A SookJi le gusta las mujeres. » [fem¡yoonjin]

1 ❧ No me gustan las mujeres.

Comer en familia siempre fue la cosa favorita de SookJi, amaba estar en familia, con sus hermanos, padres y abuelos.

Claro, antes de que los comentarios homofóbicos y lecturas religiosas comenzaran. No es que odiara la religión o no creyera en ese Dios que su familia alaba, pero le molestaba cuando lo usaban para dar pretexto a su odio contra los homosexuales.

— Arderán en el infierno.

— Dios creó al hombre y a la mujer para estar juntos, no a los hombres y a las mujeres juntos.

— Dios no lo acepta.

— Ser homosexual debería ser un delito.

— ¿Que tiene de malo ser homosexual? —Se atrevió a preguntar SookJi. La mesa se hundió en un silencio incómodo, cinco pares de ojos en la mesa la miraron anonadados, sus padres tenían cara de no poder creer lo que acababa de preguntar y sus abuelos la miraban confundida, su hermana mayor la miró mal y su hermano gemelo ni siquiera la miró, estaba más enfocado en la comida.

— ¿Como te atreves a preguntar eso, niña? —Preguntó su abuelo frunciendo el ceño en molestia, como si no acabase de escuchar todas las razones por la que era malo.

— Es que, los homosexuales también son personas, iguales a nosotros. —Explicó con la voz dolida, nunca se había atrevido a confesarle a su familia que era lesbiana, y sabía que nunca lo haría, tenía miedo de ser rechazada por ellos.

— Los homosexuales son cosas enviadas por el mismísimo diablo. —Le dijo su papá en tono severo, su abuela la miró de cerca, aún poseía esa expresión de dolor en su rostro, como si fuese a empezar a llorar en cualquier momento.

— No nos estás diciendo que eres una machorra... ¿verdad, SookJi? —Esta vez preguntó su hermana mayor, su hermano gemelo levantó la mirada, sus mejillas llenas de comida, alguna excusa para no hablar sobre ese tema que también le molestaba tratar.

— No, unnie, solo decía. —SookJi se mordió la lengua para no mandar a todos, excepto a su hermano gemelo, a la mierda. Miró su plato con disgusto, y se levantó suavemente de la mesa.— Si me disculpan, me retiraré a mi habitación.

— Pero SookJi, no te has comido ni la mitad de la comida. —Reprochó algo preocupada su madre, SookJi solo se encogió de hombros.

— No tengo hambre madre. —Explicó levantando su plato y dejándolo en la cocina. Se devolvió al comedor a pasos lentos, e hizo una inclinación de cuarenta y cinco grados, retirándose de ahí formalmente.

Apenas cerró la puerta de su habitación, se desplomó en el piso a llorar, intentando ser lo menos ruidosa posible.

No sabe cuanto tiempo estuvo llorando, pero cuando por fin alzó la mirada, vio por su ventana que estaba oscuro y no había nadie en la calle, indicando que era tarde.