer asintió.

-- Sí, puedes confiar en mí. -- Dijo en tono cariñoso mientras se recargaba de su prometido, que en unos minutos pasaría a ser "Esposo".

-- Gracias por ser el padrino, Samuel. -- Agregó Guillermo mientras sonreía con sinceridad. Samuel asintió y, sin más, se bajo del altar para permitir el inicio de la ceremonia.

Samuel bajó y se dirigió directamente a la salida, con una sonrisa en sus labios, y cuando estuvo a punto de salir, regresó su mirada para ver como los dos se miraban con verdadero amor.
Se mordió el labio y una lágrima silenciosa rodo por su mejilla.

-- Adiós...Guillermo. Te amo.

Y sin más, salió de la iglesia, al mismo tiempo que escuchaba como la ceremonia comenzaba con los votos.

One shots - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora