Capítulo 1:

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Capítulo 1:

Desde el día en que nací siempre estuve a su lado, codo a codo en la buenas y en las malas, con solo mirarnos sabíamos lo que la otra estaba pensando pero eso es fácil para las gemelas, conocía cada parte de ella porque eran iguales a las mías, desde que éramos niñas nos gustaba vestirnos igual la mayoría del tiempo para confundir a los demás y ver quiénes eran capaces de reconocernos , pocos lo lograban pero ahora eso era realmente sencillo, ella era la que se estaba muriendo , y yo bueno era la que respiraba sin dificultad y también la que tenía muchos años de vida por delante eso si alguien no me atropellaba o algo por el estilo

-tierra llamando a Sabrina-quite la mano que Arthur mi manager agitaba frente a mí- has escuchado algo de lo que te he dicho-

-nop- aparte mi vista de la venta del auto y lo mire a el-pero ahora tienes toda mi atención- le di una leve sonrisa

-espero que tu cabeza este en la reunión y no sobre las nubes- mi cabeza no estaba en las nubes, sino en Nashville pero si lo mencionaba probablemente comenzaría a llorar como en las últimas dos semanas

-no prometo nada- me cruce de brazos y el suspiro profundamente

-de acuerdo solo quiero que estés calmada y no vayas a decir nada grosero ni ofensivo-

-hablas como si fuera una grosera-

-últimamente lo has sido, así que guarda muy profundo los pensamientos que no sean agradables-

-no prometo...-

-Más te vale prometerlo- me dio la mirada de ¨no estoy jugando¨,

-entiendo que no he sido toda sol y arcoíris los últimos meses, pero tampoco es como que le ande gritando a las personas que se cruzan en mi camino- el levanto una ceja-bueno tal vez un par de veces a Nico, pero es Nico siempre está atravesándose-

-quizás porque es tu estilista y compañero de casa- puse mis ojos en blanco y me gire de nuevo hacia la ventana –solo compórtate- asentí sin mirarlo

El trayecto de mi apartamento al estudio era de 25 minutos, 25 largos minutos que me permitían pensar en un montón de cosas que me ponían deprimente y por ende rabiosa con el resto del mundo, odiaba que las personas me viesen de caída, así que probablemente pensar en cosas como: mi gemela con una enfermedad terminal, mi madre quien desaprobaba mi mudanza a Los Ángeles, mis abuelos que ya no me abrazarían cuando las cosas estaban difíciles, si probablemente solo deba quedarme callada

El auto se detuvo frente Island Records mi nueva casa discográfica y desde hace seis meses y donde paso la mayor parte de mí tiempo grabando, se suponía que hoy me quedaría en casa y me relajaría pero el antojoso nuevo presidente de la discográfica quería una reunión urgente conmigo, como si los lunes ya no fuesen suficientemente malos

Cuando entramos en la recepción la secretaria del jefe ya nos estaba esperando y nos escolto de inmediato a la sala de reuniones, Arthur abrió la puerta y cuando ingrese mi ceño se frunció de inmediato, habían dos hombres en la sala y ninguno era al que se suponía debía ver

-explícate- la dije a Arthur con mi ceja izquierda levantada

-no lose, se supone que nuestra reunión es con el presidente-

-el señor Island llegara en un momento y su reunión se realizara en conjunto con el Sr Braun y el Sr Bieber, así que pueden tomar asiento- la chica se fue y nos dejó hay parados en una situación muy incomoda

El primero en caminar hacia el frente fue Arthur y me jaloneo de la mano para que me moviera, en la sala había una larga mesa donde se podían sentar once personas cinco de cada lado y uno en la cabecera, los dos hombres ya nombrados ocupaban los dos puestos cercanos a la cabecera del lado derecho por lo que nosotros nos fuimos para el lado izquierdo

MirageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora