miss the bus 『HyunMin/현민, TS』

02

4419, Stray kids.  

"¿cómo estás?

tu asiento a mi lado se siente tan vacío,

intento sacar de mi cabeza esos inolvidables días,

pero siempre me pregunto qué estás haciendo."

Recuerda con cariños esos días, donde su vida dio un vuelco y pudo ser feliz. Y aunque habían pasado unos años -cuatro, concretamente- aún puede sentir el calor del amor que sintió.

Se colocó mejor el abrigo blanco que utilizaba cuando iba a la academia de canto, volvía a ser invierno y eso le impedía separarse de él. Apoyó su cabeza en el cristal y suspirando, cerró los ojos para sumergirse aun más en la música que retumbaba por sus oídos.

"—mamá, él es Seungmin -sus mejillas se colorearon de un violento rojo y bajó la cabeza después de dar un pequeño cabeceo en modo de saludo, apenado delante de la figura de la imponente mujer. —Ahm... ¿Puede quedarse con nosotros?

La mujer le había hecho muchas preguntas -demasiadas, para su gusto- aunque después de todo, sentir la mano de Hyunjin junto a la suya mientras le daba leves caricias le hizo sentir mejor, y las contestó a todas tímido, no queriendo hablar demasiado, pero a medida que iba contando su historia, sentía como la presión en el pecho se iba desanudando.

La mujer había decido que se quedase con ellos, pagando por todos sus estudios, y él solo pudo prometerle que algún día se lo devolvería todo. Y así lo hizo, se graduó siendo uno de los mejores alumnos de la escuela.

Hyunjin y su madre siempre le apoyaron en todo, y no podía estar más agradecido.

"estoy sentado en

el final del bus, donde solíamos sentarnos

murmurando mientras recuerdo

mis momentos contigo"

Pero hoy había cogido el bus, para realizar un viaje largo -¡después de mucho tiempo volvía!- y acomodando sus auriculares volvió su vista en el paisaje que se visualizaba a su derecha.

"—Seungminnieeeeee ~ —Un Hyunjin lo reclamó mientras aún estaba dormido. Frunció el ceño y abrió sus ojitos molesto, puchereando. —¡Vamos! Despierta, despierta...

—¡Yah! Déjame dormir... —giró en la cama y volvió a acurrucarse hasta quedar cómodo, si solo conseguía mantener sus ojos cerrados unos momentos má-....

—¡Seungmin! —El pelirrojo se sentó en la cama y lo miró mientras se tallaba los ojos y se acostumbraba a la luz.

—¿Qué pasa? —Antes de continuar hablando, el pelinegro se tiró encima suyo hasta que acabaron rodando en la cama con este en su pecho abrazándolo.

Seungmin sabía que estaba nervioso, escuchaba como el corazón retumbaba y chocaba contra su propio pecho, y empezó a acariciar su pelo para que se calmase, acomodándose hasta que Hyunjin estuvo a la altura de su clavícula -entonces, este hundió su cabeza en la curvatura de su cuello y con el movimiento cosquilleó el cuello de su amigo-.

—Hyunjinnie, me haces cosquillas, para —movió su cabeza para apartar el cabello pelinegro y entre risas vio como alzaba una carta y se la daba.