La casa de corcho

quienes somos

Probablemente debiste notar que en el capítulo anterior nunca te mencioné mi nombre, perdoname por eso pero primero quería que entendieran lo más posible mi situación; mi nombre no me describe para nada, no es el nombre de un chico en mi situación, un niño que creció en las calles, pobre, por eso era necesario que entendieras primero lo que estoy pasando, porque... ¿te imaginas a un niño rico llamado "el vairon"? Para nada. Pero aquí no te vengo a hablar sobre estereotipos sociales, así que mejor suelto la bomba, mi nombre es, mi nombre es... No puedo creer que te lo diga, mi nombre es Sebastian, no Sebastián con tilde lo cual me gustaría más porque con solo un tilde suena mas corriente, solamente es un extravagante "sebastian". Ahora que lo sabes por favor, por favor no me trates por mi nombre, sería mejor que me apuñalaran por la espalda, dime Seba por último, el acrónimo mas obvio que te podia haber dicho, pero no tengo mejor apodo, nisiquiera tengo apodo a fin de cuentas; Rui bromea diciendo que yo "no soy digno de uno". No entiendo por que aún no puedo cambiar mi nombre, no tengo cara de Sebastian.
Como ya pudiste darte cuenta Rui y yo tenemos nombres muy "de primera clase" como dicen nuestros amigos y vecinos; lo único que hace que la gente de clase alta deje de mirarnos como indigentes indecentes antes de conocernos son nuestros nombres. Es muy triste pero es la verdad, siempre nos preguntan por nuestros nombres, por que nuestros padres nos lo pusieron o por que si tenemos nombres de niños ricos somos pobres.

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Al principio cuando logramos escapar de nuestro antiguo hogar fuimos a parar lo más lejos posible, con tal de que nadie nos reconociera y llevara devuelta. Antes viviamos en una mansion, era enorme, pero nosotros demaciado pequeños, por lo tanto solo teníamos permitido estar en un sector de la casa solos, casi siempre nos acompañaba un mayordomo o nuestra madre a la cual no nos gusta llamar madre ahora, preferimos decir "esa mujer" o "esa persona", todo menos mamá. Con el tiempo mi papá se demoraba más en llegar a casa, yo era muy pequeño, demasiado para darme cuenta de las cosas que pasaban, pero por lastima si me daba cuenta; Rui claramente ya sabía con sertesa lo que pasaba en la casa, pero prefirió quedarse callada y protegerme siendo ella solamente una indefensa niñita. Como decía, mi papá empezó a llegar tarde a casa, y cada vez se peleaba a gritos con su esposa (mi madre, pero ya saben prefiero decir "su esposa"), su esposa despertaba diario con moratones y mi padre hebrio o drogado, a nosotros para entonces no nos hacía nada.
Una noche mi padre se puso muy abusivo con su esposa así que mi hermana se fue conmigo por si las cosas se salian de control. Los gritos eran horribles, mi padre gritaba:
-¡como quieres que no quiera estar en la casa si me engañabas con otro!- Rui me explico que ella salía con alguien más que con papá, fue como una explicación suave para niños, pero quien puede explicar una infelidad a un niño que ni sabía escribir o leer, asi que aún así fue algo explícita.
Mi papá dejó de llegar mal a la casa, fue su esposa quien lo puso mal de nuevo; ella lo drogaba, maltrataba, mi papá constantemente lloraba.
Llegué a odiar tanto a esa mujer que nisiquiera puedo pensar en ella sin sentir algo dentro de mi, en el pecho, es furia, es todo lo malo que ella hizo, es el recuerdo viviente de como ella arruinó a la familia y como arruinó a mi padre, retratandose ella como la victima. ¿Tienen idea de lo difícil que es ver a tú papá ser detenido en tu propia casa, en tu hogar, el unico lugar seguro que tienes a esa edad? Su esposa era como un león matando a unos tres pollitos siegos, a mi punto de vista.
Lo ultimo que supe de mis padres fue que mi papá perdió el caso contra su esposa y hoy en dia está preso, pero saben algo, al diablo, el también es culpable, de dejarse manipular por esa mujer, esa desgraciada chupa sangre, claro que tambien es culpable, él no se dió cuenta de que le ponían los cuernos en su propia casa, y permitió que su esposa lo drogara, para que luego él le pegara y ella pudiera denunciarlo, y quedarse con todo.
Te debes preguntar como en tanto tiempo mi madre no nos encontró, facil, la zorra nunca nos buscó, sus amigos y familia deben pensar que estamos muertos, digo, pasaron años y nunca nadie nos contactó, realmente no me importa, me da más motivos para odiarla.
No volvería con ella nunca, no quiero que me tiren del pelo denuevo, no quiero que me entierren las uñas en mi piel, no quiero que me den con el cinturón, no quiero vivir nada de eso, y menos ver a mi hermana pasar por eso denuevo, no me lo merezco, ella no lo merece, ¡yo nunca pedí eso carajo!.
Y bueno, esta es la historia de nuestro pasado, es el fantasma del pasado que nos persigue. Muchos nos dicen que era mejor antes porque teníamos una casa grande y mucho dinero, uno que otro lujo, pero a mi me gusta mas esta vida, sin nadie que nos mande o maltrate, técnicamente me crié en la calle, a corta edad, ¿como logré sobrevivir? No fue fácil por supuesto, dar pena nos ayudó mucho, pero nos levantamos y nos quedamos firmes, tratando de asumir todas las batallas que tenemos por delante, esa es la razón por la que estamos vivos, porque nos resistimos. Nuestra primera parada fue una casa donde vivian otros dos hermanos, solos como nosotros, ellos nos enseñaron a robar y conseguir cosas más difíciles como agua y luz, nunca nadie se dió cuenta de la falta de padres, pero bueno, las personas de la calle ya nos conocían y cuidaban, -nadie sospechará nada nunca- Ruy lo decía siempre.
Una vecina nos daba comida pero pedía que la acompañaramos a la iglesia, los cuatro, y aprendí mucho, porque lo único que sabía al inicio era algo de una paloma; nunca pude realizar mis sacramentos porque se necesitaba la firma de un padre o alguien que estuviera a cargo de nosotros. Nunca me aprendí el nombre de la vecina, le decíamos doña, esa fue la persona que mas influenció en mi vida religiosa, nunca hubiera ido a la Iglesia de no ser por ella; y también fue la que más nos cuidó. Un día llegó la policia a la casa de entonces, Ruy se asustó porque pensó que era por nosotros, peor, era por doña, estaba muerta.
-disculpa niñito, ¿puedo hablar con tus papis-
-n...no se encuentran aquí-
-¿sabes a que hora vuelven?- dijo el policía, a lo que mi hermana interrumpió
-no sabemos, pero por favor diganos a nosotros- Rui se puso muy seria,
El policia se puso de rodillas para llegar a nuestra altura y nos pregunto si conociamos a la vecina, a lo que nosotros respondimos que si -ella falleció esta tarde en el mercado, lo siento niños- los cuatro que estabamos mirando al policia no aguantamos las lagrimas y largamos a llorar, a tal punto de quedarse sin lágrimas los ojos rojos y la cara hinchada. Creo que con eso el policia notó lo importante que era doña para nosotros, a lo que prosiguió diciendo -ustedes deben ser los cuatro niños que ella menciona aquí- ella nos dejó su casa que era mucho mejor que la pocilga de un solo cuarto que teníamos.

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Creo que llegué al punto de la historia donde tambien debería decirles el nombre de los otros dos niños, el mayor tiene la misma edad que Rui, se llama Nico, la menor es un año mayor que yo, se llama Caro. Cuando empezamos la "mudanza" de las 2 o 4 cosas que tenía cada uno estabamos preocupados por como coseguiriamos los muebles, porque antes dormiamos en el suelo, pero cuando llegamos a la casa nos dimos cuenta de que no sería necesario. Estabamos felices, hasta que Nico dijo -tiene el olor de doña- nos quedamos en silencio absoluto, por un rato. Ruy y Nico fueron a la cocina a ver que teníamos,¡teníamos de todo!,  es como si ella sabía que esto pasaría, teniamos galletas, pan, de todo.
Creo que es necesario aclarar que ella no era exactamente nuestra vecina, nosotros vivíamos en uno de los callejones en el entretecho, los policias nos encontraron en casa de un vecino que nos daba dinero a cambio de que  cuidaramos su casa, era un hombre generoso, pero siempre nos preguntamos como la policia nos encontró tán rápido.
El departamento de doña fue siempre nuestro departamento hasta ahora, que nos íbamos. Pero confío en que Nico y Caro lo cuidaran bien.