Único

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Su celular comenzó a sonar, la alarma que había colocado el día anterior le avisaba que ya era hora de despertar.

Y como todas las mañanas, un perezoso quejido salió de su garganta.

La verdad, tenía ganas de agarrar su celular y aventarlo contra la pared, pero hoy tendría que dar su mayor esfuerzo. Hoy no era un día cualquiera, hoy era su día especial.

Como pudo salió de la cama y se dirigió al baño, iba a darse una buena ducha y a ponerse ropa de muy buen gusto para su pequeño peli-rosa; Jiminnie, el ser al que más afecto y aprecio le tenía.

Al terminar de bañarse, secarse, peinarse y vestirse, se miró durante unos segundos frente a un espejo de cuerpo completo que tenía en la pared de su habitación; jeans rasgados de color negro, zapatillas del mismo color y un buzo azul oscuro vestía Min Yoongi en esta ocasión.

Luego de una hora preparándose, bajó de su habitación para poder desayunar algo e irse a la universidad.

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Al entrar al establecimiento pudo divisar a su pequeño de cabellos rosas sentado hablando con... Uff, TaeHyung. Y no es que Tae le caiga mal, es solo que cuando ese alíen esta cerca de su pequeño algodón de azúcar no le presta ni la mínima de atención, pero bien sabe que hoy no será así, hoy es el día, hoy le regalará miles de sus besitos.

Cuando estuvo cerca de ellos pudo ver como Jimin dejaba de conversar con Tae.

— Hola Tae. –Dijo Yoongi con una sonrisa, para luego saludar a su amado Minnie.
— Hola Mochi. –Dijo con una sonrisa de oreja a oreja, mientras que un pequeño brillo en los ojos de éste salía.
— Hola Hyung. –Dijeron los ya antes mencionados al unísono.

Bien, Yoongi no esperaba esa respuesta, pero pensó que Jimin seguía un poco dormido y que Tae había olvidado sus ganas de vivir en su amada cama.

Ese saludo hizo que su sonrisa desaparezca un poquito.

Y para peor, veía como Jimin guardaba sus cosas en su mochila color celeste cielo.

— Hyung, lo veo luego, debo irme. Adiós. –Dijo así sin más para retirarse del lugar donde estaba con su amigo.
— Adiós, Yoongi Hyung. –Siguió Tae, dándole una de sus sonrisas cuadradas.

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Yoongi recorría los pasillos de la universidad, mientras pensaba en que no le importaba ser ignorado por los demás, pero por Jimin... Él solo quería el gran saludo, los besos acompañados con este y esa sonrisa tierna que solo el menor podía darle. Pero hoy no tuvo nada de eso. Sin embargo, tenía esa esperanza de que Jimin fuera corriendo hasta él, lo abrazara por detrás... O algo. Pensaba en que inclusive podían retirarse del establecimiento para poder salir a comer y/o pasear tomados de la mano. Poder pasar tiempo con el menor, eso quería. Pero, volviendo a la realidad, Jimin actuaba muy raro, ignoró al mayor en todo el transcurso escolar.

Ya saliendo de su última clase, le llega un mensaje del pequeño Mochi.

"Nos vemos en mi casa, tenemos que
hablar de algo muy muuy importante."

— Ash, encima de que olvida mi día especial, pretende que vaya a su casa. –Se decía a sí mismo el peli-negro, aunque de igual forma iría, amaba mucho al menor. Por eso mismo hablaría con él y haría que estuviesen bien.

Luego de algunos minutos caminando, porque Jimin no vivía lejos de la universidad, llegó al lugar indicado. Se había quedado mirando la puerta fijamente unos segundos. Mentiría si dijese que no estaba nervioso por hablar con el menor. Como ya es de costumbre entre él y Jimin, se adentró en la casa sin siquiera tocar la puerta y el susto que se llevó cuando sus amigos y Jimin lo recibían con un gran

¡Sorpresa!

Ya luego del saludo, Jin como toda la diva que era corrió a todos para poder acercarse a su Yoonie.

— ¡Feliz cumpleaños Yoongi! –Dijo abrazando al chico con todas sus fuerzas.
— ¡Intento de diva me estás dejando sin oxígeno! –Gruñó Yoongi por su brazo.
Jin sonrió, pero su sonrisa no era de felicidad. A él nadie le decía intento de diva, él era una diva.
— Escuchame bien, niño bonito. Si tu quieres seguir con vida, NUNCA vuelvas a llamarme "intento de diva". –Dijo entre dientes y, acto seguido, volvió a hablar:
— ¡Yo no te digo que te apestan los pies!

Después de que todos sus amigos y familiares saludaron al peli-negro, Yoongi seguía insatisfecho, aún le faltaba ese saludo especial que esperó toda la mañana.

Y ahí estaba su pequeño bebé, salía de la cocina con una torta de chocolate y 24 velitas en ella. Sus ojos brillaron con una felicidad que nunca antes había tenido, su bebé estuvo preparando esa torta para él.

— Feliz cumpleaños, Yoonie Hyung. –Dijo Jimin sonrojado. Y ahí estaba, su saludo especial, el que tanto esperó.

F i n .


Esta es la primer historia que escribo con una amiga, les dejo su cuenta para que vayan y la sigan: ZoitooPaz
En serio esperamos que les guste la pequeña historia que hicimos! Sin más que decir, nos despedimos y les mandamos musho amor.
Bye, bye💙

Día Especial • YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora