3. Deny, deny, deny

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—¿Kit… Eres tu?

Y… silencio.

¡Bum, bum! ¡Bum, bum! ¡Bum, bum! ¡Bum, bum!

Esa cosa, ese órgano que había creído recuperar hace unos minutos, resucito con una fuerza incluso dolorosa. Empezó a palpitar con tanta fuerza que incluso pude sentir como emergí a la superficie, como se sacudía y revolvía bruscamente, golpeándome brutalmente.

—Hear Kieng…—murmure. Oí como tocaba la puerta, al parecer mas alterado, mientras mi pulso se volvía cada vez a descontrolarse, completamente nervioso. Me separe de Ming rápidamente hasta que nuestros cuerpos perdían contacto completamente, y yo finalmente quedaba en el asiento de copiloto, hasta abrir de una vez por todas la puerta, dándole la bienvenida a mi hermano quien estaba sumamente cabreado. —Hola, Hear Kieng…

El me miro con la boca media abierta, el ceño fruncido, pero aun notando su enojo con simplemente verlo. En este momento, mi mente estaba completamente en blanco, sumamente flipado. Sin saber que hacer o decir, con un montón de escenas en mi mente, aun intentado recuperarme y a la vez sin nada. Era un desastre. Las ventanas eran polarizadas, pero no creo que eso ocultaba lo suficiente como para que mi hermano omitiera lo que pasaba. Y eso era lo que me preocupaba.

—¡¿Qué mierda estas haciendo con ese tipo?!

Y tenia razón.

—Y-Yo…—abrí la boca para hablar, sin embargo nada salió de ella mas que unos balbuceos mal dichos. Nunca había visto a mi hermano de esta forma, y mucho menos gritarme como lo estaba haciendo. Todo era muy irreal, y nuevo. ¿Qué podía hacer? Mi cuerpo estaba congelado de pies a cabeza. No se movía, nada. Y justamente ahora, es cuando me golpeo mentalmente y me cuestiono el porque le seguí el juego a ese gilipollas de Ming, y especialmente, al frente de mi casa. Oficialmente, estoy muerto.

—¡Contesta Kit!

Y sin antes verlo venir, veo como Ming sale del auto, completamente relajado y tranquilo, con una media sonrisa en su rostro, como si se burlara de la situación. Mi hermano lo miro aun mas furioso que a mi, parecía como si quisiera matarlo aquí mismo en medio de mi.

—No entiendo que tiene de malo que Kit se este besando con su novio. —dijo Ming, mirando fijamente a Hear Kieng.

¿Su novio…?

Su respuesta hizo mirarlo directamente hacia donde estaba, y provocando que mi hermano hiciera lo mismo pero conmigo. Idiota, idiota, idiota. El sonríe fugazmente, mientras gira su mirada hacia mi y me guiña un ojo, sabiendo que no le puedo gritar ni decir nada por la compañía de Hear Kieng.

—¿Novio…? ¿Kit, en que momento tu…? —no conteste, la verdad no sabia que decir. Tanto a el como a mi le estaba tomando todo por sorpresa. —¿Papá sabe sobre esto?

—No…—murmure. Podía sentir la mirada de Ming en mi, pero para ser honesto no podía mirarle ahora. —Y tampoco quiero que le digas nada...

—¿Disculpa?

—Mañana es el cumpleaños de papá, no quiero amargar la fiesta o ser un fastidio después de no verles cinco meses, yo…—Hear Kieng me interrumpió.

—Eres homosexual, Kit. Lo tienen que saber.

—Lo se, pero quiero que se enteren por mi y cuando sea el momento correcto. Por favor. —me miro fijamente, mientras intentaba buscar algo en mi mirada. Ming estaba serio cuando lo mire, y callado.

—¿Kit, eres tu? —la voz de mamá se escucho justo en la entrada de la puerta principal de la mansión. Todos giramos nuestras miradas justo cuando escuchamos su voz. Tan suave y aguda. Camino hacia donde estábamos los tres, acompañada ahora de la abuela, papá y mi hermana.

—No diré nada, pero hablare contigo luego. —dijo Hear Kieng segundos antes de que los demás se acercaran a nosotros. —Y tu también estas en esto. —le dijo a Ming. El asintió con la cabeza, mientras se mostraba serio ante la situación.

—Cariño, me alegra que llegaras tan pronto.  —hablo mamá. Yo forcé una sonrisa, mientras le saludaba y le daba un abrazo en el intento. —¿Y tu porque has tardado tanto en avisarnos que tu hermano había llegado? Lo querías solo para ti. —se dirigió a Hear Kieng, el no respondió mientras nos miraba sin mostrar expresión alguna.

—Yo…

—¡Tío Kitty, tío Kitty! —las mellizas de mi hermano, aparecieron de repente, mientras salían de la puerta principal, tomadas de la mano y con sus coletas moviéndose de un lado a otro mientras se acercaban hacia mi, hasta finalmente abrazarme. Las dos usaban trajes idénticos, de un color que combinaba perfecto con el color de sus coletas, las cuales las hacían verse completamente adorables.

—¡Hola, preciosas!

Me agache de cuclillas para abrazarles y darles un beso en la frente, mientras ambos sonreían alegremente. Una de ellas se chupaba el dedo inocentemente, mirando con atención, mientras la otra melliza sostenía uno de sus osos con la mano izquierda, completamente encantada.

—¡Pero venga, que han crecido mucho, eh!

—Ya casi te alcanzamos.

—Si, ya lo creo. —dije sonriendo.

—Hijo, debes venir hambriento. ¿Por qué no entras a casa a comer algo? —habló mamá. Yo me pare de inmediato, para observarla con mas atención.

—Si, yo…—di la vuelta casi derrapando en la esquina que daba el jardín de la casa, y respire, finalmente le vi, su rostro mostrándose como si estuviera completamente tranquilo, relajado, apoyado del coche, considerándose solo un simple observador en ese momento. Inclusive no haciendo nada, se veía jodidamente guapo. —Me despediré de mi amigo, y entro a la casa mamá.

—Oh, no sabia que venias acompañado hijo. —dijo, mirando  a Ming de repente, justo a los ojos. —Que torpe soy, estaba tan emocionada de ver a mi pequeño doctor que no había puesto atención de quien estaba a su lado. ¿Cuál es tu nombre, cariño?

—Mi nombre es MingKwan Krub y soy amigo de su hijo, mucho gusto.

—Mucho gusto, joven. —saluda mamá. Él ya esta lo suficiente cerca como para tomar su mano y saludarla formalmente, así como a todos los miembros restantes de la familia, quienes parecían recibirlo de buena forma, excepto mi hermano, que lo miraba con su ceño fruncido. —¿Y tu a donde vives? ¿Eres de aquí cerca? —le pregunta mamá. El abrió la boca para contestar, sin embargo yo respondí primero.

—No mamá, mi auto se averió y Ming me hizo el favor de manejar hasta acá para dejarme aquí con su coche, pero igual el ya se va. ¿Cierto, Ming? —me dirigí a él, el cual no paraba de verme con una sonrisa.

—Si.

—Oh, ya veo... ¿Y por que no te quedas esta noche en casa? Puedes dormir en el cuarto de huéspedes. No creo que sea una buena idea manejar a estas horas de la noche hasta la Universidad. —un tremendo escalofrió me recorrió de arriba a bajo, erizando mi piel, a penas escuche las palabras de mi madre. ¿Qué mierda…? Ming soltó esa risita divertida tan característica, al notar mi reacción y la de mi hermano cayendo en el rostro. 

—No creo que sea necesario mamá, igual ya es tarde. —hablo Hear Kieng.

—De ninguna manera, si Ming esta de acuerdo, por mi no hay problema con que se quede, igual si mañana el gusta puede salir temprano a la Universidad o bien, incluso se puede quedar al cumpleaños de tu padre. Los amigos de mi hijo, son los amigos de la familia también.

—Muchas gracias, señora.

—Pues no se diga mas, entremos todos a casa y asi les muestro la habitación correspondiente, Kit tu dormiras en tu cuarto, ya esta listo. —mando sin dejar escuchar alguna queja.

—Esta bien, mamá. —respondi, mientras veía a un Ming completamente sonriente y carismatico al lado de mi familia, y por otro lado a mi hermano furioso y desconfiado ante lo sucedido.

Si, definitivamente esta noche va a ser muy larga.

goodnight n go→MingKit |au|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora