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Narrador Omnisciente:
Elena se despierta a las 06:00 am, gracias a la alarma que coloco oportunamente para no quedarse dormida, se dio una ducha y con la toalla envuelta a la altura de su busto se dispuso a escoger que usaría para ir a la pista de patinaje.
Nora entra a su habitación un tanto adormitada y somnolienta, aun usando su pijama de corazones, preguntándose ¿porque su única sobrina quien siempre duerme hasta la 01:00 pm se despertaría a las 06:00 am?
— ¿Quien murió?— Pregunta Nora divertida
— Si me fijo solo en tu rostro pálido, podríamos decir que tu— Le responde Elena
— Respétame niña, yo he hecho todo lo posible por llevarte al buen camino niña del mal— Le responde Nora fingiendo enojo
— Lo se tía Nora, pero te recuerdo que tengo 22, y me siento la culpable de que a tus 35 no hayas conseguido un marido— Le dice Elena
— Si yo vivo aquí contigo es porque así quise mi niña y siempre serás mi niña, aunque tengas 22— Dice con orgullo
— Algún día te conseguiré un divorciado
— Dime ¿a dónde iras tan temprano?
— A la pista de patinaje sobre hielo, ayer conocí a una dulce niña, le enseñare a patinar, su padre me pagara porque yo le enseñe ballet
— Hija, ¿Crees que podrás con todo? anoche llegaste muy cansada del bar, ni si quiera nos hablaste antes de irte a dormir
— Tía, sé que podre con todo, todo sea por el abuelo
— Si tu madre te viera, estaría tan orgullosa
— Pero no me ve, tú si lo haces, y aprecio que estés aquí para eso
— Te amo mi niña
— Y yo a ti mi tía
— Si vas a patinar sobre hielo ponte el vestido rojo con los shorts negros debajo
— ¿El vestido rojo que tiene un gran escote?— Le pregunta Elena divertida
— Quizás tu si te consigas un divorciado— Le dice Nora
Elena ríe a carcajadas mientras se cambia, toma una pequeña mochila y allí coloca sus patines, se pellizca un poco la cara para perder todo rastro de palidez en su rostro en lo que escucha el sonido de un auto, se asoma por la ventana de su habitación la cual da a la calle y se encuentra con un lindo mercedes
Baja las escaleras y entra a la cocina, saca una pera y la guarda junto con los patines, sale a la calle y se da la linda sorpresa de ver a Violet con un tutu puesto.
— Buenos días— Saluda Elena
— Hola Elena— Dice la pequeña lanzándose a sus brazos
Elena levanta a la niña en brazos y saluda amablemente al padre de esta