❤️ Sky Journey ❤️ [AU]

Six.

[Dia's POV]

La reciente llamada de Mari me había hecho totalmente feliz, no sólo por su maravillosa propuesta, también por el hecho de que haya pensado en mí aunque sea un poco.

Era miércoles, aún así, no habían habido clases porque al parecer era un día festivo del lugar.

Fui a darme un baño de agua tibia, pero en el pasillo, cuando salí recibí una noticia que me había dejado impactada.

"Hermana, conseguí un trabajo en un café"

Dijo una Ruby con traje de maid y sonrisa en el rostro.

¿Mi bebé? ¿Mi pequeña Ruby?

Era... Era... ¡Era maravilloso! ¡Estaba tan orgullosa!
Si mal no recuerdo, mencionó que el lugar se llamaba "The nine muses".
La dueña del lugar, ah... ¿La señorita Minalinsky? Bueno, era algo así.

Ruby al fin había decidido hacer algo por sí misma, algo sola y sin la ayuda de nadie y eso me causaba un gran orgullo por mi pequeña y dulce hermanita menor.

...

Luego de haberme relajado un poco en la tina, me sequé el cabello y finalmente vestirme algo abrigada debido al frío.

Salí para pasar un poco el rato, así que luego de poner mi calzado le avisé a Ruby que iba a salir un poco.

Con la mente en cualquier lado y algo distraída, comencé a caminar hasta llegar a la playa.

La arena blanca y el mar iluminado por la luz de la luna le daba al lugar un aspecto precioso, tranquilo.

En la lejanía, encontré algo que me había desagradado demasiado.
Una rubia de vestido blanco y una tonta de colega y cabello azul oscuro bastante juntas y hablando. No podían ser otras, eran definitivamente Kanan y Mari. Mi Mari.

No sabía de qué hablaban, tampoco me interesaba y no podía no sospechar que algo entre ellas pasaba.

La curiosidad me iba matando y los millones de pensamientos iban nublando mi mente.
Debía de ser una pesadilla, realmente deseaba que si era como yo lo pensaba, fuera una pesadilla.

Cuando Kanan cargó en sus brazos a Mari sentí como rápidamente como si mi mundo se derrumbara.

El ver a Mari aferrarse al pecho de Kanan mis celos se encendieron causando un incendio en mi interior. No tenía por qué abrazarla o acercarse de más a ella, ni siquiera era tan bonita como yo.

Con eso bastó para que yo las siguiera y me arriesgara a ser vista.

Cuando Kanan finalmente bajó a Mari, estas se tomaron de las manos y se fueron juntas por un camino que yo desconocía. No tenía miedo de ir por un lugar desconocido si tenía que ver con Mari.

Eso me condujo a un gran y lujoso hotel en el que Kanan dejó a Mari.

Yo me escondía detrás de un gran arbusto decorado con rosas.

En el lugar casi ni luz había por fuera excepto por unas pequeñas y tenues luces que apenas alumbraban.

—Sal de ahí —dijo Kanan refiriéndose a... ¿Mí?

Caminó hacia mi arbusto y... Oh no, oh no.

—¿Qué haces espiando a los demás?

—¿Qué haces tú jugando con dos personas al mismo tiempo?

Mi tono había cambiado, había comenzado a sonar desafiante.

—¿Ah? ¿El olor de las flores te afectó? —dijo quitándome una hoja con una pequeña florcita de la cabeza— estás loca, y si te refieres a Mari y a mí, no solo eres estúpida, también estás equivocada.