Capítulo 2: "La Helena difícil"

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Luego de una semana del pacto de los Merodeadores, Helena estuvo cada vez más ausente. Si no era porque Dumbledore quería hablar con ella, era su duro trabajo como prefecta. Y evidentemente, Sirius veía esto como algo normal, ya que la chica siempre se centraba más en sus estudios que en todo lo demás que la rodeara, desde que los cuatro muchachos la conocen ha sido así. Pero una noche, Remus tuvo la valentía de decirle a los Merodeadores la escena que había visto aquella tarde en la biblioteca.

-Severus-soltó Lunático agachando la cabeza.

-¿Quejicus?.No, eso es absolutamente imposible.- Aunque Sirius no quería creerlo, era todo verdad.

-No se besaron ni nada Canuto, solo fue un abrazo.

-Idiota, me acabas de decir que se abrazaron "Como si fueran amigos de toda la vida". ¡Yo soy su amigo de toda la vida!- dijo Sirius imitando a Remus con una voz chillona.

-No lo sé, tal vez le gusta o algo por el estilo.- dijo Peter.

-Peter, no digas tonterías. No le puede gustar Severus Snape.- dijo Sirius con un tono de obviedad.

-Fue solo una teoría.-se defendió Colagusano.

-Canuto, tengo una idea.- dijo James.En sus ojos verdosos se reflejaba la malicia.

- Pues más te vale que la ejecutes pronto, o nuestro pacto será en vano.-amenazó Sirius.

Y tal cual habían planeado, a la mañana siguiente en la clase de Pociones, el profesor Slughorn los llamó infinidad de veces, pero ninguno acudió. La actitud de los cuatro muchachos al faltar a clase era normal, porque no le hacían daño a nadie, pero esta vez no tenían las mismas intenciones.

Eran los cuatro en el pasillo cerca de las mazmorras, despejado de profesores y todos con la varita en mano. Y de repente, un chico con el cabello grasoso y cara pálida apareció a trotes, procurando no llegar tarde a la clase de Slughorn. Pero tuvo la mala suerte de encontrarse con los Merodeadores.

-¿Hey, a dónde crees que vas?- James tomó a Severus por un brazo y lo tiro al suelo, haciendo que sus libros cayeran.

-¿Qué...que hacen?- la cara de Severus reflejaba terror ante las miradas frías de los otros muchachos.

Sirius lo tomó de la garganta y lo acorraló en la pared, provocando un gemido de dolor por parte de Quejicus.

-Nos contó una lechuza que andas de presumido con las chicas.-dijo Sirius arrastrando las palabras.

-¿Acaso se golpearon fuerte que ahora hablan con lechuzas? - dijo Snape con un tono desafiante.Sirius lo tiro otra vez al piso.

-Ya veo que hoy estas muy gracioso, idiota. No durará mucho, luego de que te golpeemos no podrás mover la cara.- amenazó James.

-Inténtenlo.- una gota de sangre resbaló por la cabeza de Snape.

-Oh, claro que intentaremos. Digo, con la práctica se aprende. - luego de hablar, Sirius tomó a Severus por los hombros, impidiendo que se escapara.

James se acercó a la cara de Snape y la escupió.Remus y Peter miraban la escena con intriga.

- ¿Qué pasa Potter, me vas a golpear la cara al estilo muggle?- Aunque el tono del pelinegro sonaba desafiante, había empezado a llorar de dolor.

-Pues si, quiero experimentar.

Luego de hablar James, lo único que sintió Severus fueron fuertes golpes en la cara y en el estómago, y luego todo se convirtió en una nube negra.

No fue hasta luego de media hora que Filch y la Sra. Norris informaron a Madame Pomfrey sobre un cuerpo inconsciente lleno de sangre en las mazmorras.Y luego de que despertara Severus, ya estaban a su lado Helena y Lily con una sonrisa.Solo hablaron un momento, hasta que Helena se animó a preguntar sobre quien o quienes eran los causantes de los moretones en la cara de Sev. Él titubeó antes de confesarse, pero terminó haciéndolo, porque pensó que sería una buena forma de vengarse.

-Fueron James y Sirius.

Los ojos de las chicas intercambiaron miradas de rabia y de inmediato salieron de la enfermería.

- ¡Sirius Black III te quiero aquí en este instante!-grito Helena al entrar en la sala común.

-¿Sucede algo, nena?- dijo Sirius pretendiendo no saber de que hablaba, pero veía venir una gran pelea.

- Si, Hele. ¿Qué pasa, por que gritas?-dijo James.

-Tu, maldito ciervo asqueroso, Lily se encargará de ti. Y tu, perro sarnoso, acompañame, quiero hablar contigo.- Helena pronunciaba cada palabra con rabia, y eso no era una buena señal.

-¿Te sucede algo Hele?- dijo Sirius cuando los dos ya estaban en un lugar más privado.

-No te hagas el estúpido Canuto, yo sé muy bien que fuiste tú el que le dio una paliza a Severus.- las mejillas de Helena se tornaban rojas de rabia al hablar.

- No...Ese fue James, el me obligó a tomar por la espalda a Quejicus.

- ¿Me hablas en serio? No puedo creer lo cobarde que eres al culpar a tu mejor amigo. No sé que diablos te sucede con él, pero tu no eras así.

- Yo tampoco pensaba que Quejicus era así.

- Primero que nada, él tiene un nombre, no lo llames "Quejicus". Y segundo, ¿De qué diablos hablas?

- Pues nosotros pensábamos que a el le gustaba Lily, no tú.

- ¿Esa es una razón para dejarlo casi muerto?

- Escucha, yo no lo hubiera hecho si no estuvieras pasando más tiempo con el que conmigo.

- Soy una mujer independiente, y nadie puede decirme con quien estar y con quien no, así que para la próxima ten en cuenta que no soy tu marioneta.

Helena se marchó a zancadas, dejando a Sirius sólo. Ahora venía la peor parte, pedir perdón.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2018 ⏰

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