Capítulo 4: Omelettes

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Harry maneja durante tanto tiempo que se nos acaban los temas de conversación, es hasta después de preguntarme diecinueve veces por el aire acondicionado que finalmente dice "llegamos".

"¿Se puede saber a dónde es que llegamos?" ya que estamos literalmente en medio de la nada.

"Pasaremos el verano aquí, con todo el trabajo ya estamos cansados y queríamos estar tranquilos" me dice sonriendo "te gustará, tenemos caballos, gallinas, miles de plantas, nos fuimos por lo más hippie"

Me limito a ver por la ventana, para mi sigue siendo la nada. Solo hay pasto y más pasto, es el paisaje de colinas verdes que tanto he fracasado en dibujar desde que iba al jardín de niños. Todo es burla hasta que a lo lejos veo un edificio enorme, totalmente fuera de contexto. Harry se estaciona justo al frente de la puerta y abre la puerta del auto ignorando mi admiración.

"Le hemos ganado a los demás, pasaron a hacer compras ¿Qué se te antoja hacer? dormir, tomar un baño, nadar" dice mientras entramos al vestíbulo de la casa, es enorme pero a la vez cálida, supongo que es por la cantidad de luz que entra por las enormes ventanas.

"No he traído traje de baño" 

"Te doy permiso de que te metas sin uno, sin nada" me dice sonriendo pícaramente y el nota mi incomodidad "estoy bromeando ¿tienes hambre?" yo simplemente asiento con la cabeza y Harry toma mi mano lentamente y espera durante unos segundos para ver si estoy bien con eso, después me lleva hasta la cocina "siéntate y siéntete como en casa, después de todo esta va a ser tu casa" dice antes de soltarme la mano y comenzar a dar vueltas por la cocina sacando todo tipo de cosas. 

"¿Te gustan los omelettes?" me pregunta con la cabeza dentro del refrigerador.

"si, obvio, lo que tu quieras esta bien" digo.

Segundos después se pone manos a la obra en la estufa, se mueve como todo un pro y yo solo sigo sus movimientos con la mirada, no fuerza la conversación y me deja estar callada, me gusta.

"¿Eres alérgica a algo? porque debo decírselo a las cocineras o a los paramédicos en algún punto" dice bromeando mientras se concentra moviendo verduras en un sartén.

"no" deja de ser tan cortante, el esta tratando de ser lindo "¿y tu?" cuanta conversación se me va a caer la lengua. 

Me voltea a ver sonriendo "No, gracias por preguntar"

Harry sigue cocinando durante varios minutos y ninguno de los dos rompe el silencio hasta que estamos en la terraza comiendo un delicioso omelet con portobello y espinaca, realmente se le da la cocina.

"Esto esta muy rico, yo solo desayuno tostadas con mantequilla de maní" digo sonriendo.

"Yo te puedo enseñar todo lo que quieras" dice mirándome fijamente a los ojos, a la luz del sol se le ven más claros y lindos "mira, trataré de calmar a los demás cuando lleguen, quiero que te sientas segura, créeme que nadie te hará daño aquí, pero necesito que tengas en mente para lo que ellos te quieren" guarda silencio durante un momento esperando una respuesta "¿eres virgen?

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