Encerrados

3.8K 183 52
                                    

Disclaimer: Ya saben Gintama no me pertenece, es del gran Gori-sama.

Advertencias: Puede contener OCC y contenido sexual explícito

Y en esta ocasión agradecer de todo corazón a FranyHQ por apoyarme y aconsejarme, besitos para ti 😘😘

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Encerrados

Frío, mucho frío, sentía el cuerpo pesado y un poco entumecido, no recordaba cuando se quedó dormida, ni muchos menos haber estado en el suelo, solo recordaba hacerse echo una cola de caballo, abrigarse con medias bajo su típico qipao rojo corto de invierno y un abrigo de polar igualmente rojo para ir a comer junto a la Yorozuya donde Ikumatsu, salieron bien abrigados y es que por dios estaban en pleno invierno.

Esperó un rato a que Gintoki fuera a cerrar las ventanas, pero al seguir sintiendo frío decidió tomar cartas en el asunto.

-Gin-chan, Gin-chan cierra bien las ventanas, está haciendo frío-aru, o ni eso puedes hacer bien, maldito permanentado inútil.- Decía recostada todavía y con sus ojos cerrados.

Al no recibir respuesta alguna se extrañó, ya que Gintoki siempre le respondía, a veces con algún insulto, o con golpes, pero nunca se quedaba callado.

Abrió un ojo para ver de donde entraba ese frío condenado y de paso ver que hora era, a lo mejor Gin-chan estaba durmiendo, o bien aún no llegaba del pachinko, o para variar andaba en busca de putas, esperaba de todo corazón que el pobre tuviera suerte y que tenga algo de acción, ya que tenía su entrepierna solo para hacer pipí y vio ayer en un programa que el sexo mantiene todo el cuerpo saludable, si Gin-chan seguía así podría quedar impotente.

Saliendo de sus pensamientos sobre la vida sexual de su padre (o piojo púbico) de la tierra solo había frío y densa oscuridad, que extraño en la Yorozuya nunca estaba tan oscuro, con todos los bares y cabaret que tenían lastimosamente de vecinos.

-Gin-chan, Pachi, Sadaharu, si esto es una broma, los voy a descuartizar a los tres, esto no es gracioso-aru.- Esperó un momento, pero nada se escuchaba solo había un silencio perturbador.

¿Pero que carajos está pasando? pensó, comenzó a incorporarse de a poco y le costó un mundo entero hacer ese sencillo movimiento, sentía como si su cuerpo le pesara una tonelada, sentía que estaba echa de plomo.

Al moverse se escuchó un sonido metálico, como de algo pesado cayendo al suelo, giró la cabeza a todos lados, despabilándose rápidamente, espantando todo el sueño que conservaba.

A su izquierda vio a una persona, parecía un hombre de cabello claro, no tan alto pero definitivamente no bajo, estaba tirado boca abajo en el suelo y tenía una cadena de gran grosor y largo puesta a una especie de collar de perro, que tenia completamente ajustado en su cuello, por curiosidad siguió el camino de la cadena y se horrorizó al ver que ella también tenía puesto un collar y que además la cadena la unía a esa persona que estaba inconsciente en el suelo del lugar.

Olvidándose de su pesadez corporal intentó romper la cadena con sus manos, con asombro descubrió que no le hizo ni una fisura, al ver eso intentó arrancarse el collar que tenía puesto, lo intentó muchas veces pero al darse cuenta que no lograba aflojarlo ni un solo poco, tuvo una terrible sospecha, que no se demoró en comprobar.

Golpeó el suelo con toda la fuerza que consiguió reunir y asombrosamente no se rompió, ni agrietó el piso, y es que joder ni siquiera vibró un poco el suelo.

Tratando de mantener la calma, se dedicó a inspeccionar el lugar, para ver si había alguna salida, o pista de su paradero, trató de percibir algún sonido, algo que indicara que por lo menos no estaban completamente aislados de la civilización.

EncerradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora