APARTADO DE LOS VIVOS

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Eso no es para seres humanos, ya que quien se aparta de la compañía de los vivos inevitablemente frecuenta la compañía de cosas que no tienen, o al menos no demasiada vida. Cerca de mi casa existe una curiosa hondonada boscosa en cuyas profundidades umbrías pasaba la mayor parte del tiempo, leyendo, pensando y soñando. En sus musgosas laderas tuvieron lugar mis primeros pasos infantiles,  y en torno a sus robles grotescamente nudosos se entretejieron mis primeras fantasías de adolescencia. Terminé por conocer bien a las dríadas tutelares de Tales árboles y a menudo he atisbado su salvajes danzas con los fieros rayos de la luna menguante... Pero no debo hablar ahora de eso. De_ bo  cenirme a la tumba abandonada de los Hydes, es una vieja y rancia familia cuyo último descendiente directo había sido introducido en su negro seno décadas antes de mi nacimiento.

   Esta cripta de la que hablo es de viejo granito carcomido y descolorido por brumas y humedades durante generaciones.

Excavado en la ladera tan sólo la entrada de la estructura resulta visible. La puerta, un bloque pesado e imponente de piedra, cuelga sobre oxidados goznes de hierro, y se encuentra entornada de forma extraña y siniestra , mediante pesadas cadenas y  candados,  siguiendo una rústica costumbre de hace medio siglo. La residencia de linaje, cuyos vástagos yacen aquí en urnas, antiguamente coronaba la Cuesta donde se halla la tumba, pero hace mucho que se derrumbó víctima de las llamas provocadas por la desastrosa caída de un rayo.

Los más viejos del lugar a veces hablan con voces apagadas e inquietas acerca de la tormenta de medianoche que destruyó esa melancólica mansión, mencionando lo que ellos llaman cólera divina de una forma tal que en años posteriores aumentaría la siempre fuerte fascinación que sentía por ese sepulcro devorado por las malezas.

Tan sólo un hombre había perecido por el fuego cuando el último de los Hydes fue sepultado en este lugar de sombras y quietud, aquella triste urna de cenizas había llegado de una tierra distante ya que la familia se había marchado tras el incendio de la mansión.

LA TUMBA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora