Todas aquellas otras razones por las que te odio.

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Recuerdo bien aquel tiempo que pasamos juntos, los días eran fríos como siempre se espera del invierno; la gente usaba ropa extra, un abrigo, una chaqueta, una bufanda o un par de guantes... incluso hay quien escoge sólo un estúpido gorro que seguramente no cubriría mucho pero es lindo, gente tonta como yo.






































Aquellos fueron días fríos, fueron dias en los que la inhumana escasez de sol impregnaba en mis prendas un aroma a humedad, aroma que por alguna razón he aborresido toda mi vida, lo que al final me llevó a cargar sólo un estúpido gorro gris que mantenía a penas tibia mi cabeza ¿suena tonto no esa así? Lo fue, el recuerdo del castañeo de mis dientes y mi cuerpo temblando esperando crear por lo menos un poco de calor me lo asegura.












































Sin embargo y aún con el helar que esos días dejaron en mi vida no tengo memorias más cálidas que esas, donde a pesar de estar en un lugar tan inusualmente bajo en sus temperaturas tu presencia a mi lado no me dejaba percatar de esta, al menos no conscientemente, el que me abrazaras cuando comenzaba a temblar me calmaba y aún peor una mirada tuya provocaba dentro de mi un calor que me seguía por días, que aún lo hace.

















































Porque aquel contacto me hizo pensar que la calidez del más frío invierno de mi vida podría estar siempre conmigo.

Porque la forma en que entraste en mi vida, mi memoria y mis ser me hizo la persona más estúpidamente feliz por un instante.

Y por que tuve que aprender por la mala que si alguien tiene el poder de mantenerte así de vivo aún dentro del frío de la nieve, también te puede asesinar congelado bajo el sol ardiente de un verano.







































Por eso te odio.











































Por eso y por muchas razones más he decidido odiarte, aún cuando me he resignado a vivir con tu recuerdo y tu presencia constante en mi vida, porque queramos o no ahora formamos parte de un sistema que aunque estemos separados nos describe como uno sólo.

Y por que te odio sobre manera decidí escribirte esto, esperando algún día lo leas y te des cuenta que hablo de ti, pero no tengas manera de comprobarlo y ojala vivas en la incertidumbre del no saber, mientras soy resguardada por el anonimato.











































Estas son todas aquellas otras razones por las que te odio.















































Odio tu estúpido cabello rizado que bajo la escusa de esponjarse mantienes húmedo, y que me recuerda aquella noche donde bajo la lluvia me escoltaste al coche que me llevaría a casa, esa noche de manera fugaz me besaste bajo un cielo que lloraba.

Odio también tu nuevo corte, en un estilo hipster ahora atas tu cabello en una coleta, lo odio en especial porque fui yo quien te enseño a hacerlo.

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