Harry... No

65 4 0
                                    

-Oops.

-Hi -había dicho el hombre frente a él y segundos después de río de sí mismo-. Lo siento, lo siento -Le dijo y volvió a centrarse en su llamada, la cual debía ser con unos extranjeros pues él hablaba en otro idioma -. Okay, bye -colgó- Lo siento, solo...bueno, sígueme.

¿Al Cielo? ¿Al infierno? No importa, voy contigo.

Harry ni siquiera se reprochó por sus sentimientos pues ya suficiente tenía al tratar de mantener la boca cerrada para no quedar como idiota. A duras penas asintió un par de veces.

Gemma tecleaba en la computadora de Kendall, haciendo los deberes que su amiga había enviado por correo desde la propia.

-Uhm...Gemma... -escuchó la voz de Jenner pero no apartó su vista del ordenador, mas ante el fuerte empuje que sintió se vio obligada a hacerlo y se encontró completamente sola en el cubículo. Salió dubitativa y dio con la joven de cabello oscuro espiando en la puerta del jefe.

Harry... No.

Luego de ver que no hubiera nadie en el pasillo, corrió y posó su cabeza en la pequeña abertura por debajo a la de Kendall. Suspiró aliviada al ver que su hermano únicamente seguía a Louis hasta que este cruzó su escritorio y el otro se tropezó con la silla al otro lado del mueble.

El menor de los Styles se encontraba casi babeando en el asiento con el que había chocado y ahora se apoyaba en él tratando de actuar normal. Agradecía a su hermana por no haberle puesto tacos, pasar el ridículo frente a aquel hombre no era una opción.

Cuando Louis le entregó una bolsa muy elegante y este la abrió, el ángulo no le permitió a las chicas apreciar el brillo de emoción en los ojos de Harry...pero el mayor lo notó.

Era muy extraño ver tal ilusión en su..."novia".

Los fanales de la rubia solían ser oscuros y fríos, acompañados con un ceño fruncido o rostro inexpresivo. Sin embargo, ahí estaba su gesto mutado a una boca abierta que al mismo tiempo era una gran sonrisa con un bonus de hoyuelos que se marcaban como nunca. Era tan intenso que en el momento en que el más joven levantó su mirada del obsequio y hubo contacto visual, Louis no pudo evitar sonreír grande mostrando sus blanca dentadura, simplemente no pudo evitarlo.

Es tan...inusual. Todo esto es...espera...¿sus ojos son de ese tono de verde? ¿Acaso no eran más...?

Detuvo sus pensamientos en ese preciso instante, se obligó a apartar la mirada y cambiar aquella sonrisa por una ladina que Gemma reconoció con terror y se alejó tragando un grito

-Oh, no.

Ajeno a lo que acontecía afuera, Louis improvisaba para nada decente escondida entre líneas.

-Oye... -lamió lentamente su labio inferior- ¿Sabes? Los perfumes salieron algo caros y yo...me preguntaba si me darías las gracias a mi modo favorito.

Bueno, tampoco era muy bueno con las indirectas, lo cual lo hacía ganarse más de una bofetada; sin embargo, con una inocencia tan pura que era difícil de creer, Harry logró cerrar la boca y ahora buscaba la manera de que su mente conecte las palabras adecuadas para poderle responder.

-Ah...y-yo...eh...

Kendall taladraba su cerebro en busca de una rápida solución y, cuando parecía que el ruloso iba a ganar aquella carrera mental, ella se alejó de la puerta mientras ponía sus manos alrededor de su boca a modo de megáfono.

-¡HARRY! -exclamó y jaló el cuerpo más pequeño por la muñeca para entrar a la oficina, donde los dos presentes la miraban con extrañeza -¡Gemma, ahí estás! Encontré a este pequeño paseando solo por el pasillo, perdido.

Este no es mi Styles (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora