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Los latidos de mi corazón habían aumentado a medida que nos acercabamos a casa de Melissa.
Y aunque no era una persona religiosa, le rezaba a cualquier ser divino para no encontrarme con él allí dentro.
Pero claro, como la vida me odiaba lo primero que divise mientras Anna y yo pasamos la caseta de seguridad, fue el BMW estacionado afuera de la enorme mansión, lo que significaba que él aún estaba en la casa.
Sabía que esto era mala idea, desde el principio fui consiente de que aceptar la petición de acompañar a mi mejor amiga para venir aquí era como echarle leña al fuego, sal a la herida pero como nunca había sido conocida por tomar buenas decisiones, una vez más mi lado masoquista había ganado.
Anna deja el coche al lado del BMW.
- Yo uhm, preferiría quedarme aquí mientras tu vas con Melissa - dije, desabrochando el cinturón de seguridad que sentía, me estaba asfixiando.
- Ellie, Melissa nos necesita más que nunca en este momento - dice - Ella está deprimida por todo lo que está pasando, lo mínimo que podemos hacer es estar allí para ella.
Lo que Anna no sabía era que yo probablemente era la última persona que ella deseaba ver en este momento.
- Ella no me soporta - señale desesperada - Estoy segura que mi presencia allí sólo será peor.
- Mira, no sé realmente que es lo que pasó entre ustedes - dice - Pero necesitas hacerle saber que tu, apesar de todo, estas por si ella necesita de ti.
Hago una mueca.
- De todos modos, porque viniste si nisiquiera bajarias del coche para verla y saber como esta?
Esa era una gran pregunta, porque diablos había aceptado venir? Nisiquiera yo lo sabía.
<Mentirosa> susurro una voz en mi cabeza <Bien que sabes porque viniste pequeña zorra, querías ver lo que habías ocasionado, querías ver como estaba ÉL>
- Preferiría quedarme aquí - digo finalmente.
Anna suspira.
- Eres tan testaruda - dice saliendo del coche.
- Anna! - la llamo antes de que cierre la puerta.
Me mira.
- No le digas que vine contigo.
Anna asiente y se va.
La observo dirigirse a la entrada de la enorme mansión y tocar el timbre, la veo regalarle una tímida sonrisa a la ama de llaves hasta que finalmente ingresó y la puerta principal se cerró detrás de ella.
Recosté mi frente en el tablero del auto.
No debería haber venido, ya era una egoísta de mierda por el sólo hecho de estar en el estacionamiento de la casa en este momento, y ni hablar por todo lo que había ocurrido anteriormente.
En síntesis, era una persona de mierda que le importaban los sentimientos propios antes que el de los demás. Mi madre estaría tan decepcionada de mi si supiera todo lo ocurrido.
Lágrimas escapan de mis ojos antes de que lo pueda evitar, me incorporé en el asiento y las limpio rápidamente. No merecía llorar, no merecía ningún tipo de desahogo ni alivio.
Miro nuevamente por la ventanilla justo en el momento en donde la puerta principal vuelve a abrirse y con el corazón en la mano, espero a ver de quien se trata.
Dios, que sea Anna....
Contengo la respiración cuando mis ojos captan al hombre saliendo de la casa. Los sentimientos que tenía adormecidos hasta ese momento, despiertan y casi me derriban por la intensidad de estos.
Anhelo, deseo, amor e inmensa tristeza me embargan mientras observo a Adam, al hombre quien fue mi primer amor, salir enfundado en un traje de color negro y unas gafas Ray Bans ocultando el hermoso color miel de sus profundos ojos. Mi traicionero corazón se derrite al ver cuan apuesto está.
Se dirige caminando hacia donde estoy y es ahí cuando el pánico me llega. Quiero salir del puto coche y correr lo más lejos posible de él, pero hay otra parte de mi que quiere bajar y abrazarlo y decirle lo mucho que lo extraño y anhelo apesar de todo.
El pánico no dura mucho ya que lo observo desviarse hacia su coche, y subir en este.
Ignoro la decepción que siento y me digo a mi misma que esto es lo mejor, el no cruzarnos.... después de todo era eso lo que el quería.
El BMW da marcha atrás antes de pasar detrás del coche de Anna y dirigirse hacia la caseta de seguridad que inmediatamente levanta la valla y desaparece de mi vista.

Luego de esperar media hora mas, Anna finalmente sale de la casa y se dirige al coche.
Sin una palabra, ingresa al interior, enciende el motor y nos marchamos.
En medio del camino hacia nuestro edificio, mi curiosidad saca su fea cabeza al exterior y pregunto:
- Que tal está?
Anna suspira. Si a esta chica le dieran diez dólares por cada vez que suspira, en una semana sería rica estoy segura.
- Devastada - dice - Supongo que la separación de los padres afecta a todos sin importar la edad.
- Uhm, y Johanna? - pregunto, temiendo por la respuesta.
- Se fue a un hotel, Melissa dice que no soportaba estar en esa casa bajo el mismo techo que su padre.
- Y porque no se fue él?
Anna detiene el coche cuando el semáforo marca rojo y aprovecha para mirarme.
- Al parecer Adam trajo a la mujerzuela en su casa mientras Johanna y Melissa no estaban - dice - Por lo que Johanna se quería alejar lo más posible de aquel lugar y la entiendo, quien demonios querría estar en un lugar en donde tu esposo traía a su amante mientras no estabas.
Es mentira!, quiero decir, Adam y yo jamás nos vimos en su casa; porque apesar de que lo que estábamos haciendo estaba mal teníamos límites y su casa era una de ellas.
- Quien sea que haya sido la zorra, algún día le vendrá el karma - continúa Anna - Y pagará todas las lágrimas que Johanna y Melissa han derramado por esto.
Cerré mis ojos y me ahogue en la tristeza en silencio.
Y fue entonces que un pensamiento vino a mi cabeza.
Que a pesar de todo el mal que le había causado a personas inocentes por nuestras acciones con Adam, no me arrepentía y que lo volvería hacer una y otra vez por revivir un sólo segundo con el. Porque aunque estaba mal, yo me había enamorado y estaba segura de que el también y si, hubiéramos manejado la situación de otra manera , pero que hicimos lo que pudimos para no herir a nadie lo puedo asegurar.
Y mentiría si dijera que no deseaba que Adam no estuviera arrepentido también. Aunque muy probablemente lo estuviera.
Y eso me rompió el corazón, más de lo que ya estaba.
Era una mala persona, y me lo merecía. Y como Anna dijo, sabía que en algún momento la vida se encargaría de hacerme pagar absolutamente todo.

Obsesión prohibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora