Oh, Harry

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El pequeño despertó por los gritos furibundos de su hermana y se levantó a ponerse sus pantuflas acolchadas lilas para dirigirse al cuarto de la susodicha frente al suyo. Ignorando los carteles de "Prohibido el paso" y "Venta de almas en proceso" abrió la puerta blanca encontrándose a la joven con una toalla teñida de rojo y sus cabellos igual lo cual le hizo ahogar un grito.

El infierno iba a desatarse.

A sabiendas de lo que pensaría su hermana si salía corriendo se mantuvo estático en su sitio cuando aquellos ojos tan similares a los suyos se posaron en su frágil anatomía, la dueña de estos solo soltó un suspiro y, como ya estaba vestida para el trabajo, salió de allí empujando al menor por el hombro.

Harry volvió a su habitación de un dulce rosa y se acercó al armario púrpura al lado de la ventana, lo abrió y se quedó pensativo unos momentos antes de decidirse por un top rosa con un jean de cadera alta y unas converse a juego con el top. En lo que ataba sus agujetas escuchó la puerta principal cerrarse de un portazo.

"Por más enojada que esté, Gemma nunca se olvida de mi desayuno."

Sonriente, se peinó los achocolatados rizos y bajó rápidamente las escaleras para encontrarse unos hot cakes con miel junto a un vaso de jugo de durazno en la redonda mesa de la cocina, vio el reloj de la pared y se apresuró a comer pues ya eran 7:15.

Terminó todo dejándolo en el lavaplatos, salió de casa con su mochila (color cielo con bordados de caricaturas encima) al hombro puntualmente a las 7:30 y se dirigió a la esquina de la cuadra a tomar un autobús hasta su escuela, donde debía estar Niall esperándolo en la entrada para ir juntos a clase, en la cual el "rubio" caería dormido mientras él tomaba apuntes que luego le pasaría a cambio de que después le comprara dulces y lo llevara al centro comercial.

Una vez cumplida esa parte de su lista habitual, se sentó en el comedor en lo que esperaba que Niall trajese sus golosinas de la máquina expendedora y los almuerzos de ambos, luego de ello irían a la zona de la cancha deportiva para comer en paz viendo al grupo de turno jugando partido e insultándose, durante el griterío ellos harían apuestas sobre quién ganaría (tanto el juego como la pelea).

Lo único que nunca iba a poder estar anotado en el horario de Harry que tenía plasmado en su agenda verde claro con su nombre y apellido en letras moradas brillantes con borde rosa, eran los ataques mayormente verbales de "Thor" y su grupo.

El apodo del chico ni siquiera fue por algo bueno: Una vez su familia fue partícipe de un programa donde podían remodelar la casa en la que recién se habían mudado y mientras rompían las paredes él calculó tan mal que el mazo le terminó impactando fuertemente en la pierna y lanzó el grito menos masculino que se pudo escuchar.

Cabe destacar que el episodio nunca se transmitió. Sin embargo, una chica cuyo padre trabajaba para el canal consiguió el video luego de que uno de sus amigos se lo contara borracho y lo esparció por toda la escuela. Odió el sobrenombre al principio pero terminó por hacerse a él cuando las muchachas en las fiestas creían que era por otras cualidades muy lejanas al accidente.

Thor adoraba molestar a Harry, parecía encontrar cierto placer en irritar al pequeño ruloso que nada le había hecho, sobretodo cuando Gemma aún no llegaba a la escuela. Nadie conocía exactamente el por qué de sus actos si el pobre ojiverde era muy bueno con todos, era tan adorable que parecía que vivía en una casa de muñecas y lo único que consumía fueran malteadas de fresa con gomitas y azúcar mientras veía, mínimo, "My Little Pony"; aunque tampoco querían preguntarle sus motivos al pelinegro.

Al verlos, el castaño trató de irse de aquella mesa pero un "Hey, rosita" lo hizo detener sus actos, girar su rostro de vuelta a su direccion y volver a acomodar su pierna dentro de la banca blanca que rodeaba aquella superficie del mismo color.

-¿S-Sí, Thor? -preguntó buscando a Niall con la mirada.

-Ni lo intentes, mariquita -rió-. Sabes que siempre tenemos buenas tácticas para detener a tu noviecito.

De alguna forma era cierto, bueno...en sí no eran tan buenas como Thor presumía...pero el rubio tampoco era muy listo que digamos, por lo que nunca podía encontrar la conexión entre lo que le pasaba cuando le decían algo a su novio, debido a ello ahora se encontraba hablando con un muchacho que le hacía preguntas algo ridículas sobre eventos escolares y la ubicación de ciertas aulas.

Se tomaban su tiempo entre encuentros y mucho más en repetir el lugar de la escuela.

-C-Cierto -habló como pudo el pequeño bajando la mirada.

-Oh, niña, no bajes la mirada. Desperdicias la hermosura del rostro frente a ti -se burló y como no hubo respuesta su sonrisa de diversión se borro-. Vaya que la brillantina te ha derretido el cerebro, idiota, si tienes el privilegio de poder mirarme, hazlo -el que no alce la cabeza lo irritaba y se lo hizo saber al jalarle el cabello con fuerza-. MÍ-RA-ME. A la próxima que no me obedezcas te va a ir mal ¿De acuerdo?

Harry asintió como pudo mas eso no pareció bastar porque le dio un tirón más agresivo y con lágrimas en los ojos se esforzó por responder- S-Sí, Thor...lo juro.

Complacido, Thor soltó su cabello y le dio un golpe con la palma en la nuca antes de levantarse y decirle a sus amigos- Vamos, que la nenita disfrute su almuerzo frío.

Así, se retiraron del lugar y le hicieron una señal al chico que, ya sin recursos, preguntaba por lo que estaba en la bandeja del novio de quien se encontraba limpiando las pocas lágrimas que corrían por sus delicadas mejillas; al verlos, se retiró con una rápida despedida dejando al otro muy confundido.

-Ay, Harry...-se lamentó cuando llegó a la mesa al lado de la puerta que dirigía a la cancha- Pasó otra vez, ¿verdad?

El pequeño apretó los labios y aumentó la velocidad de sus pestañeos intentando detener la caída de más gotas saladas de sus tristes ojos.

-Cariño -dejó la bandeja y se le fue acercando-, te juro que--

-No importa, Ni -lo interrumpió levantándose cabizbajo- Vamos, se hace tarde, ya deben ir por medio partido.

Niall lo siguió poniendo la agenda que el ruloso estaba dejando olvidada en la bandeja, recriminándose el ser tan distraído sabiendo de las burlas por las que pasaba el castaño.

Sofá de Gemma y Harry. Noche. Besos. Niall.

Es todo lo que se va a decir.

Sería traumatizante para la autora entrar en detalles.

Usualmente los hermanos Styles volvían juntos a casa pero al sonar la campana y reunirse (momento extraño de ver pues se podía atestiguar a dos seres tan parecidos, mas diferentes al mismo tiempo) la mayor le dijo que iría a arreglar su cabello y debía terminar la mitad faltante de un informe muy importante por lo que llegaría algo tarde.

Así que Harry dedicó su tiempo a preparar la cena, mientras apagaba el fogón recibió un mensaje de Niall diciéndole que estaba aburrido y al ver la olla que había preparado decidió responder el mensaje invitándolo a cenar.

Lo que nos trae a la escena..."descrita" anteriormente, luego de llenarse con dos platos de pasta y tres vasos de jugo (Harry dejó una nota en el refrigerador diciendo que se había acabado), pusieron una película pues aún era temprano y...una cosa llevó a la otra y ahora Niall se encontraba encima del frágil cuerpo del castaño tratando de no aplastarlo mientras este lo sujetaba por el cuello.

Harry no se sentía particularmente...cómodo y no es que el rubio pesara, en lo más minimo, el problema era que no se sentía, por decirlo de alguna forma, correcto. El ojiverde prefería pensar que era porque estaban en el sofa de su casa y Gemma podía llegar en cualquier momento, además que ella no conocía directamente al chico que le besaba el cuello y decidió ignorar el hecho de que sentía al otro un poco incómodo también, algo se lo decía .

Ambos estaban tan concentrados en sus propios pensamientos que no escucharon la puerta abrirse hasta que una voz femenina e irritada heló la sangre de ambos.

-Oh, Harry.

Este no es mi Styles (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora