Tori

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Tori se recargó en la pared antes de suspirar pesadamente. Lee los resultados de los exámenes y no puede evitar arrugar el papel, lo desgarra con sus uñas pintadas de rojo, llora del coraje. "¡Te odio!" Le grita a la nada antes de tomar su encededor y prender en fuego la bola de papel, la deja tirada en el piso de madera y se va sin mirar atrás; ya no le importa nada.

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Inició con cambios leves.

La chica decía ir a la tienda,  preguntaba quién querria qué. Al volver solía resultar que "Olvidaba" la botella de Coca-cola o "confundía" la lata de Cola con Pepsi.

Pero, como un juego, esto subió de nivel.
A veces ignoraba a su novio.
Al menos hasta que este tocaba su hombro.
A veces, coqueteaba con Thomas o Matt.
Hasta empezar a reír después de ver sus caras.
A veces, llegaba tarde a casa.
Siempre era antes de las 11

Siempre era por "Estar leyendo".
Siempre era por "Estar jugando".
Siempre era por "Problemas con la universidad".

Mas temprano que tarde, empeoró.
Si Edd le hablaba o tapaba lo que tuviera enfrente, prefería ni inmutarse.
Sus coqueteos llegaban a ser dirigidos a Eduardo, demasiado serios para ser juego.
Llegaba al día siguiente después de ir "Por cigarros".

Edd estaba cansado de esta nueva y dañina dinámica, le dolía físicamente. Tom y Matt estaban preocupados por él, y, sinceramente, tampoco podian aguantar a Tori.

— ¿Te gustaría ir de visita a la fábrica de Coca-Cola? Quiero decir, la reconstruyeron hace poco y aún no te prohíben ir. — Pregunta Tom como quien no quiere la cosa. De inmediato la cara de Edd se ilumina ante la pregunta.

El hombre de cuencas sonríe un poco y Matt entra, más que listo para que Edd se vuelva a sumergir en los contenedores de Coca-cola, una cuerda "discretamente" enrollada en su cintura.

Una hora después, ya están dirigiéndose a la fábrica, Tom conduce y Matt se admira en el espejo del auto, casi chocaron con autos al menos tres veces por culpa del pelirrojo. No hace falta decir que lo amarraron al exterior del auto e ignoraron el resto del camino.

Estaban a punto de llegar a la fábrica cuando Edd recibió una llamada de la chica que lo traía loco... al igual que a sus amigos. En el caso de Edd era de amor, claro. Matt y Tom simplemente la odiaban.

— Hey, Eddie. — Lo saluda con calidez, el recién nombrado sonríe como estúpido y su corazón se acelera. Tori, no sólo está en línea con él, no. Ella lo llamó.

—¡Tori! — Chilla emocionado, su rostro radiante, básicamente gritando en el oído de Tom.

—¡No mames Edd!

— ¡Si! ¡No ganes Edd! — Corea Matt, muy seguramente, no comprendía del todo que ocurría. O decían. Muy seguramente ya ni recordaba en dónde estaba.

— ¿Qué dijiste? No te entiendo bien, hay mucho ruido. — Comenta la chica, segura de haber escuchado que alguien maldecía.

— Espera un segundo, min engel... — Se aleja el celular del oído, se sienta encima de Tom, y Aparca el auto en el primer lugar que puede, ni siquiera le importa la gente. Un par de años después negará haber atropellado a ese niño.

— Tienes la peor novia del mundo, de verdad, ¿Qué te pasa? — Pregunta Tom, claramente juzgandolo. Edd lo calla sin pensarselo mucho y se vuelve a acercar el móvil.

— ¿Ahora si me escuchas bien? — Pregunta a su novia.

— Si, jaja, resulta que fue error mío, no tengo buena señal. — Ríe Tori, mientras, a Edd casi se le bajan los colores de la cara al percatarse de que hay sangre en el parabrisas. Se asoma y sólo ve a Matt traumado. Intacto, eso sí.

BadGirlfriend. EddTori.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora