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Tú no mereces eso. ¿Por qué dejas que te hieran?
Yo sabía que las personas eran crueles, pero no que eran monstruos.
Tú no tienes la culpa.
Tú eres una de esas personas que vienen a hacernos la vida mejor.
Perdón por no ir a defenderte... Perdón por dejar que esa chica te lastimara más de lo que ya estás.
Perdóname.
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01/09/XX
Debía admitirlo, aquellas palabras escritas le llenaban de una extraña calidez.
Su corazón se estrujó. Era la doceava vez que leía aquella pequeña nota.
Era de noche y estaba acostada en lo que era su cama... Sola.
Tocó su mejilla morada por el golpe de una de las chicas... A ella no le importaba que no se hubiera metido. Pero aquella carta la hizo sentirse extrañamente especial... Feliz.
Dejó que unas cuantas lágrimas salieran, no por tristeza, sino por aquella calidez que se escapaba de sus manos.
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