Le quiero. Joder, le quiero. Soy una patética por quererle. O quizás no. Bueno no sé. Lo único que sé es que soy la primera en inventar excusas cuando duele. Ojalá estar tumbada en su pecho a las 3 am hablando sobre todo y también sobre nada. Quiero besar sus labios cada vez que le vea, y también quiero abrazarle y sentir que encajamos a la perfección. Que él está hecho para mí. Que estamos destinados a estar juntos. Aunque a veces pienso que somos el sol y la luna. Raramente coincidimos, pero cuando la hacemos, nos convertimos en la perfección. Él es mi sol y yo solo brillo cuando estoy cerca de él. He intentado buscarle en tantos otros labios... Y no consigo encontrarle en ninguno de ellos. Es que me mata no poder parar de pensar en él, le quiero de formas que ni yo sabía que podía querer. Y a pesar de saber que no es mutuo, me sigo ilusionando cada vez que dedica una pequeña fracción de su tiempo en hablarme. Él es magia.