Maid For Me (Cristessi)

Primer Día.

Cristiano fue fácil con Leo la primera noche. Le mostró la habitación en la que se quedaría y lo dejó dormir. Cuando llegó la mañana, Cris entró en la habitación donde estaba la pequeña pulga. Las sombras traían la luz del sol y proyectaban una sombra sobre su rostro. Se veía tan sereno y tranquilo. Su cabello castaño era suave y enmarañado contra su frente. Sus mejillas estaban ligeramente rosadas y sus labios estaban separados mientras dejaba entrar y respiraba calmadamente mientras dormía. Él se veía tan tranquilo.

Cris saltó a la cama. "¡LEÓN!" Su aterrizaje provocó que la cama empujara a Leo que se despertó con los ojos muy abiertos. Dejó escapar un grito mientras voló al suelo con un fuerte golpe como un gato. Cris se asomó por el borde de la cama para ver al argentino gimiendo mientras se agarraba del brazo mientras se tiraba al suelo. "Leo, ¿qué estás haciendo en el suelo? ¡Vamos, tienes un día ocupado por delante!" Cris intentó contener una risa. "¿Qué carajo, hombre?" Leo lanzó una mirada acusadora a Cris, su voz un poco mareada después de ser despertado. "¿Es esa una forma de hablar con tu jefe?" Cris levantó una ceja. Él entrecerró los ojos a Cris mientras se sentaba, su cabello caía un poco sobre ellos.

Se puso de pie un poco tambaleante, bostezando mientras se frotaba los ojos. "¿Qué deseas?" Interrogó a Cris con una mirada molesta. Cris apoyó la barbilla en sus palmas abiertas, observando a Leo con una pequeña sonrisa mientras se recostaba en su cama. "No eres una persona madrugadora, ¿verdad?" Leo rodó sus ojos. "No no soy." Cris vacila por un momento. "¿Acabas de rodar tus ojos hacia mí?" Leo lo mira extrañamente. "No sé, dímelo. Estoy bastante seguro de que tienes ojos". Él respondió sarcásticamente. Moviéndose más rápido que un rayo, Cris agarró a Leo que dejó escapar un chillido y lo empujó a la cama, fijando sus muñecas sobre su cabeza. Leo lo miró con los ojos abiertos con los labios ligeramente separados. "Hm" Cris sonrió mientras Leo se ruborizaba, luchando por liberarse de su control. "¿Qué ... qué estás haciendo?" Él tartamudeó. "¿Te sientes," Cris entrecerró los ojos, "nervioso?"

Leo luego lo miró confundido. "¿Qué?" Preguntó. Cris chasqueó hacia él. "No me gusta la actitud de la gente". Leo vuelve a rodar los ojos de nuevo y Cris se inclina aún más cerca de él, causando que Leo se sonroje más mientras gira su cabeza a un lado avergonzado. "¡Está bien! ¡De acuerdo! No volveré a rodar los ojos. Solo, solo bájate de mí".

Cris, poniéndose de pie con una sonrisa brillante, dijo "¡Bueno, vístete! Te veré abajo en diez minutos". Con eso dejó a Leo enrojecido en la cama.

Se levantó y se cepilló los dientes en el baño, se lavó la cara y luego se peinó. Se puso un par de pantalones oscuros y zapatos blancos antes de ponerse una camiseta blanca y un botón oscuro de mezclilla. Metió las manos en los bolsillos cuando comenzó a bajar las escaleras frunciendo el ceño.

Cris estaba sentado en un taburete frente al mostrador grande, mirándolo cuando entró en la cocina. Se quedaron así por un momento. Leo estaba parado en la puerta mirando a Cris quien le devolvió la mirada. "¿Qué?" Leo rompió el silencio. Cris sonrió. "Nada." Silencio. "Bueno, ¿por qué me despertaste tan temprano entonces?" Leo preguntó, un poco molesto con su rival. "Estaba solo." Cris se encogió de hombros. Leo parpadeó. "Estabas solo", asiente Cris. "Así que me despertaste", asiente Cris. "¿¡Porque querías hablar !?" Cuando asiente por tercera vez, Leo suelta un bufido de incredulidad. "Definitivamente eres uno de los tipos, eso es seguro". Él murmuró. "Tengo hambre." Cris se quejó. "Entonces come algo". Dijo Leo perezosamente, apoyándose contra el mostrador con los brazos cruzados. "Lo siento doncella. Pero ese es su trabajo ahora". Él sonríe descaradamente.

Leo gruñó pero no se atrevió a rodar los ojos. "Bien. ¿Qué quieres comer?" Cris pensó por un momento. "Panqueques." Leo se volvió y Cris observó la forma en que trabajaba con interés. "¿Algún tipo específico?" Leo preguntó mientras sacaba un par de huevos y leche. "Arándano." Leo se congela, volviéndose hacia él con una sonrisa avergonzada. "Los panqueques de arándanos son mis favoritos". Cris sonríe. Vio como el argentino se perdía en el centro de su trabajo, mezclaba la masa rápidamente y luego comenzaba a cortar arándanos. Mientras lo hacía, por aburrimiento, Cris se levantó y caminó hacia él. Leo se tensó cuando sintió el pecho de Cris presionando contra su espalda, sus labios flotando peligrosamente cerca de su oreja. Cris abrió el armario y sacó una taza. "Lo siento." Susurra en broma, el cálido aliento golpea la sensible piel y causa que Leo se estremezca. Le dio torpemente el jugo de la baya azul en todo el dedo.

Antes de que pudiera lavarlo, Cris tomó rápidamente el dedo por encima de su hombro antes de meter la punta en su boca, chupando suavemente mientras sus ojos nunca dejaban los argentinos. "Hmm". Golpeó levemente sus pestañas, mordiendo levemente la yema de su dedo. Leo enrojeció, tragó saliva. "¿No te encantan los arándanos? Aquí lo intentas". Quitándose el dedo de la boca con un chasquido, sus ojos nunca abandonaron los de Leo mientras lo sacaba y pasaba los labios de Leo en su propia boca. Lo miró con lujuria cuando entró. Leo se sonrojó aún más, sintiendo su corazón latiendo fuertemente en su pecho.